David Quijal
Juanma Mérida se encuentra inmerso en su aventura más ambiciosa. Hace ya 20 días que comenzó con su bicicleta a pedalear desde Villena, y a día de hoy se encuentra en Croacia con grandes sensaciones. Un viaje que, más allá del reto personal, tiene un objetivo solidario para ayudar a los refugiados ucranianos por la guerra.
Han pasado un par de meses desde que hablábamos con Juanma Mérida sobre el reto que tenía entre manos. El deportista alicantino afrontaba las últimas semanas antes de emprender su aventura más ambiciosa: dar una vuelta a Europa en 100 días con su bicicleta.
De nuevo ha atendido a YoSoyNoticia.es, pero ya con un primer tramo del viaje realizado, para conocer cómo va ese reto que comenzó el pasado 11 de junio desde Villena. Y la realidad es que va como la seda: «Me está sorprendiendo en todos los aspectos. Me encuentro físicamente fuerte y bien, y estoy visitando muchos lugares. Está siendo increíble».
Como ya nos contara en aquella primera entrevista, tenía más o menos una ruta establecida. Pero no un objetivo preciso de, por ejemplo, cuántos kilómetros debía hacer cada día. Prefería ir más a la aventura y hacer caso a sus sensaciones, y así está siendo. Como es evidente, sí que tenía una previsión mental, pero esta ha sido superada con creces.
«Desde Alicante a Montenegro en tres semanas»
«Estoy mejor que en mis previsiones más favorables. Cada día avanzo lo que yo quiera, dependiendo de cómo me vaya sintiendo. De momento estoy llegando a algo que no esperaba», apunta Mérida, quien ahora mismo se encuentra en Dubrovnik, a pocos kilómetros de adentrarse en Montenegro. «Desde Alicante a Montenegro en tres semanas. El primer sorprendido soy yo», añade.
Instragram: juanma_merida
Este viaje también le está permitiendo conocer bonitos enclaves de la geografía europea. Verona, Split o ahora la propia ciudad de Dubrovnik, desde donde nos atiende en un día de descanso total. «Estos últimos días el cuerpo me ha dado un toque de cansancio, y me encuentro haciendo turismo», explica.
Uno de los motivos también para descansar, es lo que se viene por delante. «Montenegro son 125 km de costa, pero es posible que lo haga en dos días», pues quiere tomarse con calma las próximas jornadas ya que finaliza el tramo costero. «Luego ya me meto en Albania. Me apetece conocerlo, es muy barato, pero es muy montañoso. Empiezan los puertos de verdad», apunta. De ahí que prefiera no desgastarse innecesariamente ahora.
«Me da mucha fuerza y ganas de seguir adelante»
Todo esto además lo relata a través de su cuenta de Instagram y Youtube, donde está dando a conocer esta experiencia, y desde donde recibe el calor de España pese a la distancia. «Sobre todo de mi familia y amigos, pero en los últimos días me escribe gente que no conozco. Me da mucha fuerza y ganas de seguir adelante», comenta.
El apoyo es fundamental para afrontar los momentos duros del viaje. Pese a que todo vaya mejor de lo esperado, el calor del sur de Europa está siendo uno de los principales handicap tal y como nos dice. «Hace demasiado calor, desde el día que salí y por el sur de Europa. Pero lo importante es que estoy disfrutando mucho», recalca.
«En tres semanas me he gastado 150 euros»
Juanma Mérida relata todo esto con un evidente tono de alegría, demostrando lo mucho y bien que está viviendo esta experiencia. «Me gusta ir en bici, y por qué no utilizarla para viajar. En tres semanas me he gastado 150 euros. Si hubiera venido en coche me habría gastado mucho más solo en gasolina. Voy a mi marcha y me encanta», expresa.
En la bicicleta lleva una bandera de España y la gente se le acerca a preguntarle: «¿Vienes de España? Imposible», le dicen. Al conocer la historia, se ha encontrado con personas muy hospitalarias. «Me invitan a cervezas, me regalan fruta…», ejemplifica.
Instragram: juanma_merida
Curioso fue el caso de un niño en Francia. Desesperado buscaba una fuente porque se había quedado sin agua. Al preguntarle al niño, este le llevó hasta un bar donde le recargaron los bidones y le invitaron a una cerveza, desviándose del camino. «Después, a 150 metros de donde me encontré al niño, había una fuente», recuerda entre risas, recalcando que por lo menos pudo rellenar el agua y beberse una cerveza fría.
No cabe olvidar que todo esto que está realizando tiene un objetivo mayor que el propio reto personal: recaudar dinero para los refugiados ucranianos. «Estamos cerca de los 1.000 euros, y estoy contento. El objetivo son 12.000 euros. Trabajo con una asociación de Barcelona con más de 600 ucranianos en España. Me gustaría animar a la genta para que siga colaborando», concluye.
