Uiso Crespo
A finales de octubre el I Clinic Inclusivo de Ciclismo Adaptado en la Comunidad Valenciana unió a dos mujeres en busca de un sueño: Tokio 2020. Una fecha marcada en el calendario que cada vez está más cerca y que para poder estar en el gran evento deportivo hay que trabajar muy duro
La paraciclista barcelonesa Pepi Benítez, que fue plata en Londres 2012 en ruta, buscaba una guía que le marcase el camino hacia esta gran aventura. No es nada sencillo este reto y menos cuando los equipos españoles profesionales están en auge. De modo que se enteró de la posibilidad de contactar con la joven alicantina Melisa Gómiz que estaba a punto de desembarcar en la categoría Sub23.
Ante esta gran posibilidad la ciclista de 18 años, que venía de proclamarse campeona de España junior de scratch y puntuación, tenía entre sus manos un gran proyecto, gracias a unos resultados que animaron a Benítez a contar con ella como guía. No se lo pensó dos veces y se animó a probar el tándem, algo totalmente nuevo en su vida.
«Lo llevaba como su bici. Yo estaba encantadísima porque es una chica que lleva el ciclismo desde pequeñita en la sangre”, recuerda.
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En el clínic mencionado se subieron juntas por primera vez pero no sería hasta diciembre cuando realmente comenzarían los entrenamientos. Tuvieron una toma de contacto en Barcelona, donde actualmente vive Pepi, que les permitió coger soltura a la hora de rodar.
Para poder llevar a cabo esta preparación están contado con Alejandro Gómiz, ciclista que deslumbró en su periodo formativo, especialmente al ganarse un hueco en la selección española junior que disputó el Mundial de Richmond-Virginia (EEUU). Es también el hermano de Melisa, a la que ya entrenaba, y creyeron que lo mejor era que él gestionara los entrenamientos de ambas, de modo que así lo hicieron.
La lejanía de las ciudades de ambas hace que resulte complicado juntarlas a diario, de modo que cada una lleva un entrenamiento personalizado y cuando salen en tándem lo ponen en común para rendir como un verdadero equipo, tanto en la pista como en la carretera.
Los días en los que Benítez tiene que salir sola en carretera trata de ir con alguna amiga que pueda indicarle las diferentes situaciones que pueden ir apareciendo como los baches, las curvas y demás. “Para mí es una atención continua, cada día tengo un subidón de adrenalina y es mucha la tensión que supone. No sé cómo tomar una curva, ya son muchas las caídas que he tenido”.
Josefa y Maria medalla de plata en la prueba de carretera / CPE
El reto: Tokio 2020
Todo deportista quiere participar en unos Juegos y esa oportunidad no se da todos los días, de modo que ante esta posibilidad Melisa Gómiz quiso unirse al proyecto de ayudar a Pepi Benítez a regresar a su mejor nivel de cara a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. «Es una gran oportunidad de vivir unas olimpiadas. Sería muy emocionante y a mí me gustaría vivirlo”, cuenta Gómiz.
Para ello tienen muchísimo trabajo por delante para poder conseguir buenas marcas que animen al seleccionador a contar con ellas para representar a España previamente en Mundiales o Europeos. La primera gran cita internacional llegará el 30 y 31 de marzo con el Campeonato de Europa de pista en Cáceres, donde ya saben que es muy complicado llegar.
Ante una situación tan precipitada por las fechas en las que nos encontramos han decidido centrarse más en la carretera, una modalidad que están trabajando a destajo y en la que tiene planteado competir tanto en ruta como en contrarreloj. No es para menos, puesto que el gran resultado que logró la ciclista catalana hace casi siete años debe servir de estímulo para demostrase a sí misma que puede volver a ese nivel.
Logró mantener su excelente rendimiento hasta Río de Janeiro pero a partir de entonces sufrió una caída que la lastró hasta que en los últimos meses ha recuperado fuerzas y ha vuelto a subirse en un tándem. Viene de superar dos operaciones de lumbares que le han dado alas para recuperar la ilusión de la mano de su nueva acompañante en este gran desafío que supone volver a estar en una villa olímpica.
Primero deberán demostrar en el Campeonato de España de pista en Galapagar su destreza sobre la pista en los días 2 y 3 de marzo, mientras que dos meses después (del 3 al 5 de mayo), lo harán también en el Nacional de carretera de Salamanca para seguir con su preparación antes de dar ese salto a las competiciones internacionales.
Otra de las grandes pruebas en las que competirán será el Paracycling Bira, que se celebrará en el País Vasco a finales de junio.
La complejidad de encontrar guía
Uno de los grandes desafíos no es solo conseguir el rendimiento acorde a los tiempos que se necesitan para estar en las grandes competiciones, sino contar con una ciclista que pueda ejercer la función de guía. No puede ser profesional, debe transcurrir un mínimo de dos años en el caso de que lo hubiera sido… son características que hacen que sea todo un quebradero de cabeza poder encontrar a alguien que se ajuste a ello.
Afortunadamente, la corredora de Almoradí encajaba dentro de ese perfil, además de ser una destacada ciclista que podría darle un plus a los entrenamientos y competiciones de Pepi Benítez. Gómiz se quiso aventurar en la figura del guía para “conocer el ciclismo desde otra perspectiva”, priorizando este proyecto a la posibilidad de entrar en la selección española de pista convencional en un futuro inmediato.
Acaba de comenzar en el campo Sub23 y quiere coger experiencia, sabiendo que puede llegar a disputar unos Juegos, una meta para la que van trabajan juntas. “Es muy reconfortante ayudar a que una persona pueda conseguir sus objetivos”.
La alicantina, acostumbrada a montar en bicicletas individuales, cuando probó el tándem quedó impresionada con su movilidad. “Está muy guay porque ayudas a otra persona y si nos comprometemos podemos sacar buenos resultados”, explica entusiasmada.
Es complicado que salgan chicas en tándem, como indica Benítez, porque “el ciclismo ya de por sí es duro, pues en tándem lo es todavía más”. La gran diferencia reside en que cuando vas en tu bicicleta (de forma individual) el peso que debes mover es mucho menor que cuando son dos personas las que deben conseguir avanzar a la vez.
Con el paso del tiempo sí que es cierto que más gente se está animando a practicar esta modalidad como se ha visto con la dupla valenciana compuesta por David Casinos y Mikel Montoro (piloto). “Yo no tengo apoyos. Tuve que renunciar a la beca de lesión que tenía y ahora no tengo nada”. Para poder volver a esas ayudas deberá demostrar un gran rendimiento que le permita ir con la selección y lograr estar entre las mejores del mundo.
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