Dani Benítez, la mayor ‘cagada’ y una lección de vida: ¿Quién no se ha equivocado alguna vez? | Yo soy noticia


A Dani Benítez (Palma, 1987) la vida le cambió radicalmente cuando en 2014 estaba en lo más alto. Siendo jugador referencial en el Granada CF, con exhibiciones futbolísticas que colocaban su zurda como una opción más que fiable para la Selección Española. Estando en boca de clubes más importantes que se fijaban en su rendimiento dentro del campo.

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Pero las personas, por muy públicas que sean, tienen un trasfondo y una historia vital tras de sí que no siempre conoce el entorno. Y los demonios personales de Dani, agravados por un bache puntual en su juego, le arrastraron a la perdición cuando una raya de cocaína y el azar de ser escogido para el control antidoping en un partido poco después acabaron con su carrera en la élite.

Sanción de dos años sin jugar y rescisión fulminante de su contrato con el Granada CF. De nuevo a la casilla de salida y además ahora con la etiqueta de conflictivo, de drogadicto. Un palo muy duro para alguien que siendo más joven había perdido a su madre, que nunca tuvo una buena relación con su padre y que abandonó la isla para buscarse la vida en el ámbito del balompié.

No son excusas para justificar su error, nos dice Dani en la entrevista tan personal que concede a Javier Rufete en el programa de radio y televisión que cada lunes emite YoSoyNoticia.es. Pero sí que sirven para poner todo en contexto, y darnos cuenta de que por mucho dinero y fama que uno atesore, al final es una persona de carne y hueso que comete errores como cualquiera de nosotros.

Del cielo al infierno

Formado en la cantera del RCD Mallorca, de ahí saltó al Pontevedra y luego al Elche en Segunda División. Dudó, nos cuenta, en bajar posteriormente una categoría y firmar por un Segunda B como el Granada CF, pero le sedujo la ambición mostrada por los nazarís y el tiempo le dio la razón: dos ascensos consecutivos le llevaron junto a sus compañeros rumbo a la máxima categoría.

El joven Dani, con una zurda de seda, ya estaba entre los mejores. “Fue una locura para la ciudad, hice vida y lo tengo todo allí, tengo que estar muy agradecido a Granada porque me lo dio todo en su momento”. Dani le devolvió ese cariño con talento y profesionalidad, aunque una mala racha de juego no la supo gestionar adecuadamente y cometió el mayor error que recuerda.

Me costó lo mío y luego de 3 años llega la gran ‘cagada’ de mi vida, por una noche echo a perder todo lo que había conseguido hasta el momento”

“La ‘cago’ cuando lo tenía todo, era mi ilusión de niño llegar a Primera División en España que es algo para lo que también tienes que tener mucha suerte. Me costó lo mío y luego de 3 años llega la gran ‘cagada’ de mi vida, por una noche echo a perder todo lo que había conseguido hasta el momento”, confiesa un Dani Benítez cercano y sentimental con los que mejor le conocen, y Javier Rufete es una de esas personas que le trató muy de cerca durante aquellos cursos en el Granada CF.

Así contextualiza lo ocurrido el balear, que no se justifica pero sí que se abre un poco más de cara a todos aquellos que juzgan y condenan sin saber por lo que ha pasada cada uno, sea famoso o no. “Arrastraba ese amor-odio con muchos de los aficionados, no pude mantener el nivel que había tenido los últimos años porque de lo contrario hubiera sido un Cristiano Ronaldo. La gente es muy exigente y además tenía ofertas muy buenas de fuera, pero el club no había llegado a un acuerdo para dejarme salir”.

“No estaba en mi mejor momento anímico, y cuando llegamos de vuelta del breve ‘stage’ en la Manga del Mar Menor pues en una noche de fiesta consumí una raya de cocaína. Fui convocado a jugar y pasé luego por el control antidoping, y lógicamente di positivo. Ahí se confirmó la mala racha que llevaba en esa última época”, añade Dani.

Fue entonces, con la rescisión de contrato y la sanción de 2 años, cuando le quitaron lo que más le apasionaba. Y solo tenía 26 años, otro golpe más que asimilar como cuando unos pocos años antes se había quedado sin un pilar clave en su vida: su madre. “Lo era todo para mí, ella siempre era mi ilusión y estaba muy ligado a ella. Era una amistad y una madre, era mi familia”.

No es excusa, pero aparte de ser futbolistas somos personas y cada uno arrastra sus problemas»

De esta forma es como le ponemos más corazón a esta historia, profundizando más en la figura personal de un Dani Benítez que, como personaje público que ha sido, es consciente de que pocos o nadie tienen en cuenta la mochila de recuerdos y vivencias de todo tipo que alguien puede cargar a la hora de juzgarlo o criticarlo sin medida. “No es excusa, pero aparte de ser futbolistas somos personas y cada uno arrastra sus problemas, con el positivo que fue la gota que colmó el vaso. Cada uno tiene su vida y nadie sabe lo que has podido pasar, o por lo que estás pasando”.

El renacer del gran futbolista balear

En ese momento Dani Benítez tenía dos opciones: o hundirse más para ver dónde estaba el fondo, o recomponerse y luchar por demostrarle a todos (consigo mismo ya estaba en paz) que sus ganas de jugar a fútbol y de hacer las cosas bien no se habían acabado.

Mi vida cambió de forma radical e incluso pasé por tratamiento con un psicólogo»

Tras conocer la sanción pasó por un importante bache emocional, “no lo acabas de asimilar y estuve unos 8-9 meses muy mal de vuelta en Mallorca. Mi vida cambió de forma radical e incluso pasé por tratamiento con un psicólogo. Yo sabía que tenía que volver a jugar a fútbol y demostrar que yo no tenía ningún problema”.

Y dicho y hecho, aunque al regresar tras los 2 años fuera y firmar por el Alcorcón en Segunda una grave lesión de tobillo se lo volvió a poner muy difícil. Pero su fortaleza mental salió a relucir otra vez más, y tras la etapa madrileña jugó en Ferrol, en Chipre donde “a punto estuvimos de llegar a la Europa League”, en el Poblense y actualmente marca y asiste (lleva 2 goles y 5 asistencias) en el ambicioso Sant Julià de Andorra, donde tiene contrato hasta final de curso.

Renacido, habiendo demostrado que se puede salir del pozo al que cayó cuando lo tenía todo, y sobre todo volviendo a disfrutar del fútbol como cuando era un niño.

“He demostrado quién soy y que las ganas de jugar al fútbol no las he perdido”, concluye Dani, que a futuro sueña con volver a su queridísima Granada donde tiene residiendo a sus amistades y sobre todo a su hija (su otro hijo vive en Mallorca).

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Hablan sus ex compañeros en Los Cármenes

Algunos de los que mejor le conocieron en los años dorados del Granada CF, los Manolo Lucena, Diego Mainz, Nyom, Roberto Fernández o Siqueira le sorprenden en esta entrevista dejándole mensajes emotivos, que sobre todo reflejan la gran calidad humana de un Dani Benítez que siempre estaba ahí para ayudar en la integración de cualquier nuevo fichaje que aterrizase en el equipo.

De él elogian su carisma, su enorme corazón y además eso que el gran público disfrutó y que se refiere a su velocidad, golpeo de balón y una lectura del juego diferencial. Hablan los que tanto le conocieron y los que se enorgullecen de poder decir que son amigos de un tipo que nos ha dado a todos un ejemplo de superación, de aprender de los errores cometidos para resurgir con fuerza.

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