CB ViscoConfort Maristas Algemesí celebra su 40 aniversario con un objetivo claro: ascender a División de Plata | Yo soy noticia

Siempre que las velas aumentan en número en las tartas de los cumpleaños se habla de crisis: «La crisis de los 30, la crisis de los 40, ya verás cuando llegues a la de los 50…». Quien firma estas líneas todavía no sabe lo que es añadir un 3, pero reconoce que no comparte esas crisis por las vivencias deportivas.

Valencia Basket celebró sus 30 años de vida jugando la final de la Copa del Rey de Vitoria, la de la Eurocup y terminó ganando la Liga ACB ante el Real Madrid. Nunca se habían celebrado tanto unos 30 años. Pues eso ocurre en Algemesí, donde un club de balonmano está celebrando su 40 aniversario.

El CB Viscoconfort Maristas Algemesí, uno de los clubes más míticos de la provincia de Valencia, está disfrutando de su 40 cumpleaños con un proyecto ambicioso. Anclado en la Primera División Estatal tras no lograr el ascenso, la entidad busca soplar las velas llegando a la División de Plata. Actualmente, el conjunto de Algemesí ya está tercero y lleva cinco victorias en sus últimos cinco partidos.

Visitamos el pabellón donde el conjunto presidido por José Carrasco entrena los martes y los jueves. Allí, entre pega, zapatillas y jugadores y jugadoras, se respira un aroma a historia y ambición que se aúnan en un perfume perfecto llamado éxito.

El equipo femenino y masculino comparten día de entrenamiento y allí, siempre presente, el presidente. Jugador primero y presidente después, José Carrasco observa los avances de los equipos charlando con los entrenadores presumiendo orgulloso del trabajo de toda una vida.

Ataviado con el micrófono de Yo Soy Noticia, José Carrasco repasa los inicios de un club siempre formado por gente de casa y que mantiene los pies en el suelo cuando se habla del ascenso. Evidentemente, todo deportista o equipo tienen como objetivo el mayor éxito, pero todo tiene su proceso.

Uno de los ejemplos de los porqués de la vida del Maristas Algemesí 40 años después es el balonmano base. Los niños y niñas que evitan las camisetas de Leo Messi o de Cristiano Ronaldo y deciden jugar con el balón en las manos. Y eso, en un país como España, tiene mucho mérito.

Pero, como hemos dicho, el objetivo siempre está en llegar a lo más alto. Para eso, el club cuenta con la ayuda de Viscoconfort, un patrocinador que ha permitido incorporar a jugadores procedentes de Asobal. Y es que el ascenso es lo que marca la vida deportiva de este CB Maristas Algemesí.

La presión gusta. Jugar sin presión es jugar para nada

Salimos de los despachos para bajar a la pista. Allí nos espera el capitán, un hombre pegado a una sonrisa. Ximo Martínez, un jugador hecho en el Maristas Algemesí, no puede esconder la felicidad que le genera ser el capitán del equipo de su vida en su 40 cumpleaños. De hecho, sus dos palabras son orgullo y felicidad cuando le preguntamos sobre la capitanía.

También conseguimos meternos en el vestuario del club. Huyendo del manido «partido a partido» o «hay que mantener la calma», Ximo Martínez no se esconde a la hora de hablar del ascenso: «Jugar sin presión es jugar para nada«. Otra frase que resumen bien la vida del Algemesí.

Y, si antes hablábamos sobre lo complicado que es encontrar que los más pequeños apuesten por algo que no sea el fútbol en un país como España, más complicado es contar con apoyo institucional. Tanto el presidente como el capitán son pragmáticos en este sentido.

Mencionando la ley de mecenazgo y destacando el apoyo del Ayuntamiento de Algemesí, Carrasco y Martínez prefieren pensar en lo que tienen que en lo que puede faltar. Eso sí, el presidente reconoce que alguna vez han estado esperando un apoyo que no ha terminado de llegar. Pero hacer las cosas bien permite que, 40 años después, la vida siga incluso mejor de lo esperado.

Un brasileño en Algemesí. Así es la vida de Anderson Silva

Tras conocer la historia del club en voz del presidente y la vida dentro del vestuario en voz del capitán, conocemos la historia de Anderson Silva. El brasileño llegó a Algemesí este verano procedente nada más y nada menos que de la Asobal, la primera división de balonmano en España.

Después de abandonar Zamora, Anderson Silva aterriza en Algemesí atraído por su agente. Su experiencia le permite ser un jugador importante, algo que necesitaba este brasileño que no solo piensa en el ascenso. Siendo jugador desde la adolescencia, Silva quiere que su hija pequeña y su familia crucen también el charco.

Con una vida tranquila, Anderson Silva combina el gimnasio con la comunicación con Brasil. Allí, a 7979 kilómetros de distancia, le esperan a través de una pantalla de ordenador o móvil su familia y su hija, cerca de cumplir los dos años: «WhatsApp o Skype es lo que utilizamos, pero se hace muy duro. Estoy perdiéndome muchas cosas porque está creciendo y que vengan aquí conmigo sería importantísimo para mí».

Asentado ya en Algemesí y disfrutando de Valencia cuando puede, Anderson Silva es uno de los muchos ejemplos de lo que hay que dejar atrás para conseguir los sueños. Y, tras jugar en Asobal, el brasileño ha bajado unos peldaños para sentirse importante, ser feliz en la pista con un grupo que lo ha acogido desde el primer día y, sobre todo, buscar la mayor comodidad para la llegada de su familia.

Lo que está claro es que 40 años no siempre se cumplen y más si hablamos de equipos formados por gente de la casa evitando los patrocinadores grandes. El ascenso seguirá la guinda, pero la tarta está cocinada por el alto nivel de jugadores y jugadoras de base que apuestan por el CB Viscoconfort Maristas Algemesí, por un vestuario sano y unido y por la gente que llena cada 15 días el pabellón municipal.

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