El grito desesperado del BM Canyamelar: “No hay futuro para el balonmano femenino en Valencia” | Yo soy noticia

Y lo hacen del tirón, no crean que el referente del balonmano femenino en la provincia de Valencia y uno de los dos conjuntos de la Comunidad Valenciana que representa al balonmano autonómico en la División de Honor, la máxima categoría en España, va a poder descansar en un hotel el sábado por la noche y regresar el domingo. Eso es un lujo que no se pueden permitir, y no es el único en sus odiseas cada 15 días: “Ahora ya viajar en autobús en un lujo, lo hacemos en furgonetas con ida y vuelta el mismo día y en cualquier momento nos tocará en ‘BlaBlaCar’”.

Las canteras de más tradición en el balonmano valenciano

Son palabras de su presidente Manuel Gómez, conocido en el mundillo del balonmano como ‘Manolo’, y de Edu Escartí, el entrenador que el curso pasado ascendiera con el filial a División de Honor Plata y que ve con resignación como la falta de recursos económicos obliga a este equipo a permanecer otra temporada más en Segunda Nacional Femenina. Ahora Edu ha dejado los banquillos tras más de dos décadas dirigiendo desde la banda (aunque ayuda en el equipo de División de Honor), y ha asumido el rol de Director Deportivo y Coordinador de la estructura deportiva del BM Canyamelar. Ambos se arman de valor y paciencia cada mañana para salir a gestionar miseria, y que me perdonen ambos, pero es la única conclusión posible a la que uno llega después de escucharles hablar tan claramente de la delicadísima situación por la que pasa el referente del balonmano femenino en Valencia.

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Poniendo la directiva dinero de su bolsillo

Al BM Canyamelar es fácil halagarle por el éxito que temporada tras temporada consigue de mantenerse entre los mejores equipos del país, con una cantera que va teniendo más organización y que debe ser el auténtico futuro de la entidad. Un club surgido en 2013 para competir en División de Honor, heredando las jugadoras de un Marítim que no pudo dar el paso pero que no desapareció, ya que sigue existiendo y actualmente sigue siendo un buen vivero de jugadoras.

El problema viene cuando toca buscarle noticias positivas a su alrededor, cuando uno comprueba de boca de sus protagonistas que el entorno de la ciudad de Valencia no llega a ser consciente de la cruda realidad del club, comenzando por el filial. El segundo equipo femenino tuvo que renunciar a la plaza en División de Honor Plata “por el tema económico, ya que pasábamos de 6.000 a 36.000 euros de presupuesto para esa categoría. Se ha intentado hasta el final, pero era asumir un riesgo que podía arrastrar a todo el club a la ruina”.

Y es un club que mantiene los mismos equipos de cantera que el año pasado, con su filial en Benetússer, pero que no termina de encontrarle sentido a todos estos buenos resultados cuando sale fuera a buscar recompensa en forma de inversión en el club. “Con las instituciones ahora mismo estamos negociando las subvenciones del año pasado, fíjate cómo estamos, y cada equipo del BM Canyamelar nos cuesta unos 6.000 y pico euros. El presupuesto total del club es de 230-240.000 euros”, apunta Manolo, que desvela el enorme sacrificio personal que realiza la directiva para cubrir esta cifra todas las temporadas. “Haciendo locuras en bancos, con pólizas… hasta llegamos a avalar con nuestro propio patrimonio”.

La gente no es consciente de lo cerca que está Valencia de perder el balonmano femenino de élite”.

Así respira el referente del balonmano femenino en la provincia de Valencia y uno de los dos, junto al Elche Mustang, de la Comunidad Valenciana, para el que “no hay todo el apoyo que debiéramos tener”. Una situación que se torna aún más dramática cuando de boca del angustiado y alicaído presidente salen las siguientes palabras: “La gente no es consciente de lo cerca que está Valencia de perder el balonmano femenino de élite”.

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Las zancadillas de clubes y estamentos

Manolo y Edu nos dibujan otro contexto preocupante más allá del económico, del que todavía hay más pinceladas que ofrecer. Se trata del relativo a la relación con los clubes de la provincia, o más bien se refieren a la casi total ausencia de colaboración con ellos salvo contadas excepciones de clubes como Alzira o Picassent, entre otros. “Ni la misma gente del deporte entiende que Valencia tiene un club de élite en el balonmano femenino, hay equipos contrarios que están en categorías inferiores y que colaborando todos podríamos mantener un gran equipo valenciano en División de Honor, pero si te pueden fastidiar te fastidian”.

