El atletismo que viene: zapatillas, ayudas, nacionalizaciones exprés… | Yo soy noticia

Gerardo sigue colaborando en radio y es muy activo en redes sociales. Además, al que fuera jefe de prensa de la Real Federación Española de Atletismo durante más de 30 años y comentarista en TVE durante casi una década también se presta a entrevistas como la que le realizamos en el programa que cada lunes emite YoSoyNoticia.es en Radio Intereconomía Valencia (107.1 FM) y El Toro TV (canal 23 de la TDT).

Y seguro que sus reflexiones no dejan indiferente a nadie.

Atletismo adulterado

Lo bueno de contar con un tipo de su trayectoria y experiencia, que ahora ya no le debe cuentas a nadie porque no forma parte de ninguna institución a la que pueda molestar con sus palabras, es que se puede hablar con claridad y sin tapujos. Y sobre todo con mucho conocimiento de causa.

Y así lo demuestra Gerardo cuando sacamos a colación, para romper el hielo, el asunto de las zapatillas de clavos para las competiciones de pista. Un tema polémico, que recuerda al vivido previamente con las de carbono en las pruebas de ruta en el atletismo.

Lo que ocurrió en su día con las zapatillas de carbono que tanto dieron que hablar fue sencillo, y se podría resumir en que ‘Poderoso caballero es don Dinero’ y que las marcas comerciales, por si alguno no lo sabía ya, pintan y mucho en las decisiones que toman las altas esferas del atletismo mundial.

“Es un modelo nuevo de zapatilla que implanta una firma comercial norteamericana, donde usan prototipos a los que solo tienen acceso unos cuantos atletas de élite. Durante ese espacio de tiempo en que se utilizan esos prototipos una serie de atletas compiten con ventaja porque las zapatillas no estaban a la venta al público, ni eran accesibles para otros atletas que no formaban parte de esa casa comercial”.

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Y Gerardo las ha probado: “La zapatilla de carbono la más conocida es la que se utiliza para correr en asfalto, correr en ruta, pero hay otros modelos de clavos para correr en pista donde la filosofía es distinta y ya están dando mucho de qué hablar como ya ocurrió en la ruta en su momento”.

“Las de carbono tienen un ‘drop’, la zona de caída del talón, que es muy ancha y es como ir corriendo sobre unos muelles. Yo lo he probado cuando salgo a correr aunque a menor intensidad que un profesional, y soy capaz de correr como 30-35 segundos más rápido cuando voy rodando con unas zapatillas buenas pero no de carbono, imaginad si me pongo unas de carbono donde seguro aún podría bajar más mis tiempos”, añade.

Y además de los mejores tiempos que se pueden lograr, también hay beneficios para la salud. “Cada vez que impacto con mi talón sobre el asfalto recibo una energía que provoca ese carbono que me lanza hacia adelante. No solo la mejora es en comodidad, sino que además al tener una gran amortiguación mis tendones, mis articulaciones y músculos no sufren tanto como cuando voy con una zapatilla normal. De hecho, termino y me dan ganas de entrenar luego por la tarde otro rato”, explica un Gerardo que no solo habla por lo vivido en sus carnes.

Los atletas que forman parte de esa compañía o empresa compiten en ventaja con respecto a otros”

Y es que esto del carbono ahora se ha trasladado al ámbito del atletismo de pista pero con las zapatillas de clavos. Las de carbono ya están al alcance de todos, pero durante un largo período de tiempo fueron unos pocos privilegiados de la élite a los que esa marca les hacía llegar el modelo los que ‘volaban’ en ruta, dentro de pruebas como el medio y el maratón que registraban tiempos muy llamativos.

Está ocurriendo ya con los nuevos modelos de zapatillas de clavos para pista, que “algunas firmas comerciales las han desarrollado y puesto a la venta, y otras no. Los atletas que forman parte de esa compañía o empresa compiten en ventaja con respecto a otros”, señala Gerardo, que mira hacia el 1 de enero del 2023 porque a partir de esa fecha la Federación Internacional ya no permitirá este tipo de ventajas.

Se van a establecer marcas y registros mundiales que el 1 de enero del 2023 no subirían al marcador de récords, aunque ahora sí van a ser válidos»

Vuelve a cambiar la normativa en cuanto a la anchura del ‘drop’ y suela de zapatilla, “y a partir de esa fecha todas las zapatillas deben tener un grosor como máximo el que especifica la norma”. ¿Pero y qué pasa ahora en competición, cuando todavía no se ha aplicado esa nueva normativa? Pues que “se está compitiendo con unas zapatillas con más grosor del que van a permitir a partir del 2023, por lo que se van a establecer marcas y registros mundiales en pista que el 1 de enero del 2023 no subirían al marcador de récords, aunque ahora sí van a ser válidos”.

