¿En qué se fijan los ojeadores para fichar? | Yo soy noticia


Esgardo Calvo Marini y Diego Ribera han ejercido esta función. El primero durante más de 20 años al servicio de Real Madrid y Espanyol, mientras que el hoy segundo entrenador ‘perico’ fue dos años y medio ojeador para el FC Barcelona en la Comunidad Valenciana.

Desde muy temprano en la grada

Si eres futbolista y nada más entrar al estadio ya ves a alguien sentado en la grada, cuando todavía falta más de una hora para que arranque el partido, casi seguro que se trata de un ojeador. Así lo hacía Calvo Marini: “Voy temprano al campo para ver cómo llegan, cuándo se colocan y de lo que hablan para ver la mentalidad que tienen”.

“Veo el calentamiento y el partido. Si me gusta un futbolista me quedo hasta que termina el choque para ver quiénes son los padres por si hiciera falta realizar un posible trámite, y luego me voy para casa a hacer el informe”, explica este ojeador argentino que durante más de dos décadas se recorrió los campos del fútbol base en la Comunidad Valenciana.

Aunque Diego Ribera matiza que esto no siempre funciona así. Dependiendo de la hoja de ruta que te dé el club para el que trabajas a veces es posible llegar el primero al estadio o ciudad deportiva, o en otras ocasiones hasta pueden acabar llegando con el partido empezado. “Si puedo me gusta llegar pronto al campo, pero muchas veces llegas justo. Normalmente vienes de otro encuentro, puedes estar en la Ciudad Deportiva del Villarreal y luego tienes que ver otro partido inmediatamente después en la Ciudad Deportiva de Paterna”.

Eso sí, hay algo que también confía en no perderse siempre que el entorno lo permita. “El calentamiento si es posible me gusta verlo, difícil en algunos sitios cuando te conocen y te saluda mucha gente”. Y esto, como nos cuenta, pasa más a menudo de lo que a ellos les gustaría. “En el mundo del fútbol actual, por tema de padres y representantes, es casi imposible que no sepan que está ojeándoles algún equipo concreto”.

“Muchas veces los representantes son los que lo difunden porque les interesa que se sepa que están ojeando a sus futbolistas. En algunos sitios pasas desapercibido si no conoces a representantes, pero en otros sitios es imposible”. Y para que esto no le ocurra, Marini cuenta que “no digo a nadie que voy a ver al futbolista. No se lo digo ni al club porque pese a que el jugador de ahora es más inteligente y está mejor preparado, en determinados partidos siente la responsabilidad y presión y a veces no da su medida”.

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La calidad por encima de todo

Si algo tienen claro estos ex ojeadores de clubes como Barcelona, Real Madrid o Espanyol es que si hay calidad, lo demás pasa a un segundo plano. “Lo primero que veo es la calidad, la técnica que tiene, después voy viendo otras cosas. Puede tener otros problemas pero nunca te dirán que no es bueno, y yo no sacrifico a un futbolista porque haya tenido una reacción mala o haya sido díscolo en el campo. A veces son así porque tienen carácter, y hay que saber canalizarlo”, afirma Calvo Marini, algo en lo coincide Ribera.

“Si es muy bueno no vas a dejar pasar la oportunidad, vas a recomendar que lo vean más y ya dependerá de la dirección deportiva del club si ficharlo o no. El ojeador simplemente da una opinión privilegiada”, indica el actual segundo entrenador del RCD Espanyol en Primera División. Y sorpresas siempre aparecen en un partido de fútbol en Juveniles, Cadetes o Alevines, pero a veces estos talentos no encajan en las necesidades que tienen los grandes clubes.

“Si quieres al jugador al que has ido a ojear, por más que hayan aparecido otros el trabajo tuyo ha sido sobre el jugador que has ido a ver. Si luego despunta otro futbolista pues se toma nota, y si cabe en la forma de jugar del equipo para el que trabajamos pues también se le puede firmar”, apunta Marini sobre las ocasiones en que ha asistido a exhibiciones de algún jugador inesperado, circunstancia que también ha vivido Diego Ribera.

“Te pasa muchísimo, pero normalmente a ese jugador que te sorprende un partido lo debes volver a ver más adelante. Puede ser casualidad, un gran partido y que su nivel real no sea ese, depende también del rival y de la motivación que tenga ese día”, afirma, incidiendo en que “al final la decisión es del club y el ojeador debe informar y detallar los máximos jugadores posibles a la entidad que le paga”.

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Los “ítems” a cumplir

Con ellos confiaba en encontrar Diego Ribera a esos jugadores especiales en edad de fútbol base. El primero de todos, y casi tan prioritario como la calidad técnica, era que encajaran con el perfil necesitado por el club porque “un lateral ya puede ser muy bueno pero no sube la banda, y no nos sirve si con el balón no va bien. Eso ya te condiciona para ficharlo por el Barcelona”.

“El comportamiento del jugador dentro del campo es importante. Cómo se relaciona con los compañeros y con el árbitro, cómo reacciona si le cambia el entrenador o cuando le corrige, el representante que tiene, los padres como son o qué tal le va en el colegio. Todos esos ítems te hacen ver cómo será el niño, en teoría, en el futuro, y el más importante es el de jugar con calidad”, confiesa alguien que salió de la prestigiosa cantera del Valencia CF.

Calvo Marini añade que “prima el talento, la capacidad técnica y ahora mismo, para el fútbol que se está desarrollando, en determinados puestos tienen que ser muy rápidos. Diría que ahora en casi todas las posiciones tienen que ser rápidos”. Eso sí, con alguna excepción porque “si vas a ver puestos y busco a un centrocampista inteligente sé que a lo mejor no es rápido, y lo tengo que asumir así”.

Y siempre teniendo claro que “hoy en día puede haber un futbolista de grandísimo nivel en cualquier lugar. Figo salió de un pueblecito donde no había campo de fútbol”. Lugares a los que ahora, con las redes sociales e internet, es más fácil acceder para encontrar a cualquier chaval que destaca y de eso también se benefician ojeadores como los que nos atienden para este reportaje.

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6 en casa y 6 fuera

“En 12 partidos se puede calcular bien la capacidad del futbolista”, confiesa Marini, que añade que “si veo 6 partidos en casa y 6 fuera ya tengo los valores en los que yo me puedo apoyar para recomendar a ese futbolista. Hay veces que cuanto más lo ves más defectos le puedes sacar, miramos pero hasta cierto punto porque todos fallan en cualquier partido como cualquier jugador”.

Se valora al jugador de acuerdo con la categoría del contrario, “aunque si tú quieres firmarlo y te gusta lo firmas igual”, explica este argentino residente en Valencia cuyos informes acababan en los despachos de Real Madrid o Espanyol.

Y tanto él como Ribera también están de acuerdo en que la Comunidad Valenciana posee calidad de sobra en sus categorías inferiores, con “potencialmente muchos jugadores que pueden llegar a primera división”. Por talento y por las “buenas familias y buena formación académica, que al final todo cuenta en el futbolista y este depende mucho de la familia”.

Una fama de una zona que cada día tiene a entrenadores más formados en las Escuelas y donde confían en que ya no ocurran cosas como la que, a forma de anécdota final, nos relata el actual técnico ‘perico’. “Antes había veces que no te querían decir las alineaciones. En algunos campos no te las querían dar para que no tomases nota de tal o cual jugador”.

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