Adrián Rubio
La histórica y prestigiosa cantera ‘chufera’ abrocha un curso 2016/17 histórico en muchos aspectos
Otro paso más en el crecimiento y desarrollo de una estructura modesta pero ambiciosa, sin el poderío profesional de los Valencia, Villarreal o Levante pero capaz de mirarles a los ojos en todas las categorías.
Demostrándoles que con sacrificio, trabajo bien hecho y pasión por unos colores también se puede lograr una fama que esta Escuela atesora desde hace muchos años.
El perfecto trampolín
Cada temporada llegan muchos jugadores a todas las categorías de un Alboraya UD con más de 30 equipos en una estructura que, desde el Amateur hasta los más pequeños en Querubines, cuida los detalles para exprimir al máximo sus recursos.
Un enorme vivero de talento futbolístico que le convierte en una de las canteras más numerosas de toda la Comunitat Valenciana, además de un ejemplo a seguir para otras Escuelas de pueblo que adoptan su modelo.
Los futbolistas nacen y se desarrollan en el Alboraya UD, o bien llegan rebotados de canteras de clubes profesionales como en el caso de Christian Vassilakis (31 goles este año) o Alberto Gil en su día (actualmente titular en el Valencia Mestalla que busca el ascenso a Segunda División).
Relanzando sus carreras futbolísticas en la familia ‘chufera’, que todos los años promociona a jugadores que luego ponen rumbo a destinos importantes.
Está pasando este verano, con hasta 12 futbolistas ya captados por la Ciudad Deportiva de Paterna del Valencia CF, contándose entre ellos el goleador del Juvenil ‘A’ Tawfik Ben Hammou, uno de los artífices de un ascenso a División de Honor que sólo es la punta del iceberg de un curso 2016/17 espectacular para la Escuela.
Exitoso proceso que desemboca en los equipos ‘A’ y ‘B’
Tener a un Juvenil ‘A’ (Sergio Salgado, Amedeo Carboni, Sento Tomás, Abdelkader Faradi, Raúl Sierra y Héctor Delgado) de regreso en División de Honor, a un ‘B’ (Sergio Paredes, Sergio Salvador) segundo en Preferente o a un ‘C’ (Iván Royo, Óscar Sesé, Miguel Ángel Ortiz) campeón en 1ª Regional.
A un Cadete (Pepe Hurtado, Juan Albert, Jonás Navarro, Carlos Belenguer y Carlos Górriz) e Infantil ‘A’ (Rafa Lluna, Fran Carsí «Pataca» y Rubén López) cuartos (campeones de la otra liga) en Autonómica, o a un Alevín ‘A’ (José Giuli, Pablo Trenado y David Llopis) quinto en Superliga no es casualidad.
A primera vista son meros resultados, pero detrás hay una formación en el resto de líneas y equipos de la Escuela que posibilita este exitoso rendimiento antes mencionado.
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Algo que, dicho sea de paso, no sería posible sin los técnicos y padres que componen desde el primer hasta el último equipo de la Escuela, y eso lo saben bien en el Alboraya UD.
Una labor colectiva que facilita el mayor crecimiento de los jugadores en el club, y por consiguiente otras oportunidades en entidades profesionales saliendo por la puerta grande, como en el caso de muchos futbolistas que ahora ponen rumbo a la Ciudad Deportiva de Paterna.
Legado que siguen perfilando año a año los Hurtado o el jefe de captación, Paco Sanjuán, sin el que muchos de estos talentos que llevan al Alboraya UD a cotas inimaginables para otras escuelas que no son profesionales no hubieran sido detectados.
