Vicente Jara: el renacer tras un accidente en bici casi mortal | Yo soy noticia

Ocho horas de operación con tres cirujanos, la rápida intervención médica, la recuperación en el hospital y, también, el deporte, han salvado la vida, por ese orden cronológico y de prioridad, a Vicente Jara, un murciano que desde los 18 años vive en Valencia. Ahora tiene 50 y ha vuelto a nacer después de que una conductora le arrollara en un cruce mientras entrenaba con su bicicleta de triatlón cerca Vilamarxant.

Es una historia de un superviviente, de deporte y de superación. Hace poco más de un año que Vicente tuvo el accidente y hace apenas unas semanas ya volvió a competir en el Valencia European Paracycling. Acostumbrado a llevar una vida prácticamente diaria de deportista, ahora volver a la competición «ha sido una experiencia muy valiosa», según comenta.

Vicente junto a Ricardo Ten

Vicente es Ingeniero de Telecomunicaciones, dedicado a la dirección de sistemas de información de un grupo automovilístico y también ejerce como profesor universitario en un centro privado en Valencia. El accidente puso, de momento, fin a todo ello. Lo combinaba con la actividad deportiva diaria: «Yo hacía Ironman. Me he clasificado para campeonatos del mundo y europeos. Llevo toda una vida haciendo deporte, sobre todo atletismo y triatlón».

Reconoce que su objetivo es volver a hacer triatlón y «lo primero es hacer handbike con el club Unlimited Wheels«. Vicente ya ha participado en la Copa de España y en la Copa de Europa de momento como ciclista adaptado. Y ahora también continúa progresando en la primera escuela de ciclismo adaptado en la Comunitat Valenciana que dirige Ruth Aguilar.

Un entrenamiento que le cambió la vida

Vicente reconoce que no tiene problema en volver a recordar lo que pasó ese fatídico día. Aunque, por otra parte, también explica que «no me acuerdo prácticamente de nada». Sí que miró más tarde en la aplicación GPS por dónde fue y el lugar del accidente. Vicente vive en una urbanización cerca del circuito de Cheste. Salió a entrenar en solitario para preparar el Ironman de Vitoria con el objetivo de ganar en su categoría. Ya había participado en ese mismo Ironman hasta en ocho ocasiones.

«Acabé con 12 costillas rotas, 7 u 8 vertebras, la escápula derecha, un derrame pulmonar»

Así lo cuenta: «Iba por una carretera recta con buena visibilidad y un buen arcén. La chica, entiendo que despistada, me arrolló cuando iba a doblar a la izquierda. Lo conté de milagro. Acabé con 12 costillas rotas, 7 u 8 vertebras, la escápula derecha, un derrame pulmonar. Me di un golpe fuerte y dudaban si operarme o no por si no superaba la operación«. El recorrido que más tarde le marcó la aplicación sí que indica que salió de Cheste y llegó a Casinos, pasó por el puerto de Alcublas y ya de vuelta a casa dirección Cheste y a la salida de Vilamarxant, ahí fue.

«Solo tengo sensibilidad del esternón hacía arriba. Tengo 2/3 del cuerpo sin sensibilidad. Tengo manos por milímetros…»

Tras la operación en el Hospital la Fe llegaron más tarde otras complicaciones graves. Allí estuvo tres meses y Vicente sufrió una embolia pulmonar grave, una pulmonía, una sepsis y «varias complicaciones que estuvieron de nuevo a punto de hacerme pasar a mejor vida». Un auténtico superviviente. Vicente sufre una «lesión medular grave». Y detalla: «Solo tengo sensibilidad del esternón hacía arriba. Tengo 2/3 del cuerpo sin sensibilidad. Tengo manos por milímetros…».

Vicente Jara salió adelante con valentía, superación y ganas de recuperar y volver a entrenar. Después de pasar tres meses en La Fe, obtuvo plaza en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, «uno de los mejores de Europa para la iniciación deportiva. De allí han salido muchos deportistas paralímpicos». Allí el deportista murciano entrenaba seis horas diarias que se sumaban a la sesión de rehabilitación.

El deporte como salvavidas mental

Y el deporte, una vez más, actúa como salvavidas físico y, sobre todo, mental: «Si antes hacía deporte por placer, ahora es casi un mandato. Con las limitaciones físicas que tenemos si no hacemos deporte se hace muy complicada la vida. La mejor rehabilitación es el deporte. Ahora el deporte es un salvavidas. Entrenar es mucho más sano que estar pensando que te has quedado parapléjico».

«Entrenar es mucho más sano que estar pensando que te has quedado parapléjico»

De hecho, desde el mes de mayo Vicente es uno más en la nueva escuela de ciclismo adaptado valenciana. «Están haciendo un gran papel en la reinserción de mucha gente en el deporte. Incluso se piensa dentro del club en ir haciendo otras disciplinas», comenta. El club de triatlón de Vicente, el 365 Rider, «se ha volcado conmigo desde el principio. Cualquiera me acompaña para venir conmigo», explica agradecido.

Junto a su entrenador, Marcos Greus

Y reflexiona sobre ello desde otra perspectiva: «Los clubes que apoyan a gente como nosotros con discapacidad son una suerte para mucha gente que no tiene nuestros problemas, porque ven la realidad de la vida cuando nos ven a nosotros. Así, muchas veces pensarán que no es tan grave lo que les pasa a ellos».

Poniendo esta frase a modo de contexto, Vicente, explica: «Me cuesta más del doble de tiempo hacer las cosas. Ir al baño era antes un minuto y ahora son 20». El paratriatleta murciano se ha jubilado por tener «gran invalidez» con un grado de discapacidad del 81%. Pese a ello, asegura que espera volver a trabajar: «Me gustaba mucho mi trabajo. Aunque como directivo que era tenía reuniones que se prolongan  y es muy difícil volver a ese tipo de trabajo. Cuando gane más fuerza y autonomía quiero volver a trabajar». Sin duda, con el progreso físico y mental que está llevando a cabo, lo conseguirá. Y lo contaremos.

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