Adrián Rubio
El fútbol en silla de ruedas no tiene ni 10 años de vida pero tiene prisa por crecer y llegar a más rincones de la sociedad, y para ello se siguen realizando numerosas exhibiciones por todo el país con el objetivo de darlo a conocer y animar a más gente a participar.
El próximo mes de septiembre, concretamente del 10 al 11 de septiembre en la Estación Adif València Nord, la capital del Turia acogerá el 1er Torneo Ciudad de València de Fútbol en Silla de Ruedas. Un acontecimiento que por primera vez reunirá a todos los equipos de A-ball en una sola ciudad, pudiendo disfrutar todo el mundo de su juego.
Un evento que de forma paralela a la competición con los equipos nacionales (habrá 6, 2 de València, 2 de Madrid, 1 de Villa-real y otro de Cantabria) albergará también juegos con las sillas de cara a que todo aquel interesado en vivir la experiencia en primera persona no se quede con las ganas.
El primer ‘Campeonato de España’ en la cuna del A-ball
El A-ball no se puede entender sin acudir a sus orígenes, en un despacho de la Universitat Politècnica de València donde César Iribarren, el director del Master de Gestión Deportiva de la UPV, y Fernando Giner, el ex futbolista internacional, empezaron a trazar lo que ahora, casi una década después, es un deporte reconocido y apoyado por la Real Federación Española de Fútbol cuyas exhibiciones recorren toda España (hasta de Marruecos les han llamado para organizar jornadas allí) y enseñan a todo el mundo que la discapacidad física no está reñida con la práctica del deporte rey.
Aunque esta mesa del A-ball tiene 3 patas, siendo la restante aún no mencionada la de Ortoprono, la empresa que ya había colaborado en otros proyectos con la universidad y que sirvió como inventora del dispositivo (previas indicaciones de un Fernando Giner que tenía la idea en su cabeza desde que siendo aún jugador del Sporting de Gijón se emocionó firmando un autógrafo a un niño en silla de ruedas) que se acopla a la silla de juego, y sin el que sería impensable entender esta disciplina tal y como se desarrolla actualmente.
Casi que podemos decir que será el primer Campeonato de España oficioso que se celebra en el A-ball”
Giner puso la idea, la empresa valenciana Ortoprono la tecnología y los primeros candidatos a probar, y César Iribarren con quien charlamos en YoSoyNoticia.es para resaltar el pionero ‘campeonato’ que tendrá lugar el próximo mes de septiembre diseñó las normas de juego, amén de ser el primer entrenador de este deporte cuya génesis está en València y solo hace menos de diez años.
“Hay 6 escuelas en toda España y esas 6 escuelas vendrán a València, siendo la primera vez que se organiza algo así y casi que podemos decir que será el primer Campeonato de España oficioso que se celebra en el A-ball”, relata Iribarren, cuya experiencia previa como entrenador de fútbol sala fue de gran ayuda para dar forma al juego, adaptándolo a las medidas de un campo de fútbol sala.
Él fue el primer entrenador de un ‘bebé’ que ya es un niño, y desde entonces se ha dedicado sobre todo a formar a la gente que se interesa por trabajar en este ámbito. Actualmente al primer equipo surgido en València lo dirige Miguel Ángel Bossio, ex jugador uruguayo del Valencia CF, y es que la entidad ‘ché’ por medio de la Asociación de Futbolistas que preside Fernando Giner fue la que abrazó el proyecto surgido en la UPV, haciéndose cargo desde entonces y proyectándolo para su crecimiento contando con el respaldo federativo pero también, nos cuenta César Iribarren, el político en la ciudad.
“Javier Copoví, de Ciudadanos, nos vio en una exhibición y enseguida nos dio apoyo al estar muy sensibilizado con estos temas y ser un invento valenciano. Sin querer apropiárselo políticamente, nos habló de liderar una propuesta en el pleno municipal para que el consistorio nos ayudara a traer a la ciudad el primer encuentro nacional de escuelas/equipos al no haber todavía una competición reglada, y salió adelante por unanimidad”, celebra un eufórico Iribarren.
Desafío físico y psicológico
El tiempo pasa rápido desde que hace 8 años, en el corazón de la UPV, cristalizó un fútbol en silla de ruedas alrededor del cual todo partió de cero. Hubo que elegir, rememora César, hasta el tamaño y peso del balón. “Medir la resistencia de materiales, la elongación de muelles, alturas, diámetros, ergonomía… Fueron muchas cosas”, le explica a YoSoyNoticia.es Iribarren, que nos da alguna pincelada más de cómo fueron esos primeros pasos y cuál es la realidad de trabajar actualmente en este entorno donde el desafío es físico, pero también psicológico.
Es gente de 40 años pero con movilidad y velocidad de reacción de movimientos como si fueran chavales de 12, 13 o 14 años”
“Por velocidad y ocupación de espacio en la cancha es prácticamente como entrenar a un equipo alevín o infantil, es gente de 40 años pero con movilidad y velocidad de reacción de movimientos como si fueran chavales de 12, 13 o 14 años”, detalla César sobre las diferencias de trabajar con el fútbol en silla de ruedas, “un mundo especial con gente con problemas de movilidad para el día a día y cuya situación les afecta de forma psicológica”.
