David Quijal
El NBF Castelló pelea un año más por estar en la segunda categoría del baloncesto nacional. Hablamos con su entrenador y director técnico sobre la explicación al éxito de este proyecto, convirtiéndose el senior en uno de los mejores equipos de LF2, y su cantera en una de las más destacadas de la Comunitat Valenciana.
La temporada pasada el NBF Castelló se quedó a las puertas del ascenso a LF Challenge, la categoría de plata del baloncesto femenino español. Un año después, confirma el paso hacia delante del equipo, y tiene en su mano la posibilidad de quitarse la espinita.
A día de hoy, y a falta de 9 compromisos para cerrar la fase regular, el Fustecma NBF Castelló es líder del grupo B de Liga Femenina 2 y se encamina a una nueva fase de ascenso.
«Lo estamos viviendo con un baile de emociones», declara Jaume Tormo, su entrenador y director técnico, quien nos resalta las dificultades con las que ha tenido que lidiar el equipo. «Los resultados y las sensaciones están siendo buenísimas, pero estamos teniendo un ‘handicap’ muy grande con las lesiones. En ningún momento de la temporada hemos podido entrenar o jugar con todo el equipo juntas», explica.
En pretemporada Carmen Rigo tuvo que ser intervenida del menisco, y Yaiza Lázaro tuvo una lesión en el hombro que le mantiene fuera esta temporada, quedándole al equipo una rotación de 10 jugadoras.
Pese a ello, el equipo funciona. Y no solo eso, sino que además es el mejor equipo de la categoría. «Ellas tienen el 100% del mérito. Es todo gracias a ellas. Las jugadoras no se guardan para jugar, sino que quieren seguir entrenando. Somos conscientes de que gran parte de nuestro éxito es el trabajo diario», comenta.
Nos indica que las jugadoras están «muy motivadas» y son «súper ambiciosas», comprometidas en el día a día. «Muchas veces nos ha tocado parar a alguna jugadora, porque si no vamos a tener que estar más tiempo paradas», añade.
Ahí es donde radica parte de la explicación del rendimiento de este grupo, pero también en la planificación del mismo, manteniendo el bloque de la temporada pasada. Y además teniendo un factor que no siempre se tiene en cuenta: «Nosotros buscamos jugadoras físicas, jóvenes…. pero sobre todo buscamos que sean buenas personas».
«Lo fundamental es que el grupo sea una piña»
Confiesa que es algo que miran mucho, y que en ocasiones han tenido que descartar alguna oportunidad de fichaje con mejor palmarés por este motivo. «Apretamos mucho entrenando, y lo fundamental es que el grupo sea una piña. Que vayamos todas a una», argumenta.
«Tenemos once buenas personas en el equipo. Son muy ambiciosas y competitivas. Se enfadan a veces entrenando de lo competitivas que son, pero fuera de la pista son bellísimas personas. La química que hay entre ellas, y el poder mantener el bloque ha sido fundamental para nosotros», continúa.
Esto también es importante para mantener a todas enchufadas, y que no baje el nivel de exigencia. En ese sentido, la rotación puede llegar a juagar a favor. «Puedes haber jugado 25 minutos, pero si hay alguien la semana que viene que está mejor que tú, a lo mejor la que juega 25 es la otra y juegas 15. Ellas llegan al lunes siguiente y quieren estar ahí arriba y mejorar. Esa ambición del día a día hace que vayan bien las cosas», ejemplifica.
El sueño del ascenso
La temporada del NBF Castelló está siendo espectacular, por encima de las previsiones iniciales. Es cierto, como dice el propio Jaume Tormo, que se esperaba estar «entre los 4-5 primeros», teniendo en cuenta que se mantenía un bloque que ya estuvo arriba el año pasado.
«El objetivo era estar en la fase de ascenso. Perdimos el primer partido y luego estuvimos en una racha de 11 victorias seguidas. Eso nos dio muchas alas. La verdad es que no esperábamos estar a estas alturas primeras y a dos victorias del tercero. Si dijera que sí, mentiría», reconoce, teniendo en cuenta los refuerzos de calidad que han hecho otros equipos.
El Fustecma NBF Castelló peleará por ascender y llegar a una categoría que sirve de antesala a la élite del baloncesto nacional. «Ojalá. Somos conscientes de que llevamos una buena renta y lo tenemos de cara para ir al playoff. Queremos asegurarnos el puesto y en la mejor posición, pero en la fase de ascenso depende de muchas cosas», comenta, poniendo de ejemplo lo ocurrido el año pasado, en el que tras una temporada magnífica, cayeron en el partido decisivo.
«Queremos llegar lo mejor posible, y de ahí intentar sacar el máximo partido al equipo. Cuando pare el crono, miraremos el marcador qué tal ha ido. Con la tranquilidad del trabajo bien hecho», añade.
Ascender significaría poner a Castellón en el mapa del baloncesto femenino nacional. «Para la ciudad sería muy importante. Cada vez se está acercando más gente a ver los partidos y hay pequeñas empresas que se están involucrando un poco más», apunta al respecto.
Sin embargo, reconoce que «faltaría una gran empresa», sobre todo con la situación dejada tras que el CD Castellón les dejara de lado. «Habría que exprimir a alguna empresa que nos quiera dar la cantidad suficiente para jugar en esa categoría», comenta del reto que habría que asumir en caso de que ese deseado ascenso se diera.
Al margen de ello, el sueño es ese. Poder tener al NBF Castelló en la LF Challenge: «Sería una alegría muy grande».
Una de las grandes canteras del baloncesto valenciano
Más allá del primer equipo, el NBF Castelló sigue creciendo año tras año, convirtiéndose en una de la principales escuelas del baloncesto femenino valenciano.
«Es un club muy grande, con más de 200 jugadoras. En nuestras categorías están jugando para la ‘final a cuatro’ que da derecho al campeonato de España. En materia de cantera hemos dado un paso muy grande en calidad, y tenemos tres equipos prácticamente por cada categoría», detalla respecto a cómo es este club por dentro.
Quiere destacar también «la implicación de familias y la calidad de las jugadoras y entrenadores, que está yendo a más». Por último, resalta la circunstancia de que cuatro jugadoras alevines están en la preselección de la selección valenciana. «Significa que se está haciendo un buen trabajo», concluye.
Fotografías: PCándido y NBF Castelló
