Una jornada muy especial para la vuelta a la normalidad en el fútbol base de Benferri-Oleza | Yo soy noticia


Fue el pasado viernes 6 de diciembre cuando la academia de fútbol base Benferri-Oleza, de la pequeña localidad de la Vega Baja alicantina, unió esfuerzos para recuperar su añorada instalación deportiva. La misma que se llevó por delante la Gota Fría del pasado mes de septiembre, obligándoles a una peregrinación hacia otros campos que al menos ha servido para estrechar más si cabe los lazos de unión entre todos los miembros de la entidad.

Solidaridad sin límites: Benferri no se rinde

Su granito de arena

Benferri-Oleza, perteneciente al programa ‘Escoles VCF’ que el Valencia CF posee para colaborar con diferentes proyectos de toda la Comunitat Valenciana, cuenta con regresar a su instalación habitual el próximo verano. A tiempo de realizar la pretemporada y poder empezar con plenas garantías el curso 2020/21, o así al menos se lo ha transmitido un ayuntamiento que cifra en casi 1 millón de euros los recursos necesarios para reparar los daños que causó el agua.

Además, Miguel Ángel García, que junto a Pedro Meseguer comanda la dirección de la Escuela, nos apunta una novedad muy especial que además luciría el remodelado terreno de juego: el césped artificial de última generación que ha subvencionado la Diputación de Alicante. Para cumplir con la subvención la nueva ‘alfombra’ verde debe estar puesta en verano, con lo que es otro argumento más a favor para ilusionarse con ese regreso en las fechas previstas.

Mientras tanto la Academia Benferri-Oleza ayuda en todo lo que puede, aprovechando por ejemplo la puesta de largo oficial de sus 215 jugadores para recaudar un dinero (alrededor de 600 euros) con el que contribuir a la reconstrucción. Pero la estrella del acto, además de la comida que compartieron después padres, niños y miembros del club, fue la atracción ‘Desafío Mundial’ que aportó gratuitamente la empresa ‘Atracciones Fernández Ruiberriz’.

«Una madre, que tenemos a su hijo jugando con nosotros, nos cedió la atracción de juego para los niños y que estos participaran a un módico precio de 2 euros. Un precio económico para ayudar a la reconstrucción del polideportivo del club, y a los participantes se les regalaba un balón», cuenta Miguel Ángel García sobre la jornada que tuvo lugar en el pabellón de Benferri y en sus aledaños.

No tuvimos afán recaudatorio porque no queremos que sean los padres los que paguen la reconstrucción, pero sí que ayudaron a raíz de esta propuesta gratuita que nos hizo la madre de un chaval. Lo puso a disposición de la escuela para que podamos volver a la normalidad cuanto antes todos, incluido su hijo que juega aquí», añade.

Fidelidad a estos colores

Desde el club aseguran que otro año más así, sin casa propia y teniendo que peregrinar para encontrar difícil encaje en los abarrotados horarios de instalaciones municipales en Redován, La Murada o Albatera, sería imposible de aguantar. Al menos con toda la estructura de equipos intacta como sigue a día de hoy, varios meses después de la catástrofe y sin que ningún padre o madre haya borrado a su hijo.

«Es de alabar la comprensión de los padres, estamos encantados con ellos», destacan desde Benferri-Oleza, señalando otro detalle que todavía engrandece aún más el compromiso mostrado. Y es que este curso era el primero que estaba a disposición de los chavales (siendo la gran mayoría de la cercana localidad de Orihuela) un autobús que les recogía cerca de casa para llevarles y trasladarles luego de vuelta de los entrenamientos.

Pero eso se ha ido al traste con el temporal que arrasó su terreno de juego habitual, y tienen que ser los progenitores los que desplacen y recojan a sus vástagos tras cada jornada de entrenamiento. Molestias que podrían haber diezmado las fichas de la entidad, pero todo lo contrario. El sentimiento de unión y ‘piña’ es más grande que nunca, entendiendo todos que es momento de hacer fuerza para recuperar la normalidad cuanto antes.

Y con esta actitud el futuro es esperanzador. «Con la nueva instalación queremos que sirva de impulso para seguir creciendo. Hemos pasado de 60 niños que tenía Benferri hace dos años a los 215 de la actualidad».

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