“Son personas que han sufrido accidentes laborales, de coche o de moto, y el golpe psicológico hay que superarlo. Les toca adaptarse a una nueva vida en todo, y el deporte sabemos que ayuda a la recuperación psicológica”, añade.
Les toca adaptarse a una nueva vida en todo, y el deporte sabemos que ayuda a la recuperación psicológica”
Actualmente el equipo que apadrina la Asociación de Futbolistas del VCF entrena, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de València, en el Polideportivo de Natzaret, con 12-14 jugadores (entre ellos el campeón de España de pádel adaptado). La mayor afluencia de interesados en practicar el A-ball obligó a dar forma a un segundo equipo hace un año que se acopló en la UPV, con 10 integrantes y el afán de acoger muy pronto también a mujeres. Porque la fuerza inclusiva de este proyecto no tiene límites, y así lo explica César Iribarren.
“Es un deporte inclusivo y mixto, donde pueden jugar personas con distintos tipos de grados de discapacidad física, aunque sabemos que también podría encajar la discapacidad intelectual”, advierte, sabedor de que el futuro del fútbol en silla de ruedas y el camino que siga también va a depender en buena medida de la sociedad y la demanda que encuentren entre todas las personas, que cada vez son más, alrededor de este juego.
Es un deporte inclusivo y mixto, donde pueden jugar personas con distintos tipos de grados de discapacidad física, aunque sabemos que también podría encajar la discapacidad intelectual»
No en vano ya han tenido algún caso en otra ciudad española de madre de un jugador que ha querido acompañar y participar con su hijo de los partidos, y aquí no se le cierra la puerta a nadie. Aunque cada vez hay más preparación y sube el nivel de juego, sorprendiendo al advenedizo que asiste a ver un partido por primera vez por la velocidad, calidad e intensidad de la actividad. Es fútbol adaptado, incluso con sus goles de cabeza que César nos cuenta que es de las cosas que más felices pone a los jugadores.
A ellos les da la vida el meter un gol, por eso cambiamos algunas normas para que haya goles”
Y es que aquí prima, por encima de todo, el espectáculo y las ganas de disfrutar practicándolo al mismo tiempo que se ofrecen muchos goles y acción a los espectadores. “La base es el fútbol sala para este deporte creado de cero aunque enseguida cambiamos cosas para hacerlo más atractivo, no podía ser que los partidos acabaran 0-0 o 1-0. A ellos les da la vida el meter un gol, por eso cambiamos algunas normas para que haya goles”.
Hacia una competición estandarizada con la que seguir consolidándose, ¿hasta unos Juegos Paralímpicos?
¿Hacia dónde se dirige el A-ball? Es muy joven este deporte y todavía tiene mucho terreno que recorrer, aunque ya hacen kilómetros para realizar exhibiciones por distintos lugares y siempre ataviados con la misma equipación que la selección española de fútbol. Un punto a su favor que enseguida capta la atención de propios y extraños, pero el punto de inflexión llegará cuando se genere la primera competición estandarizada en España de A-ball.
Ese es el desafío en el que está embarcada la AFAE (Asociación de Fomento del A-ball en España), una organización sin ánimo de lucro que crearon para amparar estos primeros años de un deporte que firma convenios y recibe subvenciones para los desplazamientos e inversión en el material, algo más costoso cuando hablamos de sillas y no solo de botas o balones como se puede imaginar todo el mundo.
A esto contribuyen marcas como CaixaBank o Aguas de Valencia (actualmente con la ley en la mano las empresas ya pueden desgravarse hasta el 90% de su cuota líquida de impuesto al respaldar deporte adaptado o femenino), también la UPV para que todos los interesados en jugar al A-ball solo tengan que preocuparse de mantener en buen estado la silla de ruedas que les facilita AFAE.
«Igual que Iberdrola cogió con fuerza hace años la bandera del deporte femenino, nosotros queremos que alguien coja la nuestra en el A-ball como deporte inclusivo», sentencia Iribarren, que no habla de Juegos Paralímpicos en el futuro pero debería ser la consecuencia lógica, igual que ocurrió con el baloncesto y muchas otras modalidades.
El A-ball está como modalidad recreativa dentro de la RFEF, de ahí lo de denominar exhibiciones a sus jornadas, pero la ilusión es la de equipararse en un futuro cercano a modalidades como el futsal o el fútbol playa para tener todavía más alcance así como un mayor paraguas federativo.
Para ello deben superar los 10 equipos en todo el país (son 6 a día de hoy), y así podrán alumbrar una primera competición liguera que incluso avale el propio CSD. Luego a captar más sponsors privados y públicos por toda España para seguir derribando barreras con el deporte rey en silla de ruedas. El tiempo es su mejor aliado.
Igual que Iberdrola cogió con fuerza hace años la bandera del deporte femenino, nosotros queremos que alguien coja la nuestra en el A-ball como deporte inclusivo»
