Adrián Rubio
Tranquilos, hombres y mujeres del planeta. No nos hemos vuelto locos, ni homenajeamos al popular programa que emite el canal 'Discovery Max' en España ni por supuesto que esta es la pinta que lucen los futbolistas de La Font de la Figuera CF cuando saltan a jugar sus partidos oficiales en el grupo 10 de la 2ª Regional Valenciana
Es un simple juego de palabras, gracioso si se quiere, aunque con un trasfondo de mucha seriedad para dar a conocer las penurias deportivas por las que pasan unos chavales que han buscado una ocurrente manera de llamar la atención de su entorno.
El ‘Allianz Arena’
Si de algo no consigue librarse el pueblo, de unos 2.000 habitantes, ni por descontado su club de fútbol es del dichoso campo de tierra. No es un caso único en la 2ª Regional Valenciana, pero sí una curiosidad que cada vez abunda menos cuando hasta el pueblo más recóndito del panorama español ya posee una modesta instalación de fútbol 8 con césped artificial.
Pues con esta batalla llevan años y años en La Font de la Figuera, donde unas veces el contexto político y otras la escasez económica a la que tan fácilmente recurren las instituciones han ido frenando la tan esperada mejora del terreno de juego.
No queda otra que tomárselo con buen humor, piensan en el club, y de hecho los propios futbolistas han bautizado con el sobrenombre de ‘Allianz Arena’ al recinto donde juegan sus partidos. Y además han comenzado el 2016 despelotándose para una campaña en redes sociales bajo el ‘hashtag’ #lafontvolgespa, con la que tratan de difundir entre la mayoría de gente posible su reclamación.
El interés de sus vecinos y pueblos cercanos se ha disparado aunque nunca ha sido raro ver a unos 300 espectadores en cada partido como locales. Está confirmado que ni la arena, ni tampoco la pobre iluminación que complementa un recinto donde al menos sí se han mejorado los vestuarios, frena la pasión futbolera que desprenden estos chavales.
La tierra ‘maldita’
“Los jugadores marcamos nosotros mismos el campo. Cuando acaban de jugar los Alevines nos esperamos a que se vayan todos los padres para pasar el coche con una red, coches nuestros o un quad para pasar la red y marcar nosotros el terreno de juego”, afirma Teo Fayos Calabuig, capitán del equipo que llegó a debutar con el Olímpic de Xàtiva en 3ª División y uno de los que acaba de sufrir en sus carnes los rigores de jugar habitualmente en tierra.
Teo, al igual que su compañero Álex Carreres, viene de lesionarse de gravedad en uno de los últimos partidos de liga. Dos afecciones de rodilla que han dejado tocado al vestuario, y que asocian a su trabajo diario con una superficie muy distinta a la que pisan cada vez que salen a jugar fuera. “Por entrenar en tierra y luego al jugar en césped la pisada y a la hora de arrancar el movimiento cambia mucho. En dos semanas seguidas un compañero se ha hecho la temida triada y yo mismo también me he roto el cruzado de la rodilla”.
El capitán, de 25 años de edad, lo considera “otro hándicap más. Somos humildes y con muchos juveniles en el equipo, si a eso se suma que tenemos tierra y encima nos lesionamos es normal que la gente acabe perdiendo la ilusión por jugar aquí”. La cruda realidad en el fútbol más modesto, donde se encargan de todo los propios jugadores y donde la rutina es dibujar el campo, comer rápido y ponerse a jugar el partido que afrontan cada dos semanas en su pueblo.
La temporada del regreso
Dificultades como estas son las que años atrás sacaron de la competición oficial al equipo Amateur de La Font de la Figuera CF. Sus componentes se pasaron al fútbol sala y dejaron al club únicamente con sus equipos de la Escuela, triunfando sobre el parquet y rozando actualmente el ascenso a la 3ª División del fútbol sala nacional.
Pero en la presente temporada 2015/16 Teo y demás compañeros, amigos dentro y fuera del campo, decidieron que lo suyo era pasarlo bien jugando a fútbol y además inscritos en 2ª Regional. Es esta unión y buen rollo colectivo lo que le hace llegar desde Xàtiva para entrenar y jugar, combinando sus labores como dentista con un fútbol que ya dejó a causa de problemas físicos y por el que sigue luchando cada día junto al resto del vestuario.
Dan igual las heridas y costras en piernas y manos, que la tierra sea una piedra cuando hace frío o que sólo lleguen buenas palabras y nada de hechos desde las instituciones. Ellos no quieren marcharse a otros pueblos cercanos para hacer lo que más les gusta, quieren hacerlo en La Font de la Figuera y con césped artificial.
Por eso esta campaña tan llamativa por redes sociales, que no dio para un calendario que sigue estando ahí como principal iniciativa para el próximo curso. De momento y hasta final de temporada irán subiendo este tipo de fotos cada mes, haciendo rifas y diferentes iniciativas con las que ir pagándose los gastos de un equipo al que casi nadie ayuda pero que le da vidilla al pueblo en cada día de partido. ¡Una aventura por la que merece la pena quedarse ‘en pelotas’!
