Redacción YSN
Hace tres meses cogí un vuelo de Valencia a Atlanta para empezar los entrenamientos y las clases en mi nueva universidad, Georgia Tech. Después de tres años en UTEP, decidí cambiarme de Universidad y venir aquí para jugar mi último año de la liga universitaria, pero esta vez, en la mejor conferencia de Estados Unidos (Atlantic Coast Conference)
Los partidos empiezan en el mes de Noviembre, así que todavía estamos en pretemporada. A diferencia de España, durante la pretemporada no tenemos partidos amistosos, así que este mes de octubre se hace eterno, además de ser el más duro.
Los entrenamientos suelen ser de tres a cuatro horas seguidas, y a parte tienes la sesión física de pesas tres veces por semana, la cual suele ser a las seis de la mañana. Cuando sueles levantarte a esa hora, piensas directamente en la siesta que te vas a pegar, pero la siesta es solo tradición española, así que normalmente nuestros entrenamientos suelen ser de 14:00 a 18:00. No hay tiempo para descansar después de comer. Supongo que ahora sabréis que contesto cuando me preguntan qué es lo que más echas de menos de España. Si, las siestas.
Luego está la parte académica, donde este año está siendo todo un reto para mí con el Máster que estoy haciendo. Esta universidad está considerada entre las diez mejores de Estados Unidos. Y no es ninguna broma. Creo que nunca antes había estudiado tanto como lo estoy haciendo ahora. Así que cada vez que terminamos de entrenar, intento pensar que tengo un ¨superpoder¨ que me deja hacer deberes y estudiar sin que se me cierren los ojos.
Pero lo bueno de aquí es que intenta ponerte la mayor cantidad de facilidades que pueden. Tengo una tutora/mentora a mi lado que me ayuda en cualquier cosa académica o deportiva que necesite. No solo se interesan por la parte académica y deportiva, sino también quieren que estemos preparados para cuando nos tengamos que enfrentar a la vida laboral o mejor dicho, el mundo real. Mientras tanto, disfrutemos del camino, y aprovechemos cada oportunidad ya que no sabemos dónde nos pueda llevar. Ya lo dice Serrat, caminante no hay camino se hace camino al andar.
