El último Mundial Zhik 29er disputado en Valencia nos dejó el especial doble oro (absoluto y sub17) de Simón y Mateo Codoñer. Dos jóvenes hermanos valencianos del RCN Valencia que venían de arrasar en el último campeonato de España, e hicieron lo propio en la cita mundialista.

Para ellos ha sido «una experiencia única y muy especial«, puesto a que se realizaba en casa, tal y como nos detalla el propio Simón Codoñer. «Han participado casi 400 regatistas de todo el mundo, y el ambiente era muy bueno. Nunca habíamos visto tantos 29er juntos. Eran casi 200 barcos», apunta.

Nos queremos dedicar a esto y pasar las máximas horas posibles en el mar», comenta Mateo Codoñer.

Como por su parte explica su hermano Mateo, «ser campeones del mundo es un gran paso a nivel deportivo». Ambos continúan correctamente por el marcado camino para poder dedicarse a este deporte.

Todo esfuerzo tiene su recompensa

Ambos comenzaron sus caminos en la navegación a los 7 años en el Optimist en invierto y Windsurf en verano. «Al acabar Optimist nos íbamos a pasar al 4,20, pero habían unos amigos ya en el 29er. Nos gustó mucho el barco por su velocidad y finalmente nos pasamos a esta clase», nos relata Simón.

Foto: Pip Portas / RCNV

Detrás de un logro como ser campeones del mundo debe de haber mucho trabajo, y así lo reconocen ambos. «Le hemos dedicado muchas horas a lo largo de este año, ya que llevamos solo un año navegando en esta clase, pero hemos conseguido grandes pasos», reconocen los dos hermanos, quienes también agradecen la ayuda de sus entrenadores Antonio López y Javier Serrano quienes les han «dedicado un tiempo inolvidable y motivado muchísimo».

Ahora mirando atrás nos da muchísima satisfacción ver esta recompensa», nos cuenta Simón Codoñer.

Al echar la mirada atrás, Simón recuerda ese sacrificio que les ha llevado a dónde están ahora mimo. «Se me viene todo el trabajo que hemos hecho este año y las horas que le hemos puesto junto a nuestro monitor Javier Serrano. Llegar es duro porque necesitas pasar muchísimas horas entrenando en el agua todos los fines de semana y a veces se hace muy pesado. No te queda tiempo para otras cosas», comenta.

Mateo también se acuerda de toda la gente que le ha apoyado y acompañado en este duro proceso. «Se lo dedicaría a mucha gente ya que nos han apoyado muchísimas personas a nivel del club, entrenadores, amigos de mis padres, etc.,», enumera el propio Mateo, quien además tiene una emotiva dedicatoria: «Se lo dedico especialmente a mi abuela que, en paz descanse, que siempre me decía que algún día sería campeón del mundo y espero que lo haya visto desde el cielo«.

A la pregunta sobre cómo es competir y entrenar con su hermano, ellos lo tienen claro: es un plus. La complicidad entre ambos es clave. «La verdad que se discute mucho más por la confianza, pero competir juntos es algo muy especial. Tenemos una conexión impresionante. No hace falta decirnos nada, con la mirada nos entendemos», reconocen los dos hermanos, quienes también destacan la comodidad que supone ser familia a la hora de realizar los viajes y organizar entrenamientos.

La mirada puesta en el futuro

Tanto Simón como Mateo reconocen que su deseo es dedicarse a ello. Pero… ¿qué objetivos tienen los dos hermanos? «A corto plazo seguir en 29er y tratar de ganar el europeo, y sobre todo el ISAF que se celebra en diciembre en Omán y vamos a representar a España», explican ambos.

Mirando a largo plazo, su futuro pasa por la clase Formula Kite, con la cual ya están actualmente compaginándolo. Además de alcanzar el sueño de todo deportista: «tratar de clasificarnos para los Juegos Olímpicos de 2028«.