Vicente Boix
El Racing de Sueca Femenino, después de las constantes negativas de la Federación a desligarse de la liga alicantina y el insuficiente apoyo económico recibido, anunció con la conclusión de la temporada su fatídica desaparición
Cinco años después, todo se ha ido al traste. La ilusión y la ambición con que emprendió el proyecto deportivo del Racing de Sueca Femenino allá por mediados de 2012 se ha esfumado. Todo ha cambiado.
Después de las constantes negativas de la Federación a desligarse de la liga alicantina y el insuficiente apoyo económico recibido, el club anunció con la conclusión de la temporada su desaparición.
Se erigió de la mano de los padres de las primeras jugadoras como una de las apuestas por el fútbol femenino más prometedoras de la comarca, pero la falta de recursos económicos y la decisión de la Federación de abandonar la liga valenciana por la alicantina las dejó al borde del abismo.
Ni la filiación con el CF Promeses Sueca a los tres años de su fundación les dio ese aire nuevo que necesitaban.
Demasiado lejos quedan los tiempos en que el Racing de Sueca Femenino fuera noticia por motivos futbolísticos. El mismo club que consiguiera abarrotar el estadio Antonio Puchades, que ascendiera en su primera temporada ó que paseara su escudo por Primera Regional ha quedado herido de muerte; visto para sentencia.
Lo comunicaron sus jugadoras allá por finales de mayo, cuando disputaron el último partido de su historia y, entre lágrimas, tuvieron que bajar la persiana y apagar las luces. No tuvieron otra salida. Pese a llevar a cabo varias campañas de rifas, entre otras iniciativas, no llegaron a recaudar ni el dinero necesario para pagar el autobús.
De esta manera, tuvieron que echar mano de los coches y afrontar hasta viajes de dos horas y media. Así lo recuerda Lucía Reche, exfutbolista y exdirigente del club al mismo tiempo: “Era insostenible disputar la liga de Alicante. Además del tiempo que invertíamos en viajes, ninguna jugadora de los pueblos cercanos quería jugar en nuestro equipo”.
Era insostenible disputar la liga de Alicante. Además del tiempo que invertíamos en viajes, ninguna jugadora de los pueblos cercanos quería jugar en nuestro equipo”, afirma Lucía Reche
Ante esta situación, recurrieron una y otra vez, sin fin, la sentencia expedida por la Federación, ya que con la creación de la liga autonómica se vieron obligadas, junto a otros equipos, a desligarse de la liga valenciana, pero la respuesta siempre fue negativa. No hubo manera de hacerles entrar en razón, por lo que tuvieron que conformarse y viajar hasta ciudades como Orihuela o Rojales.
Así pues, ante tanta traba e inconveniente, decidieron pronunciar ese fatídico último adiós y desligarse definitivamente de un club que dentro de pocos años podría volver a revivir. Eso sí, como afirma Lucía Reche, desde cero; haciendo las cosas bien desde el primer momento.
