Ferran Andrés
Partido grande en Castalia. Aroma de fútbol, homenajes a míticos porteros y ganas de PlayOff en el subconsciente.
FOTOS: CD Castellón
Con estos alicientes arrancaba el partido entre el CD Castellón y el Orihuela CF, no sin antes homenajear a la leyenda ‘orelluda’ Dragomir Rancic, el jugador con más partidos en la historia del club. Un portero que tiene en su haber la curiosa marca de haber marcado ocho goles, todos de penalti.
CD Castellón y Orihuela, tercero y segundo respectivamente del grupo VI de Tercera División, disputaban un duelo fratricida por la segunda plaza, con vistas a la primera que el Atlético Levante defendía ante La Nucía. Sólo un punto separaba a los tres equipos, a falta de dos jornadas para el final.
La iniciativa en el encuentro se esperaba que corriera a cargo del Castellón, empujado por el homenaje a Rancic y el plus que aporta jugar un partido trascendental en casa. Tras unos primeros minutos con tímidos acercamientos al borde del área y una mano de Zagalá a centro oriolense cómo reseñas más destacables, el partido empezaría a animarse por la irrupción de discutidas decisiones arbitrales.
Primero una falta clarísima sobre Serra que el árbitro no quiso ver y más tarde una amarilla a Abraham Peleteiro que encendieron el partido y a la grada local. Con el paso de los minutos, el Orihuela empezó a ganar confianza y a sentirse más cómodo y en el 20’ Nacho Porcar estrelló la pelota en el travesaño.
Fue el primer aviso de los escorpiones antes de que cambiara el partido, de nuevo gracias a la actuación arbitral. Cuatro minutos después una internada de Javi Serra, el mejor de los ‘orelluts’ hasta ese momento, dentro del área, acabó en un dudoso penalti. Javi Rubio lo transformó y partir de ahí la primera mitad cambió, con el Castellón aún más volcado sobre el área rival para aprovechar el influjo que le transmitía la grada y el gol.
El envoltorio era emocionante pero la dureza de ambos conjuntos volvió el partido poco vistoso. De esta forma, la mayoría de las ocasiones claras llegaron mediante a balón parado, y el 1-0 hacía justicia a los méritos de ambos contendientes al descanso.
Tocaba nadar y guardar la ropa para una larga y dura segunda parte. Tras la reanudación el Orihuela, obligado por el resultado, buscó con más ahínco la portería de Zagalá, y el Castellón se dedicó a esperarle, confiando en la velocidad de sus hombres de ataque a la contra para apuntillar el partido. De esta forma y tras varios intentos, un pase de Cristian Herrera a Cubillas en el 64’ (que antes había ‘marrado’ una clara ocasión en una asociación a la inversa) firmaba el gol de la tranquilidad (2-0).
El Castellón se agazapó atrás esperando emular la fórmula que tan buenos resultados le había dado minutos antes y el Orihuela dio el paso definitivo hacia delante. Adelanto líneas, achuchó en la presión y buscó en los centros el rédito que finalmente encontró. En el 88’ Antonio remachó un centro desde el flanco izquierdo y puso el corazón en un puño a Castalia, que contuvo la respiración.
Cuatro partidos sin ganar con la obligación que tiene el Castellón por ascender pesan a cualquiera. Al equipo de La Plana se le hicieron eternos los seis minutos (2 más los 4 de prolongación) que transcurrieron desde el gol alicantino hasta el final, pero aguantó heroicamente (2-1). Tercera es para los que saben sufrir.
