El niño que persigue su sueño sobre dos ruedas a 1000 kilómetros de casa | Yo soy noticia

Recién cumplidos los 14 años, fue hace unos cuantos cuando su nombre ya empezó a sonar en los círculos del motor de cantera. En competiciones de formación como la de Moto4, donde Andy arrasó en 2014 camino del título de España.

Por aquel entonces un ‘mocoso’ de apenas 12 años de edad se venía con su padre a correr los fines de semana en el campeonato de España de Moto4, manteniendo su residencia en Francia y soñando cada noche con hacer realidad eso que tiene grabado a fuego en su mente: ser campeón del mundo sobre una moto de competición.

De la quiebra a una salvación en Valencia

Fue con apenas 13 añitos cuando Andy dejó atrás a su humilde familia, que reside en Niza, y con pocas nociones de castellano no dudó ni un solo segundo cuando de trasladarse a vivir a Valencia se trató.

Concretamente a Paiporta, todo un desafío para este joven talento del motociclismo francés.

Encontrar residencia así como apoyo personal y deportivo en España le permitió seguir estando ‘en la rueda’, en condiciones de demostrar toda la determinación y talento que atesora su pequeño físico.

Se ponía así el punto y final a una etapa oscura en su corta vida, cuando el curso después de proclamarse campeón de Moto4 su equipo se declaró en quiebra.

Tanto Andy como su padre se quedaban con una mano delante y otra detrás, sin apenas recursos para correr en condiciones y con la perspectiva muy cercana de tener que regresar a Francia y cortar la progresión del niño.

Cuentan los que estuvieron cerca durante esos meses que no era extraño verle todavía en los circuitos, compitiendo de cualquier manera, necesitando incluso de la generosidad ajena para poder ponerle un alargador a una moto que ni tan siquiera arrancaba.

Fue entonces cuando cobró protagonismo la gran labor de la agencia Riders Management, que desde el 2015 cuida de que Andy esté integrado y a gusto en Valencia, como también se preocupa de su correcta evolución en el motociclismo.

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El piloto francés que habla valenciano en Paiporta

La historia de Andy todavía entraña más peculiaridad cuando uno descubre que, todavía con pocas nociones del castellano, ingresa nada más asentarse en Valencia en un instituto de Paiporta.

Concretamente en el Instituto La Senia, donde cursa todas las asignaturas en valenciano y se esfuerza como el que más para no quedarse rezagado con respecto a sus compañeros. En una lengua que hasta hace dos días, como aquel que dice, no sabía ni que existía.

Los que están cerca de él en el mundo del motociclismo, los que le guían y acompañan día a día, explican rasgos de su personalidad que asombra encontrarlos en un niño que acaba de cumplir los 14 años, y está viviendo a 1000 kilómetros de casa.

“Ves pasión, en sus ojos ves que desea triunfar cueste lo que cueste”, nos cuenta José Albors, una de esas personas que velan por la adaptación de Andy en su tierra de acogida.

Va a entrenar a cualquier hora, y es de los que te dice que si tiene que ir andando lo hace. Es muy cabezón cuando se trata de pensar en las motos”, añade.

El padre valenciano de las estrellas del motociclismo internacional

Un piloto KSB Sport Elite

En el centro de pilotaje que posee Kike Bañuls en Paterna no es difícil encontrar durante los fines de semana que el calendario lo permite a pilotos del Mundial de Motociclismo.

Gente como Jorge Navarro, el subcampeón de Moto2 Thomas Luthi o también a Iker Lecuona, la última joya surgida de Valencia que sin pasar por Moto3 ya se ha ganado un contrato de 3 años para este 2017 en Moto2.

Son parte de un grupo denominado KSB Sport Elite que se prepara a conciencia en el trazado de la academia, que perfecciona y rueda para luego ofrecer mejor rendimiento en competición. Una selección de talentosos pilotos donde Andy Verdoïa ya es uno más, aunque su historia le diferencia del resto.

Nadie recuerda un caso similar en Valencia, alguien que con sólo 13 años de edad decidió salir de casa sin mirar atrás, y cambiar de país para buscar decididamente la élite de su gran pasión, que en su caso son las motos.

2016 no ha sido un año fácil para él, tanto en lo personal adaptándose a la vida y educación en Paiporta donde una persona le cuida a diario, como en lo puramente deportivo dentro del CEV PreMoto3. Aunque pese a los problemas técnicos fue capaz de firmar el récord del circuito Motorland en Aragón, y finalizar noveno en la general.

Ahora, de cara al nuevo curso, si todo va bien correrá para un equipo francés dentro del Campeonato del Mundo Junior. Otro paso más en el sueño de un niño al que no le duelen los sacrificios si son por el mundo del motor, por perseguir sus retos.

No hacerlo sí que supondría un verdadero fracaso para su conciencia, la de todo un ‘obseso’ del motociclismo.

Las estrellas del motociclismo se forman en KSB Sports

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