Ángel Fernández, un trotamundos de los banquillos: «La vida te acaba planificando a ti y tienes que estar preparado» | Yo soy noticia


Valencia, México, Guatemala, Cáceres, Zamora… Ciudades y países totalmente diferentes pero que tienen un denominador común en la vida de Ángel Fernández: el baloncesto. El entrenador valenciano ha inculcado sus conocimientos de baloncesto y ha seguido mejorándolos siguiendo una ruta que no parecía tener fin. Ahora, con el objetivo de asentarse como entrenador de Quesos El Pastor en la Liga Femenina Endesa, Fernández solo piensa en la temporada 20/21.

El baloncesto y la vida siempre regalan historias curiosas y, sobre todo, inesperadas. ¿Se imaginan estar 19 años en el mismo sitio y acabar cruzando el charco para dirigir a una selección mexicana? Así comienza la historia de Ángel Fernández una vez deja Valencia Basket. Y hoy, en YoSoyNoticia.es, hemos querido conocer cómo se fraguaron todos sus viajes y su futuro más cercano.

La experiencia me ha servido para darme cuenta de que es la vida la que te planifica a ti

Siempre se ha recomendado viajar para vivir experiencias y para conocerse a uno mismo. En este caso, la experiencia vital de Ángel Fernández con tanto avión y tanta escala evidenció que organizar una vida no es tan sencillo como parece: «La experiencia me ha servido para darme cuenta de que por mucho que planifiques tu vida, la vida te planifica a ti. Hace ya 7 años que salí de Valencia Basket, un club que da estabilidad. He tenido la suerte de no parar y he hecho muchos kilómetros: México, Guatemala… Y después de Cáceres y Zamora, donde estoy muy a gusto».

La salida de Valencia Basket fue como quien despliega un mapamundi para poner chinchetas y recordar los lugares en los que ha estado: «Nada más salir me comentaron la posibilidad de ir a México para ser el seleccionador en un torneo que se va a celebrar en Costa Rica. Y con mi experiencia en Godella y en Ros Casares todo salió adelante. Me encontré un equipo con hambre, con ganas de hacerlo bien y nos hicimos con la medalla de oro. Me consolidé en el baloncesto mexicano y también fui entrenador en la liga con el Aztecas donde fuimos subcampeones de liga».

Fue como llegar y besar el santo, aunque los cambios entre un baloncesto y otro fueron bastante importantes: «Noté muchos cambios, aunque me ayudaron mucho. En Valencia Basket teníamos muchos medios y de golpe, me voy a 16.000 kilómetros, a una cultura y a una costumbre diferente. Humanamente, la gente siempre me trató muy bien. Pero a nivel organizativo, a nivel de instituciones… Es totalmente diferente. No existe una federación que rija todas las ligas en un país tan grande como México. Hay muchas luchas con FIBA Américas».

De México y Guatemala a Cáceres y Zamora en casi dos años. Pero las raíces forjadas en tierras latinoamericanas siguen siendo muy fuertes: «Tengo muy buenos amigos allí. En periodo de confinamiento organicé un curso con entrenadores valencianos y se inscribieron unos 600 entrenadores. Todos entraron cada día a través de ZOOM para acompañarnos en las ponencias que hicimos para la Asociación Nacional de Entrenadores de México. Sigo teniendo mucho contacto con ellos, colaboro con ellos en todo lo que puedo».

Me encontré con un equipo fuerte mentalmente

Después de la aventura por las Américas, Ángel Fernández se está asentando como técnico de Quesos El Pastor. Se hizo con el banquillo en noviembre cuando el equipo estaba con un balance de 2-9. Hoy y tras el parón del coronavirus COVID-19, el equipo había mejorado y reenganchado a la lucha por la permanencia con un balance de 6-16 empatado con el antepenúltimo Cáceres.

Y el cambio y la mejoría llegó sin ataques de entrenador: «Llegué y había parón por ventanas FIBA. Tuve margen para conocer al equipo, ver vídeos de las jugadoras internacionales… Hablé con ellas, pero no perdí mucho tiempo. Me dieron la sensación de que, pese a estar mal y 2-9, el equipo seguía creyendo y era duro mentalmente. Ellas siempre creyeron y estábamos a punto de salir del descenso y empatados con Cáceres hasta la semana del Estado de Alarma».

El objetivo de Ángel Fernández era aprovechar el trabajo del anterior cuerpo técnico, darle su estilo propio y empezar a ganar: «No me dio un ataque de entrenador. Había parte del trabajo anterior que estaba muy bien hecho, sistemas de ataques bien preparados e implanté algunas modificaciones para aprovecharlos. Sí que intentamos meter más intensidad defensiva, pero me puse en el lado de las jugadoras y pensé que no era bueno cambiar todo de repente sobre todo por ellas. Después de tres meses de competición, añadir información nueva no tiene que ser fácil».

Era prácticamente imposible que se reanudara la liga

El buen momento del equipo de Ángel Fernández se vio frenado, como todo el país, con el Estado de Alarma a causa del coronavirus COVID-19. Lo positivo es que no ha habido descensos y el valenciano seguirá llevando el banquillo de Quesos El Pastor la próxima temporada: «Las jugadoras más jóvenes y las extranjeras querían volver con sus familias. Arreglamos todos los vuelos y se marcharon. Viendo las decisiones que iba tomando la Federación Española de Baloncesto (FEB), siempre en consonancia con el Gobierno de España, de ir aplazando la competición, era imposible que volviéramos«.

Ahora, el club de Zamora busca mantener el máximo número de jugadoras posibles, aunque no parece tarea sencilla: «Va a ser difícil mantener el bloque porque algunas jugadoras, por decisiones diferentes, van a querer salir. La intención es renovar el máximo de jugadoras posibles. Queremos formar un equipo equilibrado con jugadoras jóvenes y con ganas de crecer, que puedan tener un desarrollo y una carrera en la Liga Endesa».

Y todo ello, sin dejar de lado que clubes como el que entrena Ángel Fernández tiene que hacer maravillas para sacar un equipo competitivo: «Hay un grupo de equipos que vamos a sufrir mucho por sacar los presupuestos adelante. Dependemos mucho de apoyos institucionales, de pequeños comercios que patrocinan a los clubes pero que no saben si podrán hacerlo después del COVID-19… Va a haber un grupo de seis o siete equipos que estarán muy lejos de los equipos de arriba».

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