Alex Alfaro García
En este mundo hay personas que están hechas de una pasta completamente diferente. Una de ellas es Katharina Thanderz, que a sus 33 años de edad sigue invirtiendo cada uno de los días de su vida en convertirse en la mejor boxeadora del mundo.
Nacida en Noruega pero criada en Altea (Alicante), es una de las máximas representantes españolas en esta disciplina, llegando a conseguir el título de peso superpluma del CMB en 2019.
Atiende a YoSoyNoticia.es desde el aeropuerto camino a Inglaterra. Su voz suena ilusionada por volver a un ring un año y medio después. Y aunque en el momento de la entrevista no lo sabía, se encontraba a pocas horas de volver a reencontrarse con la victoria. Su último combate fue también en tierras anglosajonas y supuso la primera derrota de Katharina en toda su carrera.
Fue un antes y un después para ella porque “para una persona competitiva es muy difícil. Lo llevé mal, con mucha tristeza. En ningún momento me imaginé la derrota. Estaba muy convencida de que podía ganar, y lo sigo pensando. Hay cosas que se escapan de tus manos”. Aquel combate tuvo una dudosa actuación arbitral que provocó la primera derrota de su trayectoria.
De estudiar “trabajo social” a boxeadora
Para llegar a ese momento, son necesarias muchas gotas de sudor y sufrimiento. Mientras Katharina aprendía Matemáticas y Lengua en su instituto de Altea, nunca llegó a imaginar que se ganaría la vida con unos guantes de boxeo puestos. Es más, ella quería estudiar Psicología, aunque acabó formándose como trabajadora social.
Hay mucho respeto entre los rivales. La gente que tiene prejuicios es porque no conocen verdaderamente el deporte”
A los 18 años decidió “probar” los deportes de contacto, aunque sus padres no eran muy “fans” del boxeo: “Hay muchos prejuicios, pero hay muchos deportes mucho más violentos. Lo llaman el “noble arte”: Hay mucho respeto entre los rivales. La gente que tiene prejuicios es porque no conocen verdaderamente el deporte”
Además, añade que “para cualquier niño el deporte es bueno. Los deportes de contacto en general aportan grandes cosas positivas. El boxeo te otorga disciplina, compañerismo y como cualquier otro deporte, aprendes a esforzarte e incluso a ser la mejor versión posible de ti mismo.
“Nunca he cambiado de entrenador”
Uno de los valores que han acompañado a Katharina allí donde ha ido, ha sido el compañerismo. Porque el boxeo no es ni mucho menos un deporte individual. Su entrenador es ‘Xule’: “yo siempre he tenido el mismo. Ya te podrás imaginar cómo de cercana es nuestra relación. Es una persona muy importante para mí. Hay una relación personal de peso añadida. En mi último combate, que fue mi primera derrota, recuerdo que me dijo que no cargara con ese peso sola. Todo lo hacemos en equipo. Siempre me acordaré de esa frase”.
En mi último combate, que fue mi primera derrota, recuerdo que me dijo que no cargara con ese peso sola. Todo lo hacemos en equipo. Siempre me acordaré de esa frase”
Y así es como Katharina consiguió salir de esa mala racha: “Es ley de vida. Pasado un tiempo me recuperé y continué yendo al gimnasio a entrenar. Pero he tenido un parón más largo de lo esperado para volver a competir, porque quería volver lo más rápido posible. He tenido que esperar casi un año y medio. Por suerte, he aguantado”.
“Sufrí una perforación de tímpano, me rompió la nariz y recibí un golpe en el hígado”
Sin duda alguna resulta complicado imaginarse el esfuerzo que debe hacer una deportista para continuar de pie después de las mencionadas lesiones: “Hay una parte que la tienes o no. Hay gente que es muy técnica pero luego le dan un golpe y se nota que no les gusta. Quizá sirven para entrenar y hacerlo bonito, pero también hay que saber encajar los golpes. Pero también he visto a gente que ha mejorado mucho en ese sentido”.
Cobramos bolsas mucho menores que los chicos en los campeonatos. Por un campeonato del mundo te pagan una miseria”
Pero a pesar de ser una deportista TOP, a Khatarina le costó Dios y ayuda encontrar patrocinadores que le sufragaran su carrera profesional: “durante muchos años no he tenido ni un patrocinador. A día de hoy tengo uno y me ha permitido aguantar año y medio sin pelear. Sin esa ayuda no habría sido posible. Cobramos bolsas mucho menores que los chicos en los campeonatos. Por un campeonato del mundo te pagan una miseria”.
Campeona de Europa y trabajaba en una inmobiliaria
Antes de encontrar al patrocinador, no tenía más remedio que compaginar los entrenamientos con su trabajo en una inmobiliaria. Pero después de ganar el campeonato de Europa, llegó el momento de la gran decisión: “Era un o ahora o nunca. Sabía que eso lo podría volver a tener en otro momento de mi vida, pero boxear a nivel competitivo tienes pocas posibilidades. Combinarlo es muy complicado: llegas estresado, no absorbes conocimientos nuevos, mayor facilidad para lesionarse porque el cuerpo está agotado… Me lancé a la piscina», rememora.
Vendemos menos pero, ¿por qué? Al final vendemos menos porque invierten menos en hacernos publicidad»
En un deporte en el que además se agigantan las diferencias económicas respecto a los hombres: “Vendemos menos pero, ¿por qué? Al final vendemos menos porque invierten menos en hacernos publicidad. Sí te fijas como cómo han crecido las mujeres tenemos un claro ejemplo. Hay gente que cree e invierten. Hace nada, la batalla entre Katie Taylo y Amanda Serrano batió récord en ventas. Sí se quiere hacer, se puede hacer”.
“Si se quiere, se puede”
Con una reciente victoria más en su vitrina, Katharina sigue tratando de cumplir su sueño, que no es otro que retirarse habiendo peleado junto “a las mejores”. Aunque desde hace un año y medio también tiene otro objetivo: ganar la revancha contra Terri Harper.
Esta es la historia de Katharina, una de tantas mujeres que persiguieron sus sueños sin importar prejuicios, comentarios hirientes ni las gotas de sudor necesarias para alcanzar la cima. Golpe a golpe, gancho a gancho, asalto a asalto, esquivo tras esquivo, Katharina es una referente en el boxeo español y mundial. ¿Cuánto tiempo volverá a estar sin perder otra vez? ¿Cuál será su próximo gran logro? Estén atentos, porque dará de qué hablar.
