Ocho términos a evitar en el periodismo deportivo | Yo soy noticia

Tanto periodistas deportivos, como consumidores de información deportiva, hemos ido asimilando con el paso del tiempo determinados conceptos incorrectos como normales.

Además de decenas de frases manidas, repetimos términos incorrectos y los consolidamos, sin plantearnos si estamos utilizándolos bien, haciéndole un flaco favor a la lengua. Vamos a ver unos cuantos que vemos casi diariamente:

Cesar: No significa destituir. Nadie cesa a otro. Un entrenador dimite, renuncia o es destituido. Cesar significa que ha dejado de desempeñar su cargo, es él quien cesa. Como el verbo encimar, a día de hoy, se puede utilizar en este nuevo sentido y hacerlo transitivo, pero teniendo un idioma tan rico con tantos sinónimos, ¿por qué no utilizar bien el lenguaje?

Precalentamiento: ¿Nos paramos a pensar cuando empleamos esta palabra, por ejemplo narrando un partido, lo que significa el prefijo que estamos utilizando? Basta con decir que los jugadores están calentando antes del encuentro, de lo contrario estarán haciendo ejercicios físicos antes de otros ejercicios de la misma índole, para preparar el esfuerzo que harán unos minutos después.

¿Milan o Milán?: La eterna discusión. A muchos les pone de los nervios escuchar al comentarista de turno decir Milan, pero ha de decirse así; pues el equipo lo fundaron ingleses en 1889. El Milan Cricket and Football Club. Sólo acentuaremos la palabra por tanto a la hora de hablar de la ciudad.

Tener la posesión: La posesión de la pelota se analiza mucho desde hace unos años, es un dato en el que solemos fijarnos cuando vemos la ficha final con la información del partido. Ahora bien, a la hora de comentar este porcentaje caemos en una redundancia cuando decimos que tal equipo tiene la posesión.

¿Liderazgo o liderato?: ¿Cuantas veces leemos que un equipo ha perdido el liderazgo de la Primera División? Hay que recordar que no son sinónimos, intentando no ser repetitivos o de embellecer una crónica, adornamos en ocasiones demasiado nuestras palabras. El liderazgo se obtiene porque alguien reconoce la superioridad de otro, y le sigue por su buen hacer.

Pronóstico: A no ser que creamos en los videntes, nadie pronostica resultados, pronosticar es conocer por algunos indicios lo futuro. Hay predicciones o presentimientos, eso sí. Pero no se pronostica lo que depende del azar.

– El ‘tiempo de descuento’: no significa que se descuenten, por ejemplo, tres minutos. El árbitro no descuenta, añade tres minutos o indica que el tiempo de descuento es de tres minutos.

– ¿Qué es eso del trivote?: El esquema futbolístico de dos o tres mediocampistas es un doble pivote, o un triple pivote.

No perder precisión ni calidad

Hay muchos más, como afirmar que “el árbitro señaliza la falta”. Señalizar es lo que hacen los que pintan las líneas del campo, o ponen los banderines. El árbitro indica, señala o pita.

Y podríamos hablar del abuso de metáforas, del uso incorrecto de expresiones o de la mala construcción de frases.

Preposiciones erróneas -las faltas no pueden ser sobre alguien-, ausencia y eliminación de los artículos -ya no se juega por la banda, se “juega por banda”-, mala conjugación de los verbos intransitivos, o el uso inapropiado de adjetivos.

Pero para evitar banalizar el periodismo deportivo y no perder precisión ni calidad, podemos empezar con estos términos.

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