Federación Valenciana y United Vinaròs | Yo soy noticia


La ciudad de Vinaròs, respaldada por la mayoría de las localidades que forman la comarca del Baix Maestrat y toda la parte alta de la provincia de Castellón, clama contra la sentencia impuesta por la Federación Valenciana de Fútbol, que a falta de cinco días de empezar la competición ha excluido al equipo infantil de Primera Regional del United Vinaròs, dejando así a un total de 18 niños sin poder jugar.

La decisión, que tiene como punto de partida una «mera consulta» de la directiva del club ante la -demostrada con bases fundadas- falta de nivel de los niños en la categoría de Primera Regional Infantil, ha desembocado en una situación que ya no parece tener solución. Al menos por el momento, ya que la competición supera los tres partidos disputados y los niños aún no han podido calzarse las botas.

El inicio de la polémica

Todo empezó cuando, tras jugar los primeros partidos de verano, la coordinación del United Vinaròs consideró que su equipo infantil -inscrito entre los 16 clubes participantes en Primera Regional- no reunía el nivel mínimo para jugar. Y ante el miedo de que los chicos «decidieran abandonar el deporte por malos resultados y los largos desplazamientos» intentaron ponerle remedio.

Para ello, enviaron una primera carta y -al no recibir respuesta- una segunda a la Federación Valenciana de Fútbol explicando la situación, renunciando a Primera y, de este modo, pidiendo que se «contemplara la posibilidad de bajar a los chicos a Segunda Infantil», siendo conscientes de los cambios de horarios que todo esto podría ocasionar y de la renuncia a una categoría superior.

Aunque, eso sí, sabiendo en todo momento que no estaban cumpliendo los plazos estipulados por la Federación -de un máximo de diez días- para hacer algún tipo de petición. «Sé que legalmente no tenemos la razón, porque enviamos las cartas entre cuatro y cinco días antes del comienzo de liga, pero únicamente hicimos la petición. Aceptábamos un ‘no’ por respuesta», explica Santi Forner, coordinador y entrenador del equipo afectado.

La exclusión más sorprendente

Es más, reconoce que no llegaron ni a recibir una llamada de la Federación para buscar una solución o para informarse de mejor forma ante lo propuesto. Todo lo contrario. La respuesta de la institución valenciana -a poco más de un par de días para empezar la liga- les dejaban directamente sin la posibilidad de competir en ninguna categoría.

Ante esta situación, el club reunió a los padres para comunicarles lo sucedido, ya que -por el momento y así sigue siendo- sus hijos no podrán competir en el equipo infantil del United Vinaròs. Además, el club -en boca de Óscar Blasco, uno de sus coordinadores- publicó un vídeo en las redes sociales dirigido a Rubiales, nuevo presidente de la Federación Española, para que contemple su recurso.

¿Influencia de las elecciones?

Como explica Santi Forner en ciertos momentos, «en Vinaròs se tiene la sensación de que la Federación ha tratado esta situación de forma distinta al vincular mi figura en la entidad con el apoyo a David Albelda a lo largo de todo el proceso de elecciones para la presidencia de la institución. Pese a ello, me niego a pensar así, porque esto implicaría una falta de responsabilidad denunciable».

La Federación, de todos modos, se encuentra ahora en un proceso de cambio de presidente, ante la salida de Vicente Muñoz y la llegada de Salva Gomar, aunque este no ocupará su cargo en la institución hasta finales de noviembre. Ante esto, falta una figura que rija los destinos y, sobre todo, los problemas o dudas que surgen con el comienzo de las temporadas. Todo esto ha podido ser una consecuencia de la falta de una directiva que gestione estos asuntos con fundamento.

Así pues, ante la imposibilidad de los niños por competir, la directiva del United Vinaròs ha llegado a un acuerdo con prácticamente todos los equipos de Segunda Regional Infantil -la competición que más se ajusta a sus posibilidades- y, de este modo, jugarán cada fin de semana un partido amistoso contra la entidad que vaya a descansar. Será así la única forma de evitar que los 18 niños no se queden sin jugar a fútbol.

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