Para empezar voy a marcar las diferencias de lo que para mí es cada forma de poder gestionar un entrenamiento, o una tarea en sí de fútbol o de cualquier deporte.
Y justo antes de esto quiero aclarar que no voy a declinarme por ninguna de las tres ya que valoro el uso mixto de los estilos y métodos de enseñanza, por tanto no creo en el uso puro de los mismos.
A todo esto, existen muchos más, he querido centrarme en estos 3 que son los que más pueden llegar a estar presentes en una escuela de fútbol o de cualquier otro deporte.
– Entrenamiento dirigido: También llamado mando directo. Son aquellos donde el entrenador quiere y pretende controlar todos los procesos y evoluciones que ocurren en la tarea, así como las correcciones en las ejecuciones dando la respuesta correcta para que el deportista no tenga que pensar.
– Entrenamiento orientado: También se puede llamar descubrimiento guiado. El jugador recibe feedbacks en base a preguntas que le realizan y va encontrando sus respuestas unas veces con más ayuda y otras veces con menos, este feedback lo podemos realizar antes, durante y después de la tarea.
– Entrenamiento experimentado: O resolución de problemas. Planteamos una tarea y vemos como el deportista actúa ante la situación, queremos que experimente para poder ver como reacciona, después de esto podremos analizar en conjunto el por qué y el para qué ha estado haciendo, evidentemente entran otros factores, como las reglas, el espacio, el tiempo, rivales, etc. Pueden llegar a confundir o a ayudar a la consecución del objetivo.
Y es que hay que tener un objetivo claro en qué queremos conseguir. A pesar de esto muchas veces nos llevamos sorpresas porque las respuestas a las tareas que proponemos a veces no son lo que esperábamos, y esto puede ser por muchos motivos, entre ellos podrían estar:
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Mala adecuación del objetivo.
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Mala relación espacio-tiempo-objetivo-número de jugadores.
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Nivel de deportistas (técnico y/o táctico) diferente al grado de cognición de la tarea.
Pero sí que hay muchas veces que nos llevan a resultados sorprendentes, respuestas que no esperábamos tener y que se nos escapan a las posibilidades que habíamos pensado que podrían ocurrir con anterioridad.
«Dime algo y lo olvidaré, enseñame algo y lo recordaré, hazme participe de algo y lo aprenderé». Proverbio chino.
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