‘¡No soy un número!: quiero ser entrenador, pero no me dejan por mi minusvalía’ | Yo soy noticia


Compartimos la situación que nos hace llegar Luis Rosa Peris, una persona vinculada al fútbol desde hace muchos años y que ahora encuentra un obstáculo burocrático insalvable para seguir persiguiendo su sueño de asentarse en los banquillos.

Un ejemplo de esfuerzo y constancia, sirva su protesta de inspiración para los que pasan por experiencias similares y no se atreven a a hacerlas públicas. Una ayuda para abrir los ojos sobre un tema que, en su caso, parece que podría solucionarse con algo más de interés por parte de los demás actores implicados en el asunto.

Su reivindicación

Desde los 9 años padezco una enfermedad crónica y una minusvalía del 68%, que nunca me ha impedido disfrutar de lo que me gusta, el fútbol. Os resumo un poco mi trayectoria: desde los 15 años me he sentado en los banquillos de muchos campos de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Madrid o Cataluña.

He sido directivo durante cinco años en la UD Quart de Poblet, durante los cuales realicé labores de scouting para el primer equipo que militaba en Preferente; he estado sentado en el banquillo haciendo de delegado y viviendo promociones a Tercera División; he estado 2 años en Liga Nacional Juvenil como delegado y otros 2 en la División de Honor (élite del fútbol juvenil nacional); llevo 6 años en el club Atlètic Vallbonense, La Pobla de Vallbona, en las categorías cadete de segunda regional, juveniles de segunda y primera, y este año juvenil de preferente.

Luis Rosa dirigiendo un partido de Cadetes

Luis Rosa dirigiendo un partido de Cadetes

Todo esto no parece ser suficiente para el Colegio de Entrenadores de Valencia, que no me deja formarme como entrenador por tener un 68% de minusvalía. De hecho, sólo permiten a gente con un máximo de un 33%, el mínimo solicitado para reconocer una discapacidad.

Por lo tanto que no lo maquillen, directamente no quieren a personas con discapacidad.

La realidad es que sí que puedo ser entrenador. En todos estos años siempre he estado ayudando al entrenador en cada entrenamiento, incluso confeccionando y dirigiendo el entrenamiento en su ausencia. He estado en cada charla en el vestuario y a pie de campo en cada partido, incluso dirigiendo tras la expulsión del míster. Siempre he pensado que dado que mis esfuerzos físicos por el lupus no me dan para competir en alto rendimiento y no puedo jugar con el amor de mi vida, la pelota, si puedo compartir toda mi vida con ella desde un banquillo y/o una oficina.

Pero el Colegio de Entrenadores me cataloga como un paquete de arroz, que tiene una etiqueta que pone «3€». A mí me han puesto la etiqueta del «68%» sin molestarse en saber de dónde viene ese 68%, sin dirigirse a mí para preguntarme qué puedo o qué no puedo hacer, sin tratar de buscar una solución o punto de acuerdo sobre las pruebas físicas que tengo que pasar (¿De verdad hace falta que un entrenador pase unas pruebas físicas? Las áreas técnicas de los banquillos no son tan grandes…)

Hoy, con 26 años, sé que no viviré del fútbol, o quizá sí. Sé que no entrenaré en primera división, o sí, la vida da muchas vueltas. Pero también sé, por experiencia y conociendo mejor que nadie mi cuerpo y mis limitaciones, que sí que puedo ser entrenador. 

No me voy a rendir hasta cumplir mi sueño de ser entrenador, ¿me ayudas a conseguirlo?

En el enlace que sigue a continuación puedes firmar en su la petición de Luis Rosa Peris, para que de esta forma se acerque un poco más a cumplir su sueño de ser entrenador de fútbol titulado:

https://www.change.org/p/no-soy-un-n%C3%BAmero-quiero-ser-entrenador-pero-no-me-dejan-por-mi-minusval%C3%ADa-firma-y-ay%C3%BAdame-a-conseguirlo-gt-gt?source_location=minibar

La respuesta oficial

Consultado a este respecto el presidente de la Escuela de Entrenadores de Valencia, Jaime Selfa, se ha limitado a contar a Yosoynoticia.es lo siguiente: «No sabemos qué minusvalía tiene, ni que problema tiene, y por lo tanto nadie le ha negado hacer ningún curso de entrenador porque, entre otras cosas, no hay convocado actualmente ningún curso de entrenador tampoco».

Si se ha dirigido al Comité ahí puede estar el problema, el Colegio de Entrenadores no es el que realiza los cursos, es la Escuela de Entrenadores», añade a este asunto el veterano directivo.

Jaime Selfa ofrece la hoja de ruta para cuando llegue esta solicitud, y es que entonces «se les acomodan las prácticas deportivas a su discapacidad. En este caso, que es de fatiga, no veo el problema dónde está, pero repito que desde la Escuela te puedo decir que yo no he recibido ningún escrito de nadie solicitando la inscripción».

Sobre los porcentajes que manejan los organismos oficiales para permitir la inscripción o no de una persona según su minusvalía, uno de los caballos de batalla sobre los que cabalga Luis Rosa Peris, desde la Escuela de Entrenadores de Valencia indican que toda la información que ofrecen se ajusta a la legalidad y regulación vigente, que además les viene impuesta desde otras instancias superiores.

«La Escuela Valenciana de Entrenadores dependemos de la Escuela Nacional de la Federación Española de Fútbol. Hay normas, y se puede estudiar cada caso concreto de minusvalía para acomodar las pruebas físicas a la situación del aspirante, que una vez las supere ya hablaríamos. A día de hoy no se lo hemos negado a nadie, nos hemos enterado por los medios de comunicación y no por un escrito a través de los canales pertinentes», remarca.

Para concluir, Jaime Selfa deja el siguiente apunte para el interesado, o cualquiera que se encuentre en una situación similar en el futuro: «El Colegio de Entrenadores, con esa denominación, no existe desde hace años. Es el Comité Técnico de Entrenadores donde tienen que colegiarse como entrenadores poder entrenar, pero la formación a nivel federativo sólo la hace la Escuela Valenciana de Entrenadores, en Valencia, como una territorial de la Escuela Nacional que somos».

Los argumentos de Luis Rosa Peris

Conocida esta respuesta oficial por parte de la Escuela de Entrenadores de Valencia, Luis saca a la palestra una reciente llamada de José Antonio Correcher, miembro del Comité Técnico de Entrenadores, sobre los correos informativos que en privado «sí me reconocen haber recibido» en la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana (donde se incluye la Escuela).

Le instan, según nos cuenta, a presentar formalmente la solicitud en el próximo curso y ya se verá lo que ocurre en las pruebas, a lo que él nos indica lo siguiente: «Si me dicen en los mails a modo informativo que la minusvalía máxima que aceptan es un 33%, ¿para qué voy a presentarla con un 68% que tengo?».

Su protesta va más relacionada con la falta de tacto y atención del organismo federativo, al que achaca no haber reaccionado de esta forma (todavía de un modo muy insuficiente para Luis) por su caso hasta no haber sentido la presión mediática, además de haber negado el conocimiento de esta situación cuando en sus correos electrónicos les informaba de su enfermedad reumática (lupus), de su porcentaje de minusvalía y de su interés por seguir adelante.

En la Federación Española le han dicho a otros compañeros periodistas que no entienden por qué se da todo esto, que en la propia Federación hay entrenadores con minusvalía o que les falta una pierna», finaliza el joven entrenador valenciano.

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