Adrián Rubio
El pasado fin de semana la convocatoria de la selección española absoluta femenina de Seven contó con la presencia de María Calvo Balaguer, quien a sus 17 años dejaba atrás las concentraciones con la sub 18 y se preparaba para un emocionante debut con las ‘Leonas’ en el Grand Prix de Malemort, donde acabaron como séptimas clasificadas
Podría pasar por una historia más de una jugadora más que, aunque muy joven, recibe otra oportunidad más de competir en el máximo nivel del rugby Seven femenino español.
Pero claro, toca detenerse y mirar con detenimiento su segundo apellido, ese ‘Balaguer’ que curiosamente también luce pero en su caso de primer apellido una tal Cristina, veteranísima compañera en el Senior Femenino del Tecnidex Valencia RC.
Y ¡voilà!, no hace falta dar más pistas. Son madre e hija, ambas jugadoras formadas en el histórico Unió Esportiva Rugby Montcada, que por la ausencia de un conjunto femenino de competición en la UER desarrollan la práctica de su deporte favorito vistiendo los colores del Tecnidex Valencia RC.
Una ‘leoncita’ entre ‘Leonas’
A María el rugby la tiene atrapada desde los 8 años de edad, al amparo de su madre Cristina, quien hace una década decidió probar en este deporte y el paso de los años la han convertido en un referente de sacrificio, esfuerzo y superación. Una ‘guerrera’ que hoy en día, ya con 45 años a sus espaldas, luce la etiqueta de jugadora más veterana en competición.
Y además es la presidenta del UER Montcada, ese club que al igual que el Tecnidex Valencia RC presume estos días de lo lejos que ha llegado la jovencísima adolescente de 17 años María Calvo Balaguer. Ni más ni menos que hasta el combinado español femenino de Seven, esas ‘Leonas’ que fueron capaces de colocar al rugby femenino nacional en los recientes Juegos Olímpicos de Río 2016 y encima lograron un diploma, ganándose el respaldo económico que les va a permitir buscar plaza en Tokio 2020.
Una cita donde María y otras muchas jugadoras van a luchar por estar, formando parte de ese soplo de talento joven que el seleccionador nacional José Antonio Barrio está tratando de insuflar en el equipo. “Una experiencia así te hace ver que hay mucho que trabajar, sobre todo respecto al físico, y que nunca es suficiente”, nos cuenta la joven jugadora valenciana de rugby.
Lo que más te dicen allí es que buscan gente con mucha actitud y carácter en el campo, que nunca se rinda ni baje la cabeza en ningún momento. Lo que están buscando es renovar un poco la selección, ir viendo a jugadoras jóvenes para las siguientes olimpiadas del 2020. Aunque saben que en estos momentos no seas una gran jugadora y no tengas mucha experiencia, buscan conseguir esa regeneración a largo plazo”, explica.
María destaca el buen rollo que imperó durante el reciente europeo francés, así como lo bien que le acogieron, y se muestra todavía “impactada” por llegar a la selección absoluta de Seven y ser la ‘Leona’ más joven. “Con mucho esfuerzo te adaptas”, nos dice, respondiendo de la siguiente forma cuando le preguntamos por el ‘mantra’ que se repite una y otra vez en la intimidad de ese selecto grupo de jugadoras: “Nos decían continuamente que por muy superiores que fueran a nosotras respecto al rugby, experiencia y tal los rivales, que no nos ganasen ni en actitud ni en combate en el campo”.
Familia dentro y fuera del campo
Los términos de ‘familia’ aplicados al rugby cobran un sentido todavía más importante y especial cuando hablamos de María y de su madre Cristina. También de la otra hija, la mayor y de nombre Cristina al igual que la mamá, a la que los estudios universitarios interrumpieron el año pasado la práctica del rugby pero que si todo va como está previsto volverá a vestirse de corto para jugar en esta campaña 2016/17.
Y las tres pueden volver a reunirse sobre el césped como en los tiempos del UER Montcada, pero ahora defendiendo los colores de un Tecnidex Valencia RC al que entrena Ana María Aigneren, y que vuelve a aspirar al título autonómico que defiende con uñas y dientes el también competitivo conjunto Senior Femenino del CAU.
Precisamente Cristina madre sabe lo que es ganar con el CAU, pero desde la pasada temporada tanto ella como su hija María juegan para un Tecnidex que se enorgullece de contar para la competición con esta gran saga familiar de rugby. Una pilar y una tercera línea que llevan hasta las últimas consecuencias eso de luchar por tu compañera.
Me encanta jugar con mi madre”, confiesa María, que también reconoce echar de menos jugar con su hermana “porque las tres en el campo somos un gran equipo, y me encanta saber que cuando vas al suelo ellas son las que te ‘limpian’ y te apoyan”.
