Carlos Galera, un piloto acostumbrado a las turbulencias | Yo soy noticia

El piloto valenciano lleva el motociclismo en vena desde bien pequeño. Al ser el menor de 5 hermanos, ellos han sido los que le han inculcado la pasión por este deporte. Juntos veían carreras de todo tipo de categorías, en la familia siempre ha habido una gran afición al motor.

“Siempre he sentido dentro de mí que mi vocación era el motociclismo. Desde que tenía 3 años me subía a un labrador que teníamos y le giraba la oreja dándole gas, es algo que me viene desde muy pequeño”, argumentaba Carlos.

Primero los estudios

Su andadura en el motociclismo comenzó con apenas 8 años con una Ducati Mini 3, en un recinto privado de su pueblo. “Ahí es donde empecé a desarrollar mi habilidad con la moto, y mi pasión por ella”.

Como cualquier niño, su vida continuó de la mano de los estudios, pese a haber hecho varios intentos de convencer a su madre para dejar atrás la vida estudiantil y dedicarse profesionalmente al motociclismo.

Obviamente ellos me hicieron olvidar esa utopía, dejé el motociclismo en un segundo plano y continué estudiando”, nos contaba el piloto valenciano.

Él, cómo no, continuó luchando por cumplir su sueño de convertirse en deportista de élite. En 1999 se inauguró el circuito Ricardo Tormo de Cheste, así que Carlos no dudó en entrar a rodar en el circuito con su TZR de 50cc de calle.

Mi primera experiencia en un circuito fue inolvidable. Correr contra motos R6 y R1, mientras que yo corría con una 50cc fue un recuerdo que guardaré siempre”.

Carlos Galera siendo premiado por la federación

Carlos Galera siendo premiado por la federación

Piloto del aire

A los 19 años de edad comenzó a trabajar como comercial, lo que le permitió pedir un préstamo y comprarse su R6 de call,e con la que empezó a hacer tandas populares.

Posteriormente tuvo la oportunidad de entrar, con mucho esfuerzo, a la escuela de vuelo AirMed de pilotos de aviación, ya que fuera en lo que fuera él tenía claro que su pasión era pilotar.

Mis padres vieron que dedicarme al mundo del motociclismo no era de su agrado, debido al riesgo que conlleva este deporte, por lo que tuve la oportunidad de acceder a la escuela de vuelo AirMed”.

La prueba de Albacete

“En 2009, un equipo se pone en contacto conmigo y me informa que los tiempos que hago son muy interesantes, y que quieren que haga una prueba con ellos en Albacete”, rememora. Pese a no haber rodado nunca en ese circuito, Carlos no dudó en ningún momento.

“Rodé bastante rápido, el tiempo les gustó mucho y me ofrecieron correr con ellos una carrera”. Corrió con este equipo la última carrera del mediterráneo en el Circuito de Cheste, y finalmente acabó en 15º posición, consiguiendo un punto en su primera carrera.

Después de que el equipo viera el rendimiento que Carlos estaba dando, le propusieron correr una temporada completa junto a ellos, por lo que el 2010 lo afrontó con una moto de serie totalmente.

Carlos Galera, piloto de la Kawasaki Z Cup

Carlos Galera, piloto de la Kawasaki Z Cup

“El 2010 fue una temporada de aprendizaje, el mediterráneo era un campeonato muy fuerte en aquel momento. Había mucha competencia, por lo que fue difícil». La primera carrera en Montmeló corrió con una moto de serie completamente, por ello no pudo sacarle el rendimiento que él quería.

Para la siguiente en Castellolí, únicamente añadió a la moto una amortiguación de dirección GPR de bajo precio, ya que el circuito era muy bacheado y era necesario.

“Fue una carrera muy dura ya que no quedé en una mala posición para ser mi segunda carrera, pero no estaba contento conmigo mismo, el circuito era muy difícil y demasiado bacheado”.

La sorpresa llegó en Alcarrás. “Allí dí un salto técnico muy importante y acabé 10º. Pasé de sufrir en las carreras a acabar en una posición decente, peleando en carrera y en apuradas de frenada. Me gustó mucho y empecé a creer más en mí”.

Las siguientes carreras fueron bien y finalizó 3º de la Comunidad Valenciana, y 11º del mediterráneo.

Un giro de 180º

A partir de la carrera de Alcarrás ese mismo año, la vida profesional de Carlos da un giro de 180º. “Veía como sufría en la moto y quería dar lo mejor de mí, así que me empeñé en buscar un preparador físico experto en preparación de pilotos».

