Laura Méndez, en una nube: «Esa última recta la recordaré toda la vida» | Yo soy noticia

Con el aplomo y la naturalidad de las grandes, Laura Méndez va regresando a la realidad poco a poco después de vivir en una nube sus últimas 48 horas, esas que han transcurrido desde que cruzó la meta del Maratón de Twente (Holanda) en 2 horas, 29 minutos y 28 segundos, un tiempo que le acredita como mínima olímpico para los próximos Juegos de Tokio, aunque, prudente y honesta, no quiere echar las campanas al vuelo puesto que todavía hay que esperar para que se oficialice la selección española que competirá allí.

En apenas dos años ella ha pasado de correr el 1.500 a volar en la ruta, hasta el punto de haber conseguido ser el segundo mejor debut en la historia de la maratón femenina española, una proeza de la que todavía no es muy consciente. «Estoy viviendo algo totalmente nuevo para mí, ha sido una alegría muy grande y están siendo unos días bastante locos. Voy empalmando entrevistas, pero la verdad es que, aunque me duelen un poco las piernas, me noto bastante recuperada», cuenta a Yo Soy Noticia visiblemente feliz.

«En la carrera me encontré como nunca antes, súper bien. Tenía claro que iba a salir detrás de la liebre para no quedarme sola y después de los entrenamientos y de los tests lácticos ya me habían dicho que estaba para salir a ese ritmo, así que así lo hice»

Una carrera extraordinaria

Asumió la carrera con entereza, sabedora de su condición física, de su oportunidad, pero conociéndose a sí misma como si fuera una veterana de la distancia. Pese a estar estrenándose en los 42.195 metros ,nunca se volvió loca y corrió como debía hacerlo. «Fui muy bien hasta el kilómetro 30, ahí empecé a sentir algunos tirones y decidí quedarme un poco detrás del grupo, pero sin que se me fueran demasiado», recuerda ahora.

Incluso en esos momentos difíciles su cabeza le ayudó a gestionar los nervios.

«En el kilómetro 35 sí que me dio el hombre del mazo, aunque no lo hizo muy fuerte. Supe sobrevivir hasta el 40 y cuando vi el crono que iba unos segundos por encima de la mínima supe que había que darlo todo, correr lo más rápido posible. Lo hice, cogí a la liebre y tuve el premio final por dos segundos. Esa última recta la recordaré toda mi vida»

Pero en una carrera como un maratón, un esfuerzo constante de dos horas y media llevando el cuerpo al límite, la parte mental es tan importante como la física. Y se siente especialmente orgullosa de haber gestionado ese aspecto muy bien. «Tuve pocos pensamientos negativos», nos explica. «Y eso es algo raro en mí», sigue contando con media sonrisa.

«En el kilómetro 40 iba muerta, pero muscularmente me sentía bien y yo acabo rápido, siempre tengo un buen último 1.000 y por eso me dije a mí misma que sí, que esa mínima era mía. Tengo la sensación interior de que esos dos últimos kilómetros pasaron rapidísimos».

Sin embargo, hay que andar con paciencia a la hora de lanzar el mensaje de que Laura Méndez estará en Tokio porque todavía no es una noticia tal que así. Las posibilidades son enormes y su trabajo está hecho, como ella repite, sin embargo, queda una parte complicada: la espera.

Queda esperar

A día de hoy esa marca mínima que exigía la Real Federación Española de Atletismo para poner rumbo a la capital nipona la tienen tres mujeres: Marta Galimany, quien ya está preseleccionada para los Juegos, Elena Loyo y Laura Méndez. Como a nuestro país le corresponden tres plazas para el Maratón parece el momento perfecto para decir eso de ‘blanco y en botella’, pero hay matices.

Hasta el próximo 31 de mayo hay tiempo de hacer esa mínima y en el caso de que alguna atleta más se sume a esta lista tendría que ser el seleccionador quien debería escoger. «Todo el mundo me pregunta por Tokio, pero la realidad es que aún no estoy clasificada. Tengo la mínima, sí, pero dependerá al final del seleccionador y de los últimos tests de láctico», resume.

Lo que sí deja claro es lo que supondría para ella estar corriendo en Sapporo -lugar elegido para el Maratón debido a las mejores condiciones climáticas que Tokio- este próximo verano.

«Sería un sueño cumplido para mí, el sueño que todo atleta tiene. Ojalá se cumpla y pueda disfrutarlo al máximo. Sé que serán unos Juegos muy diferentes a los de siempre, pero los disfrutaré muchísimo, del primer al último día»

Trata de pensar en esa posibilidad lo menos posible, aunque es algo imposible de controlar en estos días de felicidad profesional. «Tengo tantas ganas y tanta ilusión que me pondría a entrenar ya otra vez, aunque ahora toca descansar unos días».

Por delante, si todo va bien, tiene el reto de afrontar dos maratones en menos de cuatro meses, una experiencia nueva para ella, puesto que la de los Juegos será la segunda Maratón de su vida. «La verdad es que es algo por lo que yo no he pasado nunca», ríe. «Pero estoy convencida de que se puede hacer y que se puede preparar bien. Planificaremos todo bien para llegar allí en el mejor momento posible. Creo que haremos alguna competición entre medias, que yo no puedo estar solamente entrenando tanto tiempo».

Por supuesto, es consciente de que aunque sea en Sapporo, las condiciones no serán sencillas allí. «Serán menos extremas, pero hay mucha humedad. Eso es algo que sabemos. Por suerte, yo tengo un gran equipo detrás de mí y mi médico me dirá lo mejor que podemos hacer para prepararla de forma ideal».

Su gran evolución

Ese equipo de trabajo, con Manolo Ripollés a la cabeza, es quien la ha ayudado a llegar hasta este punto. Su caso es sorprendente incluso para ella misma, pues hace apenas un par de años estaba totalmente centrada en el 1.500 y ahora acaba de lograr la mínima olímpica en la prueba de Maratón.

«Es verdad que tanto mi entrenador como yo sabíamos que las distancias largas se me podían dar bien, aunque yo no esperaba que tan, tan bien. Por los entrenamientos era algo que podía ser así»

Ante esta evidencia, ella entendió que el paso debía darlo en estos dos últimos años. «Decidimos que era el momento adecuado» y parece evidente el acierto total y absoluto. Se estrenó con éxito en la media maratón y ahora ha derribado todas las puertas de golpe en la distancia de Filípides. Eso sí, no se olvida de la pista, que le «encanta» y sobre la que manda un aviso. «Alguna carrerita haré».

Satisfecha y orgullosa de lo logrado, agradece a su cuerpo lo bien que se ha acoplado a la distancia. «Ha sido una evolución muy grande, pero la verdad es que logré acoplarme a los entrenamientos largos muy bien. Ese era un miedo que tenía pero todo ha ido estupendamente», comenta.

Y así se ha plantado ante ese momento histórico para ella, para el atletismo valenciano y para el Playas de Castellón. A sus 32 años, Laura Méndez apunta a los Juegos de Tokio tras un debut más que brillante en el Maratón. Ella a descansar y a entrenar y nosotros a disfrutarla de corto.

Fotos: Playas de Castellón

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