Adrián Rubio
La Escuela de l'Horta Sud afronta una nueva campaña bajo la dirección deportiva de Toni Calderón con cada vez más cantidad y calidad en su estructura
El pasado viernes el Sedaví CF realizó la puesta de largo oficial de la temporada 20181/19 con la presentación de todos los equipos de su organización, en la que destaca para una Escuela modesta de pueblo la presencia de Cadete e Infantil en la potente Liga Autonómica, así como la continuidad del Alevín en la prestigiosa Superliga.
Allí el pueblo se mezcla con los mejores conjuntos de fútbol 8 y fútbol 11 de la Comunitat Valenciana, con el consiguiente aumento de la exigencia y responsabilidad para todos los integrantes de esta pujante entidad futbolística.
Los pies en el suelo
El club mejora cada nuevo curso, y por eso es bueno poner las cosas en perspectiva, saber con qué mimbres se cuenta y no disparar unas expectativas deportivas que puedan conducir a frustración en el entorno. El Sedaví CF sigue formando chavales que crecen dentro de las categorías azulonas, y esa es la mejor noticia para los implicados en sacar adelante cada nuevo proyecto.
Es el caso del Infantil ‘A’ que hace pocos meses subió a Liga Autonómica, este año formado por un gran número de jugadores que en el pasado compitieron en Superliga Alevín vistiendo estos mismos colores.
Situación que supone todo un motivo de orgullo, la continuidad y adecuada evolución de futbolistas que siguen apostando por un proyecto que sobre todo aspira a la salvación en cada una de las categorías donde compite.
Con ambición, pero sobre todo con la humildad suficiente para reconocer y hacer ver a padres y madres que las prisas no son buenas consejeras, y que una Escuela en auge como es la del Sedaví CF no puede confundir sus verdaderos objetivos si no quiere arriesgar su continuidad entre los mejores.
Esa es la lección que aprenden a diario los 250 chavales que forman el club, distribuidos en 18 equipos desde Juveniles (este curso quieren celebrar por fin el ascenso del Juvenil ‘A’ a 1ª Regional) hasta Querubines, cada uno con diferentes exigencias ya sean formativas o de competición.
«La Escuela sube de cantidad y calidad, y cada temporada que creces en este sentido se incrementa la presión externa y puede entrarte algo de vértigo. Por eso hay que valorar dónde estamos siendo una escuela pequeñita, que aún así prácticamente lo tiene todo en su estructura deportiva», resalta Toni Calderón, uno de los grandes culpables de que los sueños azules del Sedaví CF sigan haciéndose realidad.
El ascenso que coloca al Sedaví CF entre las mejores Escuelas de la Comunitat Valenciana
