Miriam Martínez: de su pasión por el fútbol sala al deseo de estar en unos Juegos Paralímpicos | Yo soy noticia

«Como deportista, estar en unos Juegos es lo que siempre he deseado. Desde que nací», cuenta la atleta paralímpica Miriam Martínez (Ibi, Alicante) a apenas unos pocos meses de llevar a cabo ese sueño. «Cada vez que lo pienso, se me pone el vello de punta», sigue explicando en relación a todo ello.

Ella es una recién llegada a la élite del deporte adaptado, ya que fue hace poco más de dos años cuando trastorno autoinmune le provocó un daño cerebral que la obligó a dejar su trabajo y el fútbol sala, deporte que amaba.

«Va a ser el mejor momento de mi vida y espero poder demostrar lo que me apasiona. Quiero dejarme llevar y disfrutar. Me queda muy grande ese pensamiento aún, pero también sé que ese será un momento brutal»

Poco se podía imaginar en ese momento que apenas unos meses después de aquello iba a ser capaz de hacer un lanzamiento de peso de 9,09 metros, una marca que hizo recientemente en Dubái y que le ha permitido asegurar virtualmente  su presencia en la capital nipona, ya que tiene la marca mínima B para optar al cupo de plazas para los Juegos en caso de que no se complete con mínimas A.

A por la mínima A

Sin embargo, ella todavía no ha dicho su última palabra en la clasificación para los Juegos y buscará llegar hasta los 9,97 metros, una distancia que le garantizaría ya de forma oficial su presencia en Tokio. «A día de hoy, estamos entrenando para diez metros o un poquito más. Lo que deseamos es poder hacer en competición lo mismo que hacemos en un entrenamiento, que esa presión de la competición no juegue una mala pasada», ha explicado en Radio Televisión Española. «La semana pasada hicimos 9,56 y cada vez más vamos acercándonos más a esa mínima A».

También ha querido explicar las complejidades de su propia enfermedad, que es algo muy importante.

«Es fluctuante y a veces nos condiciona mucho el rendimiento. Ahora estamos en un buen momento, creo que podemos rendir bastante bien y demostrar todo el trabajo que hacemos a diario», resume sobre su situación actual la atleta de la Federación Española de Deportes de Personas con Parálisis Cerebral y Daño Cerebral Adquirido (FEDPC).

«Mi entrenadora Ainhoa y yo estamos superconvencidas de que vamos a lograr esos 10 metros en las próximas competiciones«, ha afirmado con rotundidad la deportista española, que apurará sus opciones para lograr esos 9,97, ya que las listas para los Juegos no se cerrarán hasta el próximo 14 de junio.

Todo ha sucedido muy rápido para Miriam Martínez, ya que desde su enfermedad ella se ha probado en otras pruebas.

«Espero poder reinventarme, levantarme cada día con ilusión, superarme y devolver a toda esa gente que me ha apoyado durante todo este trayecto la ilusión que a mí me hace el practicar deporte. Que ellos crezcan conmigo y que sientan que les estoy devolviendo todo de alguna manera»

Y es que su camino en el atletismo ha tenido un poco de todo. «En principio intentábamos correr, lo hacíamos con gomas incluso, pero me costaba mucho el momento de la salida, hacía muchas eses y al final decidimos que no. Nos decantamos por los lanzamientos, hacía más jabalina, pero me tropezaba mucho con las piernas. Al final encontramos el método perfecto, que es el peso y en ello estamos día a día», cuenta.

A sus 30 años y apasionada del deporte de toda la vida, en estos momentos Miriam Martínez se siente «feliz» y «realizada» con el atletismo paralímpico. Y mucha culpa de ello lo tiene el hecho de poder ser parte de la selección española.

«Siempre he tenido claro que este era mi lugar, me dieron mi sitio y creo que era el momento perfecto para poder desarrollarme como atleta. Aún teniendo discapacidad, creo que se puede hacer de la misma manera que lo hacía antes», explica sobre sus sensaciones actuales haciendo deporte.

Su padre, ejemplo y referente

También ha querido dejar claro que admira enormemente a su padre, que también es mediofondista y corredor por montaña. «Ha sido muy perseverante y constante y ha tenido muy claro su objetivo, que la felicidad se la daba cada día correr. Siempre va a ser el mayor referente que tengo que voy a tener», reconoce abiertamente y sin titubeo alguno.

«Cuando estaba en el hospital siempre recordaba cada día el correr a su lado y era como un sueño para mí»

Martínez cierra la charla recalcando que parte de su ilusión por estar en Tokio la tiene gracias a su padre. «Es por él, para hacerle feliz, para que se sienta orgulloso y para devolverle, así, todo el trabajo que ha hecho él a lo largo de toda su vida»

Martínez quiso poner de manifiesto que todo el trabajo que está haciendo para llegar a los Juegos Paralímpicos “es por él, para hacerle feliz, que se sienta orgulloso y devolverle todo ese trabajo que él ha hecho durante toda su vida”.

Fotos: Club de Córrer El Garbí.

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