El día amaneció nublado y chispeando, pero lo justo para refrescar el ambiente ante el esfuerzo que se esperaba de los casi 1300 piragüistas asistentes a la competición, con algún que otro espontáneo no inscrito.
En esta edición se batió un récord de embarcaciones: 860 de 23 países diferentes, siendo la edición más olímpica con el cuádruple medallista Saúl Craviotto como pregonero y competidor en K-2 junto a su padre.
Este año el Sella se suma al aniversario de la celebración de Barcelona’92 con el diseño del cartel de la prueba a cargo de Javier Mariscal, creador del Cobi. Y junto a ellos la mascota del XX Descenso Internacional del Cinca ya que se representó tras la inauguración el hermanamiento con el río Cinca y el preceptivo intercambio de aguas.
La salida se realizó a las 12:00 horas conocida como «tipo Sella», es decir, con los participantes y sus embarcaciones fuera del agua en las posiciones y orden asignadas mientras que las palas de los participantes se sitúan bloqueadas dentro de un cepo que las libera en el momento en que el semáforo cambia de rojo a verde.
Y todo esto tras los versos que compuso Dionisio de la Huerta, alma inspiradora del Descenso Internacional del Sella hace 81 años. El esfuerzo de los palistas permitió al Club Piragüisme Silla clasificarse en la 22ª posición de la Clasificación General y el 1º de la Comunitat Valenciana.
La cadete Aitana Gastaldo Ariza logró la medalla de plata en K-1, empleando un tiempo de 1 hora y 25 minutos en recorrer los 15 kilómetros de descenso hasta Llovio.
El Club Piragüisme Silla participó con dos embarcaciones de equipo K-2 tripuladas por Marcos Climent Queremón-Fran Gil García y Jonathan Cantarero Casany–Andrea Sánchez Alberola.
A nivel individual participaron 6 embarcaciones, en k-1 participaron Jordi Peris Antequera, Andrea Zaragozá Hernández, Huihui Qiu y un servidor Cayetano Sánchez Reyes, mientas que Santiago Sánchez Alberola lo hizo en canoa individual, C-1.
Los campeones por octava vez consecutivas fueron Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza alimentando su leyenda en el Descenso Sella. Toda una fiesta de la que disfrutaron este primer fin de semana de agosto palistas y espectadores reunidos en Arriondas, Llovio y Ribadesella , donde se mezcla lo deportivo, lo cultural y lo festivo.