Carlos Martínez
Las de Roberto Íñiguez castigaron con un 12/25 en triples y dejaron KO a las taronja.
Caer con honor. Eso es lo que hizo Valencia Basket en el pabellón de Würzburg en el tercer y definitivo partido de las finales de la Liga Femenina Endesa. Después de imponerse en el primero y de caer en el segundo, las de Rubén Burgos se la jugaron a una carta y se encontraron con un Perfumerías Avenida que castigó con un acierto tremendo (12/25 en triples).
Y eso que el encuentro arrancó de la mejor manera posible. Un parcial de 2-9 y una defensa cambiante impulsaron a un Valencia Basket más acertado, aunque la alegría duró poco. La pesadilla llamada Katie Lou Samuelson y los triples empezaron a pedir protagonismo y el intercambio de golpes comenzaba a ser la tónica (20-23).
Ahí, el Perfumerías Avenida y su talento iban a cambiar las cosas en el segundo cuarto. El parcial de salida llegó a ser de 17-5 para las de Roberto Íñiguez, que aprovechaban las esquinas y los errores defensivos valencianos. Aún así, las taronja consiguieron mantenerse con vida antes del descanso gracias al acierto de Celeste Trahan-Davis (42-37).
Pero la final se iba a decantar en el segundo acto. Pese a que el Valencia Basket recortó distancia con Trahan-Davis, el Perfumerías Avenida iba encontrando sus máximas diferencias castigando tanto dentro como fuera. El ataque se dibujaba con fluidez bajo la batuta de Silvia Domínguez. Todo lo contrario ocurría en Valencia Basket, encorsetado y sin ideas (57-50).
Y en el último cuarto, el Perfumerías Avenida encontró el hueco en la pintura. Bella Alarie se hizo grande y recibía regalos en forma de asistencias que convertía a placer. Además, las azulonas no perdían el acierto exterior y fueron noqueando a un desquiciado Valencia Basket (76-61).
Con la derrota, el Valencia Basket se queda sin título, sin doblete y sin Euroliga. Pero también se queda con una temporada histórica, con un equipo con una identidad tremenda y con un proyecto que solo piensa en seguir creciendo.
