Adrián Rubio
El pasado verano Álex Heredia, lateral izquierdo valenciano de 21 años de edad, ponía rumbo al Elche Ilicitano y cerraba un capítulo futbolístico que había marcado su niñez y adolescencia. Dejaba un Torre Levante donde había quemado todas las etapas de su formación, hasta hacerse un hueco en el primer equipo de Tercera División
Él había sido todo un ‘One Club Man’, pero Adrián Dillana apunta a su digno sucesor en una de esas historias que nos recuerdan la grandeza del fútbol de cantera.
El Querubín que, 12 años después, aún sigue jugando en el ‘patio de su casa’
Para Adrián y su familia, hablar del Campo Municipal de Orriols donde disputa sus partidos el histórico club valenciano es como hablar de su «segunda casa». O más bien del patio de su casa, ese lugar donde nuestro jovencísimo protagonista comenzó a darle patadas al balón con apenas 5 años de edad.
En unas instalaciones que tiene al lado de su domicilio, ubicado en el mismo barrio y en las que se enamoró del balompié incluso antes de acudir al colegio y comenzar a practicarlo allí con los amigos.
Desde entonces han pasado 12 años, y ha visto en primera persona la visita de la que por aquel entonces era alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, para inaugurar el renovado campo de juego de Orriols, y también guarda recuerdos imborrables de aquellos afamados Torneos Pepe Valls donde los equipos del Torre Levante en los que él militaba luchaban por salir campeones.
Las dudas de la adolescencia
En estos 12 años de larga y fructífera relación Adrián y el club han crecido de la mano, y la entidad puede presumir de formar personal y deportivamente a futbolistas que, como en este caso, ven al Torre Levante como algo más que un club de fútbol.
Es su segunda casa o su segunda familia, pero como en todas las relaciones siempre hay momentos de duda y de fricción. También fue el caso de este centrocampista creativo de 17 años de edad, que no hace tanto que competía en categoría Cadete y pasó por una ‘crisis de fe’ en lo relativo a su estancia en el club azulgrana.
Tanto él como su familia, viéndose fuera del Cadete ‘A’ que competía ese año en categoría Autonómica, se pensaron muy seriamente lo de buscar nuevos retos lejos de Orriols, pero por fortuna para todos la cosa no pasó a mayores. A Adrián Dillana le tocó seguir centrado en sus estudios y apretar los dientes para volver a demostrar sobre el césped, donde siempre ha sido una pieza clave para sus entrenadores y ya es el único de su generación Querubín que aguanta en el club.
Sobresaliente en el campo y en las aulas
Educado y con buenos modales, es todo un ejemplo de compromiso y de entrega a estos colores que los más pequeños de la Escuela también esperan imitar. Como Heredia también era un referente para gente como Adrián, y otro joven talento del fútbol valenciano como Roberto Cano completa este trío de jugadores que han superado los 10 años enrolados en las filas de esta mítica entidad futbolística de la ciudad de Valencia.
Siendo pieza clave en las filas del Juvenil ‘A’ del Torre Levante que compite en la parte alta de su grupo en Liga Nacional, el talento de este centrocampista organizador no pasa desapercibido para los técnicos de la Selección de la Comunidad Valenciana, y junto a sus compañeros Sergio Ruiz y Germán Blay acudió recientemente a la convocatoria de la sub 18 autonómica.
Pero Adrián también brilla en las aulas, donde su familia siempre le ha insistido que debía centrarse al máximo, y por eso además de quemar etapas en el fútbol de forma satisfactoria camino de la mayoría de edad también se prepara para el selectivo siendo un alumno de muy buenas notas en el colegio. Y es que la 2016/17 marcará un antes y un después en su vida personal y futbolística.
Vive meses de enfocar sus estudios hacia la prueba de acceso a la universidad, “donde me gustaría estudiar alguna ingeniería”, pero no olvida que tantos años de entrega a estos colores del Torre Levante también pueden traerle sorpresas en el futuro. “El del fútbol es un mundo complicado, pero si tienes suerte y estás en el sitio justo en el momento adecuado te puede fichar un equipo grande. Jugar en el primer equipo del Torre Levante es mi ilusión a corto plazo, pero cuesta llegar a Tercera División”, confiesa el joven jugador valenciano.
“Una temporada bonita”
Así la describe de momento Adrián Dillana, cuyo conjunto marcha tercero en la clasificación asumiendo siempre la posesión del balón, y con el firme objetivo de “pelear por el ascenso a División de Honor”.
La máxima categoría Juvenil en España, esa que él ya probó el año pasado cuando llegó a estrenarse en campo del Alcoyano. Todo un logro y un día de “muchos nervios” para él, que jugaba y entrenaba habitualmente con el Juvenil B siendo su primer año.
Otro claro ejemplo de que nadie le ha regalado estar 12 años en una Escuela donde la exigencia y el compromiso tiene que ser máximo para todos sus integrantes, y donde nuestro protagonista luce con orgullo la etiqueta de último ‘One Club Man’ que resiste en Orriols.
