La campeona ‘invisible’ que quiere ser escuchada | Yo soy noticia

Es al asomar la cabeza por la puerta de una modesta sala, en las instalaciones deportivas de Las Encrucijadas en Aldaia, cuando podemos confirmar que estamos en el lugar y ante las personas correctas.

Aquí dentro entrenan los deportistas del Club de Halterofilia Aldaia, entidad con 30 años de antigüedad y que ha dotado a la localidad de l’Horta Oest de varios campeones nacionales en la especialidad: Joaquín Nogales, Iván Tórtola o Paula Teresa Ntutumu.

Y es precisamente el apellido de esta última joven de 16 años la que nos puede empezar a poner en contexto. Allí está ella, terminando su entrenamiento. Queda 3 veces a la semana para desplazarse desde su localidad de residencia, Albal, hasta Aldaia y así ponerse a las órdenes de Silvino Ruiz, formador durante varias décadas de grandes competidores, y pieza clave en el desarrollo deportivo de atletas del club y de la Federación de la Comunitat Valenciana de Halterofilia.

El caso de Paula no es único, sin ir más lejos en la propia Federación Valenciana también hay un chico búlgaro de su misma edad que pasa por lo mismo, pero gracias al respaldo e interés por movilizarlo que ha mostrado su familia y entorno la problemática que atraviesa esta joven valenciana, de padres guineanos, está empezando a llamar la atención de políticos y opinión pública.

Una valenciana sin DNI ni reconocimiento oficial

Como ella misma nos cuenta, hay gente que no llega a entender cómo es posible que esta adolescente valenciana, nacida en el Hospital General de Valencia hace 16 años, no tenga todavía la nacionalidad española.

Consecuencias de una compleja situación familiar que a Paula, pese a ver la luz y residir casi toda su vida, menos un año, en la Comunitat Valenciana, todavía le tiene sin DNI y con muchas complicaciones derivadas de este asunto.

No me siento maltratada por la federación valenciana o española, más bien soy la mimada, ya que todos se preocupan mucho por mí tanto en los entrenamientos como en las competiciones”.

Por ejemplo cuando buscaba el título educativo que acreditaba que había superado la ESO, para lo que tuvo que cambiar de centro, o especialmente cuando sus resultados deportivos no pueden llevar aparejado un reconocimiento oficial, con los beneficios económicos y de publicidad que eso conllevaría.

Por que no todos los días una es campeona de España Junior de Halterofilia como lo es Paula, que en los 3 años que lleva entrenando y saliendo a competir ha sido tercera, subcampeona nacional y ahora la mejor de su edad. Su gran éxito llegó el pasado mes de junio en Madrid, firmando marcas de 70 kg en arrancada y de 89 kg en dos tiempos, aunque la realidad final es que su título no consta oficialmente.

“No me siento maltratada por la federación valenciana o española, más bien soy la mimada, ya que todos se preocupan mucho por mí tanto en los entrenamientos como en las competiciones”, afirma una sonriente Paula, que hasta el momento está recibiendo el apoyo de dirigentes federativos autonómicos, rivales y compañeros de halterofilia.

“Aunque no puedo constar oficialmente como campeona, me llegan a dar la copa. Los compañeros y rivales son como amigos y entienden mi situación, incluso la chica que va detrás de mí en la clasificación y se queda con mis medallas me deja hacerme las fotos con las copas. Después de probar muchos deportes aquí me siento como en casa, es como una familia”, añade la campeona de Albal.

Un largo camino que podría concluir con la Carta de Naturaleza

La Carta de Naturaleza que puede conceder el Gobierno de España, que es algo que en el pasado ya obtuvieron atletas como Niurka Montalvo dada su demostrada valía y las aportaciones tan beneficiosas que podía hacer al currículum deportivo del país, es una lejana esperanza para Paula y los que como ella sufren esta misma situación.

Para ello primero hay que contar su historia, dar a conocer una problemática que en el pasado servía para evitar que la gente se lucrara o ‘mercadeara’ con menores extranjeros, pero que en la actualidad se ha quedado desfasada cuando de realidades como la de Paula Teresa se trata. Una gran deportista que ha nacido aquí, pero a la que una ‘herencia’ familiar todavía le mantiene sin esa ansiada nacionalidad que daría sentido a todo su sacrificio.

Porque es una más de la vida diaria en Albal, donde la gente ya se ha solidarizado con ella al igual que el alcalde, en busca de que su caso llegue a más altas esferas políticas, y así no se siga prolongando en el tiempo una realidad que lastra las aspiraciones deportivas y educativas de nuestra protagonista.

“Me sienta mal porque me perjudica a nivel de competiciones y de becas o ayudas deportivas, pero por otro lado lo entiendo. Es lo que hay a día de hoy, sé que no me están discriminando por interés o para hacer daño”, explica Paula.

Silvino, su entrenador, junto a la joven campeona de España junior

 

Dicen los que más cerca están de ella, como su entrenador Silvino, que atesora un potencial muy grande. “Le hace falta más constancia en el entrenamiento, pero tiene unas cualidades fenomenales. Tiene un carácter muy bueno y compite muy bien, es una persona muy responsable”, reconoce su preparador.

Por eso centros de alto rendimiento como el de La Laguna, en Tenerife, ya se han interesado por Paula, que aunque ilusionada y sobre todo motivada por conseguir cuanto antes la ansiada nacionalidad que tantas puertas podría abrirle, quiere priorizar incluso por encima del deporte la vía de los estudios.

“Me gusta estudiar y no quiero centrarme sólo en una cosa. Quiero ser trabajadora social o profesora de niños con discapacidad”, reconoce la valenciana, que se inclina por disfrutar el camino antes que visualizarse ya en lo alto de un pódium europeo, mundial u olímpico.

Y a modo de cierre insiste en los sentimientos que alberga dentro de ella, protagonista como es de una situación en la que también se ven reflejados otros deportistas adolescentes de este país. “No quiero que me vean como una persona que se queja del trato, me quejo de las circunstancias».

Quiero que haya un cambio y me escuchen, que entiendan mi caso y puedan darme una solución”, concluye.

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