Ariadna Tucker, la gran promesa de la esgrima española, se forja su nombre propio a golpe de medalla | Yo soy noticia

Tras los pasos de su padre, Rolando Tucker, dos veces olímpico y campeón del mundo de esgrima, Ariadna Tucker, con paciencia, trabajo, esfuerzo y humildad va consiguiendo que su nombre retumbe a nivel internacional en el deporte que vio triunfar a su padre, quien ahora ejerce como su entrenador.

Desde Cuba a España, y de España a Estados Unidos. Así es como se ha forjado la alianza de los Tucker, apellido que es historia de la esgrima y que puede serlo todavía más en unos años si la joven Ariadna es capaz de apuntalar como sénior todo eso que se empieza a vislumbrar sobre ella gracias a sus resultados en la categoría júnior, en la que todavía le queda un año por delante.

Estudios y esgrima en Estados Unidos

Ya medallista en el último mundial de esa categoría y mirando el paso a la absoluta, reconoce estar «muy contenta» de cómo le están yendo las cosas por el momento. «Esa medalla internacional ha sido importante para mí», cuenta feliz una deportista que entrena y vive en Estados Unidos, en la Universidad de Nôtre Dame, en Indiana.

«Estoy encantada; en una de las veinte mejores universidades del país y la que tiene el mejor equipo de esgrima. Entreno con gente de muchísimo nivel y puedo compaginarlo con los estudios perfectamente»

Por eso no tiene previsto regresar a España a corto plazo aunque, en estos momentos, se encuentra aquí preparando su debut en una Copa del Mundo Absoluta, que será la primera de su vida.  «El sistema de competición universitario en Estados Unidos es muy bueno. Estoy muy contenta allí y por el momento voy a seguir. La idea es volver a España cuando acabe los estudios».

Es una decisión que tiene clara porque arrancó allí su pasión por la esgrima. «Nos mudamos con apenas diez años y empecé en Estados Unidos a hacer esgrima. Mi padre, que es mi entrenador, ha sido olímpico y campeón del mundo y siempre he estado un poco metida en el mundillo», explica a Yo Soy Noticia una Ariadna Tucker que ya tiene que empezar a lidiar con esa presión de ser uno de los grandes valores del futuro nacional de este deporte.

A punto de debutar en una Copa del Mundo en categoría sénior, ya está convertida en una de las referentes nacionales.

«Sí que siento un poco de vértigo, la verdad. Yo siempre he convivido con la esgrima por todo lo de mi padre, pero que ahora se me conozca por mí nombre es  diferente. Pero a la vez estoy muy contenta porque mi nombre esté saliendo ahora»

Tiene ganas de estrenarse en esa Copa del Mundo sénior a pesar de estar todavía en la etapa júnior. «Es que eso es otro nivel, pero quiero empezar a introducirme ahí», dice Tucker, quien es consciente que dos de sus grandes objetivos de este 2023 serán el Europeo Júnior de febrero, donde tiene la intención de mejorar el Top 16 logrado el año pasado, y el Mundial júnior, en el que viene de ganar una medalla.

París 2024, un sueño pero no una obsesión

Respecto a los Juegos, no niega que es «un sueño» para ella, al igual que para casi todos los deportistas del mundo. «El sueño siempre ha sido ir a unos Juegos, así que si no es París que sea en Los Ángeles o dónde sea. Quiero ir, eso es así», resume. «Ahora mismo el equipo femenino es muy fuerte, todas las chicas lo están haciendo muy bien. Eso es bueno para nosotras porque nos están enseñando el camino a seguir».

Pero no se obsesiona con ello, puesto que es muy joven todavía. «No quiero saltarme etapas, hay que ir poco a poco. Claro que me encantaría ir a París, pero no me voy a obsesionar con ello. Me queda este año como júnior, apenas voy a empezar ahora en la categoría sénior. No hay prisa por seguir avanzando».

Además, está realmente ilusionada con la situación que está viviendo la esgrima en España con nombres como el de Lucía Martín Portugués, Santi Madrigal o Araceli Navarro.

«El futuro pinta muy bien. Venimos de vivir un Mundial absoluto que ha sido el mejor de la historia para España. Hay muy buen nivel y lo que viene ilusiona mucho. Estamos viviendo un momento muy emocionante»

Y todo esto lo dice consciente de que vive en un deporte que es minoritario, pero habiendo descubierto mundo, explica que la situación en España no es tan mala como, por ejemplo, en Estados Unidos. «Tengo algún compañero allí y me cuentan que es casi peor que en España porque allí no tienen becas como las que tenemos aquí del COE. Me atrevería a decir que aquí tenemos más ayudas», sigue.

Eso sí, lo que sí que es verdad es que la cantidad de alto nivel que encuentra en Estados Unidos es algo «impensable» en España. «Allí lo mejor que tienen es este sistema de competición universitario. Hace que el nivel sea muy alto. Yo he ido a competiciones en las que había 300 tiradoras. Es impresionante».

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