En resumen, “un auténtico galimatías que nos refleja un atletismo adulterado”.

El poder de las marcas

No enfadar a las grandes firmas comerciales del atletismo pudo ser el principal motivo por el que la federación internacional permitiese en su momento estas zapatillas de la polémica. ¿Qué hubieran hecho con este material grandes deportistas del atletismo de larga distancia de hace 15-20 años si hubieran tenido acceso a todo esto?

Y no es cuestión de ir en contra de los avances tecnológicos o la modernización de un deporte como el atletismo, que en el pasado ya vio la evolución de las pértigas o del propio suelo donde se compite. Esos son avances que afectan a todos por igual, pero el asunto de las zapatillas que ahora genera debate en la pista tras hacerlo durante tiempo en la ruta es que no permite a todos competir por igual.

Lo de las zapatillas fue un escándalo, no admite parangón. Para mi durante años fue dopaje tecnológico, sin ninguna duda”

El atletismo más parecido a la Fórmula 1, donde en función del dinero que tenga tu equipo o marca deportiva podrás acceder a una ventaja que no tiene un competidor de tu misma categoría. “Lo de las zapatillas fue un escándalo, no admite parangón. Para mi durante años fue dopaje tecnológico, sin ninguna duda”.

Tal fue el revuelo en su momento que World Athletics solicitó a las marcas que pusieran estas zapatillas al alcance de todos los deportistas y no solo del selecto grupo que a ellas les interesaban. Pero la tirada no fue muy grande y los precios no eran accesibles para todos, así que la solución fue escasa. Por el camino siguieron cayendo marcas que fueron una auténtica revolución en las pruebas de ruta del atletismo, y al echar ahora la vista atrás el escándalo aún nos parece mayor. Situación que se ha trasladado ahora a la pista.

Ha habido presión de las firmas comerciales, el dinero es el hilo conductor de todo»

Porque aunque las zapatillas de carbono para ruta ya las puedes encontrar en cualquier marca, no es así con las de clavos. Modelos que imaginamos que no son rentables de producir en masa para el gran público, pero que ahora están dando a algunos atletas concretos un plus que iremos viendo en los tiempos registrados en competición. El propio Usain Bolt se pronunció en contra de estos avances en las zapatillas de pista, ya que a él no les dejaron usarlas en su momento. “Ha habido presión de las firmas comerciales, el dinero es el hilo conductor de todo», señala Gerardo sobre la permisividad actual.

Y su efecto real en acción lo revela la charla que tuvo con el corredor de 100 metros lisos Ángel David Rodríguez, contando el deportista que en una prueba de 60 metros la mejora con estas zapatillas de este tipo de suelas son 7 centésimas”. Eso, en carreras igualadas, es un mundo. “Esto va en contra del espíritu del atletismo, el deporte donde luchas contra ti mismo y tú eres tu rival a batir”.

“Pretendes mejorar tu marca y vencer a los rivales, pero con este tipo de cuestiones adulteras la competición y más aún cuando unos atletas tienen acceso a esas zapatillas y otros no. Las piernas las mueves igual, pero yo mismo he notado en mis carnes la mejora cuando hablamos de estos asuntos”, añade Gerardo, que siempre tiene el ‘run run’ en la cabeza de qué hubiera pasado con marcas del pasado si hubieran podido contar con estos avances.

En 2023 todo se igualará, dice World Athletics, pero hasta entonces van a seguir estableciéndose marcas que se lo pondrán muy difícil a los que a partir de esa fecha quieran superar los récords europeos o mundiales del presente. “Ahora algunos compiten con modelos de zapatillas de pista que son superiores y permiten más retorno de energía que las que se van a utilizar a partir de 2023”, recuerda Gerardo, que no solo ve este impacto en la élite. Porque en cualquier categoría hay clases, y dependiendo de tu familia o posibilidades económicas accederás a unas zapatillas u otras.

“Son zapatillas de alta gama que valen 250 euros fácilmente. Y duran poco, si las usas en asfalto o tierra pues la destrozas. Hay que utilizarlas en contadas ocasiones. Si te las puedes permitir perfecto, o si te las regala tu familia siendo junior o cadete, pero el 90% igual no tiene esas posibilidades económicas y compite contra rivales que están en ventaja, legal pero ventaja”.

