La generación del 2003 deja huella en las escuelas de ciclismo | Yo soy noticia

Decía el cuentista colombiano Rafael Humberto Moreno-Durán: “La infancia no existe para los niños, en cambio para los adultos la infancia es ese país pretérito que un día perdimos y que inútilmente queremos recuperar, habitándolo con recuerdos difusos o que no existen y que por lo general no son más que sombras de otros sueños”.

Los niños sueñan con ser algún día adultos sin darse cuenta de que están en una etapa muy bonita de la vida. Deben disfrutarla al máximo porque pasa muy rápido. No conviene exprimir a los chavales antes de tiempo, tienen que ir superando etapas poco a poco, forma parte del crecimiento personal.

Las escuelas de ciclismo no han dejado de crecer en los últimos años gracias a la implicación de gente comprometida con este deporte, que sigue trabajando para que los más pequeños disfruten.

Cada vez son más los ciclistas que participan en las diferentes carreras. Carmelo Albert, director de la Escuela Bici-Club Picassent, valora positivamente este aumento: “Han incrementado mucho las escuelas y cada vez salen nuevas. En Valencia tenemos muy buenos corredores. Se están haciendo muy bien las cosas entre todos”, destaca.

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Poco a poco se está recuperando la pasión por este deporte que se vio perjudicado, entre otras razones, por los casos de dopaje de algunos profesionales. Afortunadamente la situación ha cambiado, y cada día son más las personas que se animan a salir en bicicleta.

El buen ambiente que se respira en las competiciones transmite una frescura y un bienestar que difícilmente se puede apreciar en otro deporte a estas edades.

La federación está haciendo un gran trabajo con la base, como apunta Jose Bonillo, director de la Escuela Bonillo Team: “El ciclismo valenciano va en progresión pero todavía nos queda mucho recorrido”.

“Una de las cosas que sí que haría hincapié es en la cantidad de carreras. A lo mejor sí que reduciría algo las competiciones y la Challenge la limitaría a cinco carreras. Por lo demás, todo muy factible y bien”, matiza.

Es su opinión sobre un calendario que abarca todos los fines de semana desde abril hasta septiembre. Por su parte, Carmelo Albert dice: “Cuantas más carreras haya, los chiquillos más se unen, más van a jugar… Una competición de escuelas es ir a jugar para los chiquillos”, recalca.

Uno de los aspectos que más se deben tratar en la formación de los ciclistas es la puntuación por carrera porque acaba generando rivalidad, incluso dentro de una misma escuela, a edades donde lo más importante es el disfrute y crecer con una serie de valores.

Ello no implica perder el gen competitivo dentro de cada prueba, puesto que cada fin de semana tienen la oportunidad de correr junto a sus amigos.

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Una generación a seguir muy de cerca

Cada año hay una generación de corredores que da el salto a cadetes, en este caso es la de los nacidos en 2003. Una promoción con ciclistas de mucho nivel como es el caso de Miguel Solera, Vicente Ballester, Àngel Albuixech, Lidia Llacer, Iker Bonillo o Ainara Albert.

La Comunidad Valenciana puede presumir de contar con una ciclista como Ainara Albert que esta temporada se ha proclamado campeona de España en Gymkana y por equipos, además de su subcampeonato en ruta.

Si lleva una buena progresión va a ser la mejor ciclista de España en los próximos años”, destaca Bonillo.

“Es una corredora muy fuerte, explosiva. Lo da todo a una vuelta sin pensar en las consecuencias, tiene que ser un poquito más conservadora. Para mí es una referente entre las mujeres en la Comunidad Valenciana y en España”, apunta.

En cuanto a los chicos cabe destacar especialmente la trayectoria de Iker Bonillo en su paso por escuelas, quien ha sumado 185 victorias, 7 challenges y 5 campeonatos autonómicos, unido a un quinto puesto en el pasado campeonato nacional.

“Es un corredor muy rápido que tiene mucha vista en carrera, sabe colocarse, lleva muchos años ahí… Creo que el año que viene en cadetes lo hará muy bien”, afirma Carmelo.

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Ambos corredores se han criado en ambientes familiares que giran en torno al ciclismo, lo cual es una gran ventaja para crecer en este deporte. Conocer de primera mano lo que sucede en este mundillo ayuda mucho a dar los pasos de la manera adecuada, sin cebarse con su preparación.

Lo que tienen que saber estos ciclistas es que les queda un largo recorrido por delante. Su periplo en el mundo del deporte acaba de comenzar, tienen que seguir disfrutando de él cada día, esa es la misión principal.

Puede que muchos de ellos sueñen con ser profesionales, lo que les tiene que hacer trabajar para ello pero siempre con los pies en el suelo. El paso a cadetes requiere un gran esfuerzo y no conviene cebarse en entrenar como si fueran júniors, todo a su debido tiempo.

Las etapas en la vida no se repiten, al igual que los días. Cuando nos damos cuenta los niños se convierten en adolescentes y toca apoyarles en su nueva aventura. Dejemos que crezcan como corresponde.

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