“No colaboran pese a que si hay un equipo en la élite siempre habrá una referencia para las jóvenes jugadoras, pero si los equipos que están por debajo tratan de ‘joderte’ al final desaparecerá”, apuntan. Una situación que obliga al BM Canyamelar a fichar fuera, e incrementar gastos en detalles como los dos pisos alquilados para jugadoras. “Hay un tema tanto en este deporte como en otros de posesión, de que esa jugadora es mía. No se entiende por qué piensan así cuando sus jugadoras podrían dar el salto a la élite con nosotras, pero parece que no gusta ayudar al club referente del balonmano femenino valenciano”.

Cobramos unos 3 euros de entrada, el año pasado eran 2, y si la gente puede escaquearse por la otra puerta para no pagar lo hace”.

Y la afición tampoco echa una mano, como desvelan ambos, relatando una realidad vergonzante para cualquier aficionado al deporte que se precie. “Poquito a poquito vamos intentando crear masa, pero un partido con mucho público en nuestro pabellón son 150-200 personas, y creo que no influiría en nada que fuéramos primeras en División de Honor. Confías en que si deportivamente lo consigues económicamente lo vas a conseguir, pero luego nada. Cobramos unos 3 euros de entrada, el año pasado eran 2, y si la gente puede escaquearse por la otra puerta para no pagar lo hace”, explican con resignación. No será por sus intentos de darle visibilidad al BM Canyamelar, que invierte en televisión para tener un reportaje por semana en Teledeporte, pero aun así son esfuerzos que de momento se quedan en nada ya que gran parte de los medios de comunicación no acompañan.

SPOT - POR UN DEPORTE SIN GÉNERO

“La prensa escrita de Valencia es una puta ruina, sólo si hay polémica, matas a alguien o le pegas un puñetazo a un árbitro puedes salir en el papel”, resaltan indignados.

¿Hay futuro para el club?

“No hay futuro para el balonmano femenino en Valencia”. Así de contundente es Manolo, el presidente que cada temporada lidia con todo lo que supone mantener una estructura de élite como la del BM Canyamelar. “Los estudios son más fuertes que antes, la ambición de jugar no es la misma que había antes y las ofertas de ocio son muy grandes. Ha cambiado la cultura de la sociedad, de la juventud. Recuerdo que con mi hija veníamos desde Benetússer hasta aquí todos los santos días, en agosto la traía a Valencia desde Cullera todas las tardes y eso hoy con una chiquilla de 17-18 años es muy difícil lograrlo en agosto estando ella con sus merecidas vacaciones”.

Cuesta cuadrar horarios de entrenamiento por las diferentes obligaciones profesionales o de estudios que tienen las jugadoras, y “el paso de Juvenil a Senior es el crítico”, nos destaca Edu Escartí. “Se pierden muchas jugadoras por el camino, entrando en la universidad y ya en época de novios y de más ocio. No pueden vivir de esto, ni tan siquiera alimentarse dignamente, y el tema de los viajes lo complica todo mucho más”.

Son 14-15 horas de un tirón, y lo lógico al llegar allí es perder. Para el rendimiento deportivo y la captación de jugadoras es un hándicap, y de hecho algunas del B que podían integrarse este año en la plantilla del primer equipo no pueden hacerlo por cosas como estas de los desplazamientos”.

Se refiere a las ‘palizas’ que estas jugadoras y cuerpo técnico del División de Honor se pegan cada vez que toca jugar fuera. A las islas, como es lógico, no pueden ir en furgonetas, pero sí que toca hacerlo cuando de acudir hasta Galicia o País Vasco se trata. “Son 14-15 horas de un tirón, y lo lógico al llegar allí es perder. Para el rendimiento deportivo y la captación de jugadoras es un hándicap, y de hecho algunas del B que podían integrarse este año en la plantilla del primer equipo no pueden hacerlo por cosas como estas de los desplazamientos”.

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Y es que su vida social ya es limitada entrenando y sacrificándose al máximo con el División de Honor Femenino 5 días a la semana, para luego además tener que pasarse gran parte del fin de semana en la carretera. Sin apenas espacio para las relaciones sociales, con un calendario semanal de trabajo en el club similar al de un gran equipo de fútbol y paren de buscar más coincidencias. “Las empresas no entienden el invertir en balonmano, hay una ley de mecenazgo que se aprobó en el 2014 y se ha luchado mucho por conseguir, pero ni así entra dinero en clubes como el BM Canyamelar”.

