La lección del ultrafondista solidario y muy pronto récord Guinness: “Todos llevamos uno dentro” | Yo soy noticia


Material gráfico y audiovisual © Ramón Blanquer – Producciones Viernes

Los 155,080 kilómetros (con ello también ha igualado su récord de España en pista) que el pasado domingo 10 de mayo, y durante 12 horas, recorrió subido a la cinta que le donó un colaborador inestimable en este reto como Decathlon Aldaia están a punto de quedar inmortalizados para siempre.

¡Récord mundial a la vista! El valenciano Iván Penalba iguala en cinta de correr su récord de España

O al menos hasta que alguien supere la última ‘locura’ del ultrafondista valenciano Iván Penalba, uno de los mejores del mundo (no en vano acabó en el top 5 del último Mundial de 24 horas) por lo que corre, pero sobre todo también por la forma en que es capaz de convertir todos esos kilómetros que completan sus piernas en kilos y kilos de ayuda para las familias que sufren.

Le abordamos pocos días después de completar de forma satisfactoria un reto que ha puesto a prueba su dureza física y mental tras estar casi dos meses confinado en su domicilio, sin tan siquiera salir a rodar al exterior aunque fuera de forma ligera en estos días previos al desafío, cuando las autoridades ya autorizaron franjas en las que poder ejercitarse en la calle.

Iván no ha querido saber nada de esto para llegar fresco a su cita con la cinta mecánica (modelo Proform 705 CST), entre las cuatro paredes de su domicilio y con el apoyo de un vecindario que se volcó para empujarle durante las 12 horas de una aventura que como ya hemos comentado va a culminar, una vez superada la burocracia, en el Libro Guinness de los récords.

No ha estado solo

Su padre, como toda la vida, ha estado con él. Echándole una toalla húmeda encima para sobrellevar las horas más complicadas del reto, cuando su cuerpo más notaba las diferencias que existen entre correr sobre asfalto o hacerlo encima de una máquina como la que ha usado para este proyecto el atleta del CD Metaesport de Riba-roja de Túria, a quien patrocina la marca ’42k Running’, otro actor imprescindible para entender todo esto.

Mundial de Ultrafondo: el valenciano Iván Penalba se luce entre los mejores del planeta

Su amigo madrileño Rafa ha cubierto desde la distancia toda la información sobre el reto para luego informar a los medios de comunicación (además de ayudar con los farragosos trámites para convalidar su distancia recorrida como récord mundial), y fueron muchísimos los que no perdieron detalle de esta iniciativa a través del streaming que se facilitó para la ocasión. Todos ellos también son récord Guinness, como le gusta decir al bueno de Iván, que en su menudo cuerpo alberga un corazón y fuerza de voluntad a prueba de bombas.

“Estoy más dolorido de lo normal, pero con la energía y motivación para seguir afrontando retos”, nos reconoce el de Alfafar, que también se ‘lamenta’ porque considera que en condiciones normales, sobre asfalto, hubiera podido firmar todavía mejores registros. Pero la cinta, y el confinamiento, ‘solo’ le permitieron llegar hasta los 155,080 kilómetros que ya forman parte de la historia del ultrafondo español.

Sobre la cinta sentí el doble de calor y agobio. Sudaba el doble de lo normal, comprobé que es completamente diferente a correr en la calle”, apunta el pupilo del entrenador Fabián Campanini, que como máximo había estado poco más de 3 horas seguidas encima de este aparato en el pasado.

“No sabía cómo iba a responder mi cuerpo al reto, así que en el fondo no se puede pedir más”, añade Iván, que por encima de las cifras de kilómetros quiere destacar, porque también lo hizo en la previa y en el fondo era lo más importante de este personal desafío, el importante valor humano que lo conseguido atesora. “Mi intención era crear una atmósfera de ilusión para que la gente, durante esas 12 horas, no se acordara tanto del confinamiento”.

Estuvo en todo momento acompañado como testigos por su padre Rafael Penalba y el fotógrafo Ramón Blanquer.

“Quería transmitir que cuando vienen las cosas mal dadas, como pasa ahora con el COVID-19, tienes que reinventarte y buscar formas de motivación para superarte a ti mismo”, apunta Iván. Él no es hombre de excusas ni siquiera ahora, cuando han venido mal dadas y un tipo como él, hiperactivo cuando se trata de entrenar y ejercitarse todos los días, ha tenido que echar el freno de mano y aguantar confinado entre cuatro paredes.

“Siempre digo que hay dos tipos de personas: las que buscan excusas para encontrar todo mal y las que solo buscan excusas para que todo vaya bien, que creo que es de lo que en el fondo se trata la vida. Buscar excusas para estar motivado y feliz”.

Sus excusas para impulsarse día a día son las zapatillas de correr, los kilómetros entre pecho y espalda que además repercuten en sacar sonrisas y ayudar a los demás. No necesita más el ultrafondista solidario de Alfafar. Él no querría que fuera de otra forma.

Ahora vamos a tratar de transformar todos los kilómetros recorridos en kilos de ayuda con alimentos y textil”, remarca.

Es el otro reto que estos días afronta nuestro protagonista, revisando correos para ver los kilómetros que pronosticaba la gente (en ese también consistía todo esto, en pedir previsiones para posteriormente sumarlo todo y convertirlo en muchísima ayuda social) y empezar a darle forma a esta solidaridad junto a la ‘Asociación Ca La Mare’ de Catarroja (Valencia).

El Guinness que todos llevamos dentro

Eso cree Iván, optimista y positivo por naturaleza pese a todos los obstáculos personales y deportivos que la vida le ponga por delante. Su lado solidario ya ha quedado sobradamente comprobado en los párrafos previos, pero que nadie olvide la llama competitiva que siempre arde en su interior. Un referente español e internacional como él, en la brutal disciplina del ultrafondo, no habría llegado donde está sin ese fuego interno que le levanta cada día de la cama.

Por eso también lo del Guinness es especial, un anhelo que muchos han tenido y tendrán toda su vida pero que Iván está a punto de alcanzar. “Sobre todo me pone feliz por toda la gente que deseaba que lo hiciese, y esa alegría que le doy a mi gente al lograrlo encima de la cinta mecánica es una sensación maravillosa”.

Al término de la prueba fue felicitado por sus vecinos más cercanos.

“Cuando era pequeño buceaba en el Libro Guinness de los récords y pensaba cómo podría encajar yo ahí, y al final ha sido corriendo que es mi gran pasión”, añade este héroe cada vez menos anónimo, que antes de despedirse nos deja una reflexión de esas que nos puede hacer replantearnos a todos muchas cosas en nuestro vertiginoso estilo de vida.

Yo creo que todo el mundo tiene un récord Guinness dentro, la cuestión es encontrar lo que te apasiona, e ir a por ello con trabajo y esfuerzo como he hecho con la ultradistancia. Me considero un afortunado por haber encontrado mi pasión y poder desarrollarla día a día, y hasta que pueda me desviviré para seguir así como soy, es lo que me hace feliz”, concluye.

Así que ya saben, escuchen a gente como Iván Penalba Sánchez y aprovechen también este confinamiento por COVID-19 para encontrar lo que de verdad les motiva. En un mundo donde todo va muy rápido y en el que casi nunca hay tiempo para nada, la vida siempre da segundas oportunidades y si necesitan ejemplos en los que inspirarse, aquí les hemos traído uno muy cercano. Concretamente, de Alfafar. De ahí hasta el Libro Guinness de los récords.

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