Adrián Rubio
Y más concretamente la provincia de Castellón, escenario de varios episodios lamentables en las últimas semanas y que sigue denunciando con firmeza el Sindicato de Árbitros
Mientras de una parte aumentan las iniciativas solidarias, de compañerismo y ‘fair play’ en el mundo del fútbol, sin ir más lejos el CD Malilla es un claro y reciente ejemplo de ello, por otro lado los protagonistas que siguen pisando cada día los campos modestos del fútbol español cuentan una cruda y dura realidad.
https://www.yosoynoticia.es/futbol/el-cd-malilla-una-escuela-de-valores
La de los insultos, amenazas, racismo, vejaciones varias y también agresiones que, o bien sufren los colegiados, o les toca sentir a los propios jugadores. Y contra esto no valen sanciones tibias, o mirar para otro lado.
Frente a esta lacra todos piden mano dura, la misma que aplican aquellos indeseables que actúan a sus anchas por los campos del fútbol base o de regional.
Al hospital tras un partido de Juveniles
El lado más oscuro, cruel y condenable del fútbol lo sufrió recientemente en sus carnes un futbolista juvenil del CF Rafalafena de Castellón ‘B‘, visitando la Ciudad Deportiva Chencho en Castellón de la Plana para jugar contra el Sportiu Primer Molí Castelló ‘A’.
Con marcador de 0-6 favorable a los visitantes, y con pocos minutos por jugarse en el encuentro, una entrada de un jugador del CF Rafalafena añade más tensión a un partido que ya no recuperó la normalidad.
A partir de ahí, como recoge el árbitro en un acta que ha difundido el Sindicato de Árbitros, los insultos, amenazas y golpes contra árbitro y rivales por parte de los locales fueron la tónica predominante.
De hecho un jugador juvenil del CF Rafalafena tuvo que ser trasladado en ambulancia a un hospital, tras recibir una brutal paliza por parte de dos jugadores rivales, y un grupo de aficionados locales.
El encuentro quedó suspendido poco antes de su finalización ante tales acontecimientos, siendo el chaval atendido para recibir 6 puntos de sutura en la boca y comprobar el estado de sus contusiones por todo el cuerpo.
El propio Sindicato de Árbitros se muestra consternado, por lo que ellos describen como «lo más violento que hemos publicado nunca».
El acta completa, que redactó este colegiado que durante el transcurso del juego también había recibido insultos racistas, se puede leer en el siguiente enlace: http://sindicatodearbitros.es/brutal-paliza-castellon/
«Se ha vuelto a rozar la tragedia, pero como no ha sido mediático, no ha hecho falta sancionar duramente, de hecho se han permitido el lujo de no sancionar a unos cuantos agresores, pese a aparecer perfectamente identificados en el acta», afirman desde el Sindicato.
La Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana sí que impuso castigo reglamentario a varios jugadores y el delegado del Sportiu Primer Molí Castelló, según lo que estipula la norma, pero leyendo lo ocurrido todo parece quedarse corto en la búsqueda de una sanción ejemplar.
Que no vuelvan a pisar un terreno de juego
Yosoynoticia.es ha podido contactar con el vicepresidente del CF Rafalafena de Castellón, un club que ha presentado el parte de lesiones del chaval agredido, y aguarda para saber si los jugadores rivales implicados en este gravísimo altercado no vuelven a jugar más en todo el curso.
Aunque agradecen las disculpas, y los gestos de cariño y solidaridad con su juvenil que ha tenido el Sportiu Primer Molí Castelló, club ya sancionado económicamente, también esperan que esto no pase desapercibido y no se trate como un episodio más de violencia verbal y física.
Una violencia que saben bien que no ha desaparecido los fines de semana, en el fútbol base y modesto.
Los jugadores implicados en tal atrocidad contra el chaval, que recibió una paliza de 7 personas, ya han sido expulsados del club según cuenta el presidente del Sportiu, y la sanción contra ellos podría ser mayor dado el parte médico que ha presentado como prueba el CF Rafalafena.
Consecuencias de no ser capaces de frenar a tiempo la escalada de violencia e insultos que se originan en las gradas, y que luego acaba trasladándose al césped.
A veces con aliados como el delegado de campo de uno de los equipos, en este caso el del Sportiu, al que el CF Rafalafena y también el árbitro en su acta señalan como culpable de no saber calmar los ánimos.
Y lo que es peor, de alterar un poco más un conflicto que estalló definitivamente con la expulsión de un jugador visitante a falta de 10 minutos para el final del encuentro, que por otra parte estaba completamente decidido.
El racismo suspende un partido en Castellón
Otro incidente de gravedad, también con la provincia de Castellón como escenario. Esta vez en 2ª Regional, que medía al RC Salsadella y al ACD Peñíscola.
El racismo y la xenofobia se colaron en un duelo que fue suspendido a raíz de estos incidentes, y el acta que también recoge el Sindicato de Árbitros no deja lugar a dudas.
Insultos por el color de su piel contra un jugador visitante y contra el propio colegiado, que dijo basta y decidió dar por finalizado un partido que apenas transcurría por el inicio de la segunda mitad.
Un ejemplo más del ‘infierno’ que para muchos jugadores y árbitros supone afrontar un fin de semana de competición.
Y en la mayoría de las ocasiones los propios clubes son los rehenes de aquellos sinvergüenzas, maleducados y agresores que campan con libertad por las instalaciones municipales, y que manchan de forma lamentable la imagen de entidades modestas y sin apenas recursos financieros.
Eso sí, lamentando cuando ya es tarde no haber expulsado o tomado medidas contra esos jugadores de su cantera que son algo más problemáticos que el resto, o contra esos padres y espectadores que jornada tras jornada increpan desde la grada.
Ahí también radica una solución a una problemática que sigue empañando el nombre del fútbol.
La pesadilla que no termina
Y casos así, y otros también sonrojantes de agresividad física y verbal contra árbitros, asistentes y jugadores, se dan regularmente en la Comunidad Valenciana y en distintos lugares de España, como lleva tiempo denunciando este Sindicato de Árbitros.
No están constituidos legalmente y su opinión no representa la de la mayoría, como ellos mismos reconocen.
Son un verso libre en un estamento arbitral donde prima la opacidad y el ‘miedo’ a posibles represalias federativas, que por supuesto no amparan este proyecto de rebeldía contra esa ‘normalizada’ violencia en el fútbol.
La que sufren los árbitros, también los jugadores e incluso los padres, que dicho sea de paso, en muchas ocasiones también son la chispa que caldea el ambiente de los partidos.
Una situación contra la que no valen medias tintas, ni resoluciones previsibles por parte de clubes o FFCV que siempre parecen quedarse cortas. De seguir así, episodios como los aquí recogidos volverán a ser noticia en el futuro.
