Lara Lamoneda, entre llamadas de emergencia y el balonmano: «Echo de menos el deporte, pero lo más importante es tranquilizar y ayudar a la gente» | Yo soy noticia

El estado de alarma en el que está inmerso en mundo en general y España en particular a causa del coronavirus Covid-19 ha puesto patas arriba todo el sistema establecido, aunque hay uno que lo está sufriendo por encima del resto. Hablamos, evidentemente, del sistema sanitario. Con el planeta en pánico, las urgencias se han ido saturando en un sistema sanitario que roza el colapso entre falta de material y falta de personal.

Ante esta situación, alumnos y alumnas de los estudios de Medicina que están en los últimos cursos han sido requeridos para trabajar en diferentes puestos. Hacer frente al Covid-19 no está siendo nada fácil y lo desconocido está cambiando día a día el modus operandi. Aún así, la respuesta de estos futuros y futuras graduadas en Medicina está siendo de matrícula de honor.

Uno de los muchos casos nos lleva, de nuevo, al mundo del deporte valenciano. En Alicante, una exjugadora del Club Balonmano Elche y actualmente jugadora del equipo de balonmano de la universidad Miguel Hernández ha tenido que aparcar sus estudios y su confinamiento para trabajar en el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) atendiendo las miles de llamadas de gente que busca respuestas ante el pánico generado por esta nueva enfermedad.

Intento transmitir tranquilidad. Si yo no estoy tranquila, los demás lo van a llevar mucho peor

La protagonista en cuestión es Lara Lamoneda, quien estaba luchando por llegar a las finales de los torneos universitarios CADU con su universidad y quien afronta un complicado final del quinto curso del Grado en Medicina. Hoy, Lara Lamoneda es una de las muchas personas que responde a las urgencias y a los temores de las personas que, presas del lógico pánico, creen o pueden tener este coronavirus Covid-19.

La saturación del sistema sanitario en Alicante obligó a la propia Sanidad a tirar de los y las estudiantes. Lara es una de ellas: «Me iban llamando días sueltos para trabajar y cubría esos días concretos porque podía compaginarlo con los estudios. Pero hace una semana me avisaron que iban a necesitar y a pedir a una persona hasta que se calmara la situación. En principio me incorporé para un mes, pero es bastante probable que se alargue visto lo visto…».

Aunque parece que las cifras empiezan a acercarse a ese ansiado pico, las complicaciones siguen siendo las mismas o, incluso, más duras. Y para muestra, las cifras de llamadas al CICU: «Salieron datos de haber recibido unas 19.000 llamadas en un turno de noche y la gran mayoría estaban relacionadas con el coronavirus. Ahora, cada vez más, actualizan el protocolo para categorizar un poco más las llamadas. Así, intentamos clasificar las urgencias por prioridades de emergencia y para que la ausencia de material no suponga un handicap tan alto».

Esta falta de material sanitario está complicando muchísimo las cosas: «Yo, al no estar en contacto con pacientes, no tengo que llevar la protección de los médicos. Pero en el ambiente se nota la falta de material, sobre todo a la hora de mandar los avisos. Las personas que realizan los traslados de posibles contagiados de coronavirus no quieren exponerse a un riesgo porque podrían llevar el problema a sus casas. La falta de material lastra mucho y retrasa un poco todo«.

Y entre toda situación de agobio, la responsabilidad del trabajo y de intentar calmar y jerarquizar cada una de las llamadas de emergencia: «Intento tranquilizarme a mí misma y a la gente que está a mi alrededor. Y cuando gestiono las llamadas, lo mismo. Si no estoy tranquila yo, los demás lo van a llevar peor que yo en esta crisis en la que estamos. En el trabajo, intento tomármelo con calma, ir poco a poco y atendiendo situación a situación dándole prioridad a lo más complejo y a lo que no, tranquilizar y compartir las medidas sanitarias que ya todos sabemos».

Las dudas académicas y la falta de deporte, un auténtico lastre

Lara Lamoneda es solo una más de las y los miles de estudiantes que desconocen el futuro de sus cursos. La intención de muchas universidades es hacer clases online, pero no siempre se puede conseguir: «Algunas asignaturas aún no habían empezado, otras intentan modificarlas y que se puedan hacer centradas en la exploración sanitaria y en los vídeos, pero es imposible hacer prácticas en hospitales. Quieren hacerlo todo vía online, pero no nos han dicho nada sobre los exámenes, los trabajos… Está todo en el aire».

Estudiando quinto curso y pensando en el futuro, Lara Lamoneda trasmite dudas y, sobre todo, incertidumbre: «No puedes preparar el Trabajo Final de Grado, tampoco sabemos si vamos a tener exámenes en junio, qué va a pasar con el tema académico en general, no sabemos qué nos van a decir de cara al año que viene si tenemos que recuperar o no todas estas semanas… Retrasar y alargar la carrera unos años más sería bastante duro después de todo este esfuerzo».

Y ahora, sin la pasión del balonmano. En plena lucha por la victoria en las competiciones CADU, una persona tan deportista como Lara Lamoneda se ha quedado sin balonmano y sin poder desconectar: «Lo llevo bastante mal. Me considero una persona bastante activa y si no entreno, voy a gimnasios, salgo a correr… Pero ahora, necesito desahogarme y es casi imposible. Sigues vídeos en casa, pero no tiene nada que ver con los entrenamientos o con la libertad de elegir el deporte que quiero hacer. Es una de las peores cosas que estoy llevando en este confinamiento».

El único momento de desconexión de Lara Lamoneda llega a las 20 horas, cuando España se vuelca para reconocer el trabajo de ella y de todos y todas las que están haciendo posible que la vida siga adelante pese a todo: «Es una gran satisfacción. Siempre he estado muy a favor de la sanidad pública, es un trabajo que es de agradecer y de admirar. Soy muy fan de cualquier personal sanitario que da tanto por el resto de personas. El reconocimiento te hace sentir agradecido porque, en algún momento, se valora este trabajo y también el de muchos otros».

La vida sigue para Lara Lamoneda, quien seguirá atendiendo llamadas ayudando a la gente mientras confía en que el balón, la pega y el sonido de las zapatillas sobre las pistas vuelvan a ser protagonistas. Las finales del CADU se han quedado pendientes. La carrera de Medicina, también. ¿Lo más importante? Que todo volverá a la normalidad, aunque todavía no sepamos cuándo.

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