Así fue como encontré a Rafa Olcina, ex piloto y preparador de deportistas de élite. Entré en contacto con él y empecé a prepararme”, afirmaba Carlos.

En 2011 Carlos ficha por otro equipo, y con él cambia también de campeonato. “El cambio de neumáticos fue lo más difícil de afrontar, pensaba que iba a ser mucho más fácil”.

Corrió 5 de las 6 carreras, haciendo sólo un único test en enero en Cheste donde la pista estaba muy fría y no pudo aprovecharla del todo. “Entrené solo con la moto de motocross porque con la R6 no podía. No teníamos los recursos como para permitírnoslo, e iba directamente a las carreras».

Pese a todo, Carlos logró acabar 1º de la Comunidad Valenciana y 4º del Motodés muy cerca a puntos del 3er clasificado, superando todas sus expectativas.

Carlos Galera entrenando

Carlos Galera entrenando

El duro golpe de Airmed

Carlos seguía compaginando sus estudios de aviación con el motociclismo, y todo ello fue así hasta que en 2011 la escuela de vuelo Airmed cerró, dejándole a las puertas de aprobar y conseguir la licencia.

Esto le impidió continuar formándose, debido al alto coste de las tasas de vuelo. “Me quedaban solo dos exámenes prácticos, la escuela cerró y no tuve opción de seguir cursando el título de piloto de aviación en otro sitio, debido a que tenía que pagar mucho dinero”.

Pero todo esto no desanimó a Carlos, sino que le dio un impulso para cumplir su sueño de niño y dedicarse al motociclismo.

“En 2012 firmé un contrato para hacer el campeonato de España de Moto2. Fuimos a Barcelona con los dueños, estuvimos comiendo con ellos y en principio me dijeron que debía de aportar una pequeña cantidad como fianza para asegurarme la moto».

«Ese presupuesto fue adelantado y a la hora de la verdad no salió todo como esperábamos, además, no pudimos recuperar el dinero inicial”. Todo esto pasó en marzo, por lo que dejó al piloto valenciano sin tiempo para buscarse otro equipo u otra vía para seguir compitiendo.

Competir a toda costa

En 2013 comienza una búsqueda para competir a toda costa. Carlos no dejó de seguir entrenando y preparándose con Rafa Olcina, acudiendo a stages de alto rendimiento y pasando por duras pruebas físicas.

Me preparo a consciencia físicamente, porque sé que eso es lo que me da la mentalidad y la preparación para realmente ser coherente con mi objetivo, que es pilotar, pilotar profesionalmente”.

A partir de ese año, decidió hacer las cosas por sí mismo, le surgieron un par de ofertas para correr en diferentes campeonatos, “me salió una oportunidad para correr en el campeonato del mundo de SBK, algo que tampoco salió adelante».

Siempre he estado mirando el modo de volver a competir, este ha sido mi único objetivo; prepararme para volver a competir”.

Carlos Galera entrenando físicamente

Carlos Galera entrenando físicamente

La Kawasaki Z Cup

Fue su entrenador, Rafa Olcina, el que le habló de la Kawasaki Z Cup. Una copa mono marca bastante económica, en comparación con las categorías paralelas a ésta.

El motociclismo es un deporte caro, en el que necesitas inversión económica, ayuda de patrocinadores, que al fin y al cabo ellos se aprovechen de la publicidad, el impacto y del valor que da un deportista”.

Carlos ha intentado crear valores que sean reales para poder buscar un sponsor. En 2016 empezó a contar con varios medios de comunicación, periódicos, prensa especializada en el deporte e incluso llegó a enviar más de 1000 correos a distintas empresas.

Gracias a todo su esfuerzo hubo un medio que se hizo eco de la noticia, en el cual publicaron tres artículos y gracias a uno de ellos una empresa se unió a la causa y decidió apoyar al piloto para hacer la Kawasaki Z Cup.

Pudieron hacer solo dos carreras debido a los medios de los que disponían, una en Montmeló y la otra en su ya conocido Circuito de Cheste.

“Montmeló fue todo muy raro y nuevo, pero muy ilusionante, no me creía eso de tener la adrenalina de estar en un box a punto de salir a entrenar, de volver a sentir el mono abrazado a mi cuerpo, la moto, la gente y las carreras».

«La cara de la gente que viene a disfrutar del espectáculo, vivir la felicidad de hacer lo que más amo, pilotar”.

Hizo la carrera como pudo, ya que al llevar la moto el lunes siguiente a un taller de Valencia descubrió que tenía una desviación del manillar bastante pronunciada, y varias piezas mal instaladas. Los mecánicos se asombraron después de enterarse que corrió así una carrera entera.

