Adrián Rubio
Cuando uno es campeón de España y Europa con apenas 16 años de edad corre el riesgo de volverse ‘loco’, de perder la cabeza y sobre todo de centrarse demasiado en escuchar los halagos que, en un mundo tan competitivo como es el del tenis, muchas veces pueden perjudicar más que favorecer a las jóvenes raquetas que empiezan a despuntar
Carlos Taberner, a sus 19 años, ya conoció el éxito siendo un adolescente y ahora, a las puertas de los 20, raquetea por subir puestos en el ranking y que su nombre comience a sonar con fuerza en el panorama internacional. Una de las más firmes promesas del tenis valenciano y español, este 2016 le ha visto ganar 3 torneos Futures y él promete dar aún más guerra a partir del próximo curso.
Fútbol y tenis
Sus orígenes hay que encontrarlos combinando un balón en los pies y una raqueta en las manos. Con 8 años Carlos Taberner ya era un ‘enfermo’ del deporte, que practicaba el fútbol sala en un colegio emblemático por esta disciplina en la ciudad de Valencia como es el de Dominicos, y también un tenis por el que se decantó con el tiempo y apreciando sobremanera la soledad sobre la pista. La faceta de ganárselo todo por él mismo, sin nadie más junto a él para derrotar al contrario.
Y no es una crítica suya al deporte colectivo, simplemente una determinación que le empujó a entrenar todos los días con la raqueta desde que tenía 14 años para así algún día llegar a ser profesional.
Salir fortalecido de los malos momentos
Fuerte de ‘coco’, sabe que la carrera de un deportista y más en el mundo del tenis está plagada de buenos y malos resultados, de victorias y derrotas, de momentos de ver la luz y otros donde dan ganas de romper la raqueta y no volver a jugar más.
“No he tenido crisis gordas, pero en algunos momentos cuando pasas por resultados que no quieres sí que te planteas si estás yendo por el camino adecuado. Tienes que aceptar que vas a pasar por momentos malos, y si consigues superarlos y salir fortalecido es cuando vas a poder triunfar”, remarca.
Palabras de un joven deportista valenciano que, como tantas figuras adolescentes que ganan campeonatos y se entregan al deporte que aman, ha tenido que privarse de estar más tiempo con su familia y amigos. Viviendo una adolescencia, en los estudios y fuera de las aulas, muy distinta a las de los demás y esto no es nada fácil. “Lo que más me costó fue comenzar a estudiar a distancia con 15 años, en 3º de la ESO. Con el tiempo me doy cuenta de que fue una decisión correcta”.
La rutina de un campeón en TenisVal
Se levanta cada día a las 7 y media de la mañana para empezar con la rutina de entrenamientos. Eso significa estar a las 9 sobre la pista, dándolo todo durante 2 horas y media para luego ‘sufrir’ con una hora y media más de físico antes de comer.
Por la tarde otros 90 minutos más de trabajo, completando jornadas diarias que ponen a punto su cuerpo y mente para la exigente competición tenística, que a su edad es más clave todavía, a la caza y captura de un lugar entre ‘privilegiada’ élite mundial. Una cima donde le ayudan a llegar Germán Anglada y Sergio Gallego, así como su preparador físico Álex Cuéllar.
Lleva compitiendo por el Club de Tenis Valencia desde que tenía 14 años, y más de 2 entrenando en la mítica academia TenisVal de Silla. Un lugar emblemático en el panorama tenístico de la Comunitat Valenciana, el preciado tesoro de Pancho Alvarió y José Altur que en breve cerrará sus puertas para siempre, tras casi dos décadas de gloriosa existencia. “Una pena que se separen, pero han durado sus años y hay academias que duran mucho menos. Creo firmemente que es la mejor academia de España”, comenta Carlos.
Sólo pide paciencia del entorno para nombres como el suyo, o el de tantos otros jóvenes talentos masculinos y femeninos del tenis valenciano, en la búsqueda de una identidad propia y de un hueco en el ultra competitivo panorama profesional del tenis mundial. “La gente tiene ganas de que salgan nuevas figuras valencianas pero hay que transmitirles calma, si valemos llegaremos, y sino no creo que sea ningún drama. Damos el 100% nuestro para llegar ahí arriba porque es lo que nosotros queremos, estamos contentos de que la gente nos vea ahí peleando”.
El 2017 debe ser el año de su gran salto, comenzando con un mejor ranking y accediendo a torneos de más nivel que los disputados hasta la fecha. Eso significa una mayor dificultad de los rivales, una exigencia física y mental superior y sobre todo un reto que analiza de la siguiente forma. “Estoy tranquilo en el sentido de que veo que puedo mejorar bastante más. En los Challengers los partidos se deciden por pequeños detalles y ahí es donde me toca ahora probar mi nivel, ante rivales que ya pueden estar sobre el 180 del mundo”.
