Marta Francés, campeona de Europa en Madrid: «Rompí a llorar en el podio de la euforia» | Yo soy noticia

Premiada por CaixaBank en nuestra gala anual, la triatleta adaptada Marta Francés tenía su primer gran reto de la temporada en Madrid este pasado fin de semana, donde afrontaba un Campeonato de Europa muy especial para ella al ser ‘en casa’, con su gente, con su público y con la ilusión de ponerse a prueba ante las mejores especialistas del continente.

No empezó la mañana del sábado de la mejor manera para ella puesto que la organización tuvo que tomar la decisión de suspender el sector de la natación debido a las lluvias que llevaban arreciando en la capital durante la última semana.

«Yo vengo del agua, de la natación. No soy duatleta y salí a la competición un poco perdida. Que me quiten ese sector me hace daño»

El triatlón se compone de un primer tramo nadando, el segundo en bicicleta y el tercero es la carrera a pie, pero al quitar la parte de la natación y convertir la prueba en un duatlón, el campeonato iba a constar de un primer tramo a pie, el segundo en bicicleta y de nuevo tocaba calzarse las zapatillas para terminar.

Un triatlón convertido en duatlón

«En seguida entendí que era la misma situación para todos y que había que apechugar. Al final somos deportistas y tenemos que aceptar lo que nos toque enfrentar», cuenta a Yo Soy Noticias cuando apenas han pasado 48 horas desde que se colgó el oro al cuello.

Reconoce que empezó la prueba sin tener muy clara la estrategia, «salí a ver qué pasaba, sin saber qué ritmo llevar», empieza recordando. «Al principio me fui guiando por el ritmo de las rivales, especialmente iba con Elke van Engelen, que era una de mis grandes rivales y es, seguramente, también mi mejor amiga dentro del deporte».

«Cuando llegué a la primera transición creía que iba segunda porque otra de mis contrincantes, Andrea Miguélez, iba por delante. Pero en realidad iba primera porque al final ella competía en otra categoría»

Fue en el sector de la bici donde Marta Francés tuvo que tirar de todo lo que tenía dentro. «La alemana es muy buena en la bici, así que intenté mantener las distancias ahí», sigue explicando. «Era importante para mí este sector porque estaba estrenando en competición mi ‘cabra’ nueva, quería ver las sensaciones, también llevaba rueda lenticular por primera vez, pero la verdad es que me he sentido muy a gusto con ella».

Se exprimió al máximo en la subida al Cerro Garabitas, en plena Casa de Campo. «Metía cadencia ahí para evitar tener mucho dolor de piernas, pero hice muy buenos tiempos, mejores de los que marcaba entrenando. Luego tuve que ir con cuidado en las bajadas porque por mi discapacidad había alguna zona peligrosa para mí y con riesgo de caída».

Superado esa fase crítica de la carrera, con la exigencia de la subida y la peligrosidad de la bajada, Francés llegaba a la segunda transición en la primera posición y tenía que ponerse el traje de trabajo para sobrevivir cuando ya las piernas echan humo.

«Ha sido durísima la segunda carrera, mucho dolor de piernas, tres subidas y tres bajadas. Aguanté bien, guiada por mis sensaciones sobre todo»

Nadie es más sabio que el cuerpo humano en esas circunstancias y, por si fuera poco, contó con ese extra de apoyo de su gente, siempre fundamental para recibir un aliento que te permite volar cuando el cansancio obliga a tirar de mente y de reservas. «Iba escuchando los gritos de mi entrenador, que me iba contando cómo iban las cosas», describe con una sonrisa.

El apoyo incondicional

Fue regulando en todo momento, sabedora de la situación y siendo consciente de que la dureza y el dolor de piernas también era para todas igual. «En la última bajada es cuando me decidí a apretar un poco más y fue ahí donde más agradecí el cariño de la gente, sobre todo de los míos, de mis padres, de mi hermano, de mi entrenador. Tener tanta gente cerca de mí me motivó muchísimo para esos metros finales».

Feliz, satisfecha, orgullosa y también cansada. Así terminó Marta Francés el Europeo, una mezcla de ingredientes que terminó por salir por cada poro de su piel al subirse al podio.

«Rompí a llorar de la emoción, de la satisfacción, de alegría… Estaba eufórica»

Ha podido enseñar todo el trabajo que hay detrás, ha podido poner sobre la competición todo el entrenamiento que dedica diariamente y ya puede decir que, a un año de los Juegos de París, es campeona de Europa. 

Lejos de conformarse, esta semana ha retomado sus entrenamientos con la vista puesta en los próximos objetivos, porque tiene Series Mundiales, tiene un Campeonato del Mundo y sigue inmersa en ese proceso de clasificación para los Juegos de París, el gran reto, el gran desafío, el sueño definitivo.

Aviso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información ‘aquí’.

Aceptar Cookies