De cara a la última carrera en Cheste solo pudo hacer un único entrenamiento en el circuito, debido a que el segundo entrenamiento que fue a realizar comenzó con problemas mecánicos, que no pudo solventar y le impidieron seguir.

Dos semanas antes de la carrera, Carlos sufrió una caída que le provocó una rotura en el hombro izquierdo, lo cual iba a hacer la carrera más dura debido a la cantidad de curvas a izquierda del trazado valenciano.

“La carrera fue mejor de lo que esperaba, la verdad es que con el hombro así lo pasaba bastante mal, la moto pesaba 230kg y los cambios de dirección eran difíciles, pero fui intentando mejorar”.

Cuando estaba haciendo una buena vuelta en el cronometrado, tuvo una caída en la parabólica bastante rápida, afortunadamente la moto no acabó muy destrozada y él no tuvo consecuencias físicas.

«Acabé con una gran sensación porque el equipo y todo el mundo de la copa había visto todo lo que había hecho».

Era el piloto de la copa con menos recursos y el que más estaba entrenando, empeñándose, dando todo de sí para poder estar en la fiesta de la Kawasaki Z Cup”, contaba el piloto valenciano.

Buscando apoyos

Como firmó en el contrato 2016, el sponsor era quien se quedaba la moto a final de año. El sponsor es el dueño de la moto, por lo tanto, solo tiene que pagar el precio de la inscripción al campeonato que son aproximadamente unos 12000€.

Gracias a la ley del Consejo Superior de Deportes, se desgrava un 40%, por lo que realmente serían 8000€. Además, la moto será posteriormente del sponsor.

Lo mejor de todo es que la moto a final de temporada es un activo que se vende, y el sponsor recupera entre 7000€ y 8000€ que es lo que cuesta la moto en esas condiciones.

No tendrá ningún problema después en vender la moto, ya que estará en perfectas condiciones. Sin olvidarnos de la publicidad y de la colaboración con un deportista, y todos los valores que esto conlleva.

“Las condiciones son bastante favorables debido a que, si se hacen bien los números, el riesgo económico como mucho pueden ser 1000 o 2000€».

«Para el impacto que tiene estar corriendo un campeonato internacional con los medios que nos apoyan, tanto de prensa como de televisión, creo que realmente es una buena oportunidad para darse a conocer».

Puede poner su promoción en Valencia, Albacete, Aragón y Barcelona, que son circuitos mundialistas excepto Albacete. Los frecuentan entre 15.000 y 25.000 personas, a parte de las que nos ven desde otros puntos del mundo”.

La ambición de Carlos

El proyecto es algo que Carlos tiene muy planificado, y con ideas muy claras, “Lo planeo así para que el sponsor vea que lo único que quiero es tener mi oportunidad, y que las cosas salgan bien».

Quiero darles todas las facilidades y herramientas posibles para que su marca sea la que realmente se beneficie de esto. Que disfrute de la competición, saque una buena experiencia y darle algo que sea de valor”.

Él no busca simplemente correr, él quiere que el sponsor tenga satisfacción ya que, para él, el sponsor es una parte fundamental del equipo.

«Hoy en día, los deportes de motor necesitan del sponsor, se ha convertido en una parte imprescindible del equipo. Como lo es el técnico de suspensiones, el sponsor es una parte más del equipo”.

Sin duda, este 2017 lo afronta con el objetivo de ir a por el campeonato. “Voy a ir a por el campeonato, no quiero ir a dar vueltas, quiero ir a por ello y mi objetivo es labrarme un camino en el motociclismo profesional».

«Demostrar que se pueden conquistar los sueños, que realmente con determinación y con lucha podemos conseguir lo que nos propongamos. No hay un camino grande, lo que hay que hacer es dar pasos cada vez más hacia delante para realmente conquistar lo que nos propongamos”, señala.

Él cuenta con muchas ganas e ilusión, pero sobretodo con ambición de cumplir sus objetivos. Ya tiene a su entrenador, Rafa Olcina, quien lo prepara día a día para lograr sus objetivos.

Entrenando 3 horas al día en el gimnasio, y 2 horas más de entrenamientos con la supermotard en el karting.

Cuenta con su equipo, SG Moto Performance, el cual le anima y le apoya siempre. Cuenta con un proyecto claro, que es éste que os estamos presentando hoy en YoSoyNoticia.es.

Solo le falta el sponsor, ayudémosle a cumplir su sueño.

Aviso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información ‘aquí’.

Aceptar Cookies