Y no le echemos la culpa a que es deporte femenino, que recientemente en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y como viene haciendo de un tiempo a esta parte es quien más premios y medallas le está ofreciendo al deporte español. “Con el tema de la potenciación de las leyes de igualdad hay más predisposición, pero de momento no tenemos resultados en el día a día con dinero, y por eso el deporte femenino sigue siendo una ruina y el que menos atendido está”, afirma con rotundidad el presidente de la entidad valenciana.

Por eso el deporte femenino sigue siendo una ruina y el que de momento menos atendido está”.

Tanto él como Edu luchando por mejorar las relaciones con el entorno a través de un código ético para que en las distintas categorías de competición los clubes se respeten más, sobre todo en lo relativo a fichar jugadoras, y ambos tratando de vender a través de esta entrevista todo lo bueno que atesora un balonmano femenino donde las magníficas relaciones entre jugadoras rivales es toda una realidad, sin espacio para la pillería o el teatro ni en el público, directivos o deportistas.

Para todo somos de élite menos para cobrar y conseguir patrocinadores, a nivel de deporte femenino estamos en la máxima categoría, igual que el Real Madrid lo está en el fútbol. No tenemos a Cristiano Ronaldo o a Messi, pero tenemos a Ana Marín, Amparo Aguas, Laura Morais y todas las demás del equipo, son nuestras jugadoras y las conocen sus familias y alguien más, pero al final es lo mismo”.

Nadie quiere que este deporte copie del fútbol estos malos hábitos, pero no estaría de más que si pudiera imitar el impacto que el balompié tiene sobre los posibles inversores. Empresas valencianas como AM Cargo han aumentado su apuesta por el BM Canyamelar, pero la entidad desea hacer un llamamiento para que aparezca mucho más apoyo de un entorno empresarial que debe abrazar cuanto antes a este equipo de la élite del balonmano femenino nacional. “Para todo somos de élite menos para cobrar y conseguir patrocinadores, a nivel de deporte femenino estamos en la máxima categoría, igual que el Real Madrid lo está en el fútbol. No tenemos a Cristiano Ronaldo o a Messi, pero tenemos a Ana Marín, Amparo Aguas o Laura Morais, son nuestras jugadoras y las conocen sus familias y alguien más, pero al final es lo mismo”.

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Y con todo esto, a por otro año entre las mejores de España

Económica y socialmente hablando hay mucho con lo que deprimirse en el BM Canyamelar, pero también toca echar un vistazo a la vertiente deportiva en un club que temporada tras temporada desafía su cruda realidad financiera para mantenerse en División de Honor.

Silvia Prósper es la única incorporación esta temporada procedente del filial, ella sí que pudo y otras dos del segundo equipo del club renunciaron a jugar en el Senior por temas laborales. La israelí Nitsan Dunay procedente del Elche es el gran fichaje, la que en momentos complicados deberá echarse el equipo a la espalda, y junto a ella también llega de Elche Alicia Asencio, Laura Morais del Atlético Guardés, Nuria Magraner del Alzira, María Stroe del Málaga y María Pérez que regresa al balonmano tras su maternidad.

Mireia Payá, Sheila Segura, Patricia Cañavera y Silvia Amo, además de una Cristina Morell a la que problemas de salud de su padre obligan a volver a Barcelona, son las bajas en el conjunto que dirige Vicent Enric Nogués. El reto sigue siendo no pasar apuros y llegar tranquilas a Navidad, aunque de momento se ha comenzado la 2016/17 con dos derrotas y ahora toca salida a la siempre complicada pista del Bera Bera.

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Esto en lo que respecta a las ‘mayores’, de un club que también mantiene en su estructura un Senior Masculino. Con el filial femenino hay que volver a buscar plaza en División de Honor Plata, y luego ya la situación económica dictará sentencia, y hay muchas esperanzas depositadas en un equipo Juvenil que junta a una gran generación de jugadoras en este BM Canyamelar, cuyo gran triunfo también radicará en mantener la pasión y las ganas de seguir creciendo en el balonmano de sus infantiles y cadetes de formación.

Que no abandonen el deporte, como ojalá tampoco abandonen nunca al club gente como Manolo, su directiva y Edu. “Te empuja a seguir el amor al balonmano, ver a la gente joven que empieza desde pequeñitas. Hay muchas cosas positivas, pero la realidad económica y social es la que es. El día que no haya directivos con algún lazo familiar posiblemente no existirá el BM Canyamelar”.

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