“Dentro de poco el atletismo español será un desierto”

Otro tema polémico son las ayudas económicas al atletismo de base. Un asunto que da para un debate en profundidad acerca del deporte español y lo que destina el Gobierno a su desarrollo. Hay que mirar más allá del mediático fútbol, y Gerardo nos dibuja una realidad que ha ido a peor con el paso del tiempo. Un cambio de tendencia que le preocupa y mucho, y seguro que no es el único que lo ve así.

Mi opinión es que se está ayudando exclusivamente a un grupo de atletas de élite y se están abandonando las ayudas a los atletas jóvenes de sub 23 para abajo”

ATLETISMO: Gala del Atletismo, celebrada en la sala de actos del COE (Madrid) 19-01-2013
FOTO: J. A. MIGUELEZ

“Hasta el 2017/18 había políticas de ayudas a los jóvenes atletas de sub 23 hacia abajo que eran exquisitas, llegó a haber 350 atletas becados por la federación española, de los que casi un 40% eran atletas jóvenes. Pero ahora sin embargo la lista de atletas becados llega a 110 y de ellos solamente hay 40 de sub 23 para abajo”, revela.

“Mi opinión es que se está ayudando exclusivamente a un grupo de atletas de élite y se están abandonando las ayudas a los atletas jóvenes de sub 23 para abajo”, añade, preocupado por la base de la pirámide ya que “cuanta más cantidad más calidad saldrá luego”. “Es un error de parte de la actual federación española de atletismo, nos estamos pegando un tiro en el pie”, destaca con firmeza.

Para Gerardo falta más visión de futuro: “hay que dar becas a atletas que, pese a que por alguna circunstancia no han conseguido la marca mínima requerida, tienen gran calidad y potencial. Antes eran becas que proponían los responsables de cada prueba para una serie de atletas que veían de enormes posibilidades, pero que eran muy jóvenes y no llegaban a ese tope de mínima. Por ahí han pasado Ana Peleteiro, Óscar Husillos, Bruno Hortelano, Samuel García, Pablo Torrijos, etc”.

“Actualmente falta esa altura de miras para gastarse dinero en esos atletas aún a sabiendas de que puedo meter la pata, pero esta es la base del futuro. Si a los jóvenes, que es cuando más lo necesitan, les cortas las ayudas dentro de poco el atletismo español será un desierto”, advierte.

“No me gustan las nacionalizaciones por carta de naturaleza”

Por último nos vamos al tema más reciente, el del joven cubano nacionalizado español Jordan Alejandro Díaz. Un caso de nacionalización exprés, mucho más rápida que en otras situaciones similares en el pasado. Un detalle sobre el reciente recordman español de triple salto que no ha pasado desapercibido para Gerardo.

“Las nacionalizaciones por carta de naturaleza, por interés del equipo nacional, siempre han existido aquí y en otros países, pero tan rápida como esta nunca. Orlando Ortega estuvo tres años de residencia en España, Joan Lino Martínez cinco, Niurka Montalvo tres, pero lo de este chico es un récord”.

Aplicaría la misma medida que en el fútbol, que cualquier deportista que se nacionalice pero ya haya sido internacional anteriormente con su país natal luego no pueda serlo con el que le ha dado la nueva nacionalidad. Así se acaban los malos rollos”

Porque en apenas 5 meses logró la nacionalización, y además ha jurado la Constitución en un juzgado de Guadalajara en tiempo récord también. Llama poderosamente la atención que aquí no ha habido que esperar 3 o 4 meses para este trámite, sino que apenas han pasado unos días. Y Gerardo tiene claro que este no es el camino, aunque claro, es su opinión personal tras haber convivido muchas décadas y desde dentro con el atletismo español e internacional.

“Aplicaría la misma medida que en el fútbol, que cualquier deportista que se nacionalice pero ya haya sido internacional anteriormente con su país natal luego no pueda serlo con el que le ha dado la nueva nacionalidad. Así se acaban los malos rollos”, señala.

De esta forma gente como Jordan Díaz podría competir en España y batir récords con sus clubes que luego quedarían en los libros de historia, pero sin poder ser luego internacional con su nuevo país al haberlo ya sido antes bajo otra bandera. Una medida para, según Gerardo, evitar agravios comparativos.

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