La mejor gimnasia de España está en Valencia | Yo soy noticia

Además, contar en sus filas con un gran estandarte como Belén Guillemot, campeona de Europa hace un par de años y que ahora acude a los Juegos Europeos de Minsk, también ayuda a situarles como un modelo a seguir tanto en la Comunitat Valenciana como fuera de estas fronteras.

Belén Guillemot, Campeona de Europa de Gimnasia Aeróbica: «No me lo esperaba, era mi primer año»

¿Y por qué no he oído hablar de ellos?, se preguntará más de uno. Porque practican gimnasia aeróbica, cada vez menos desconocida modalidad de un deporte que copa protagonismo cada cuatro años en los Juegos Olímpicos a lomos de la gimnasia artística y la rítmica.

La aeróbica todavía no es olímpica y no está claro que algún día vaya a serlo, pero eso no quita para que esté viviendo un interesante ‘boom’ en los últimos tiempos.

La referencia

El Club Gimnasia Abetmar Burjassot, presidido por Javier Nave y con Cristina Pérez, una de las fundadoras del Valencia Mar (club que se hizo a un lado para que su estructura diera lugar al Abetmar Burjassot hace apenas dos años) y que ahora es Directora Técnica en la entidad que nos ocupa, todavía sonríe al recordar lo ocurrido hace pocas semanas en el Campeonato de España que acogió Soria.

Allí se proclamaron campeones de España en absoluto y base con una representación del club que superaba los 50 gimnastas. Contando los niveles de Escuela el volumen de chicas y también chicos del Abetmar Burjassot se va casi a los 100 deportistas, fiel reflejo del potencial que atesora una Comunitat Valenciana que es puntera y espejo en el que se miran muchos dentro del ámbito español.

Con Abetmar como referencia por sus resultados, los niños y niñas que aquí dentro se forman cada semana en el pabellón cubierto de Burjassot lo hacen en todos los niveles de trabajo con los que cuenta la entidad. “Tenemos grupos de todas las edades y niveles, porque tenemos una empresa de extraescolares y es precisamente en los colegios donde conseguimos captar a mucha gente. Los colegios son caladero, y el boca a boca cada vez nos ayuda más”, apunta Javier, quien nos atiende en una pausa de la intensa jornada de entrenamiento sobre la pista.

Y ya sea por el boca a boca, las redes sociales o porque las virtudes de esta gimnasia aeróbica de verdad enganchan a aquel que se acerca a practicarlo por primera vez, lo cierto es que Javier nos dibuja un panorama bastante alentador para su deporte. Una realidad que puede provocar que el Campeonato de España incluso se alargue en el futuro a más días, y eso que “no es olímpica y mucha gente no la conoce tanto como la rítmica y artística”.

¿Por qué este auge?

La mezcla entre varias gimnasias que dan forma a la aeróbica a la gente le gusta. Ahí están los números que nos ofrece el Abetmar para corroborarlo. “Quizá sea menos dura para el cuerpo, y un poco más accesible para la gente que empieza de cero”, señala Javier, que eso sí, enseguida dirige la conversación hacia los importantes y meritorios sacrificios que realizan los deportistas.

Y es que en la gimnasia aeróbica no hay lugar para grandes lujos, salvo que seas Belén Guillemot y haya instituciones como la federación o el CSD que se preste por sus resultados a costear sus viajes internacionales, como gran representante del deporte español que la valenciana es. El resto de gimnastas pagan sus viajes y competir al más alto nivel no les sale barato, aunque les compensa por recoger el fruto a tantos días de trabajo para llegar a competir.

“Aunque intentamos ayudar lo máximo posible con las subvenciones de Ayuntamiento o Diputación, cuando acudimos al Campeonato de España cada uno se paga lo suyo para viajar”, confiesa Javier, que alaba el sacrificio de padres y madres para que sus hijos puedan alcanzar sus sueños.

A los niños les encanta y a los entrenadores también porque esto es vocacional, por eso sacrifican tiempo libre y aspectos económicos tanto unos como otros”.

Engancha

Entre los aspectos positivos que más influyen en los que lo practican, y tal vez por ahí también se justifique que cada vez sean más los que se acercan a probarlo, está el que “es muy bueno para el crecimiento personal porque transmite los valores del deporte, sin follones ni polémicas como pasa en otros entornos”.

“A los niños y niñas les ayuda mucho al desarrollo emocional, les hace saber planificarse al entrenar todas las tardes y tener que compaginarlo con los estudios”, añade Javier, que explica que en Abetmar Burjassot han llegado a tener estudiantes de Medicina que cuando cerraban los libros solo era para vestirse las mallas y entrenar duro cada día, con la gimnasia aeróbica como vía de escape.

Esta vida deportiva les ayuda a crecer como personas, con los continuos viajes conociendo otras ciudades y otras culturas”.

Que sea un deporte bastante rápido, y que encaja perfectamente con los que son inquietos y tienen mucha energía es otro aspecto a valorar. “Hay coreografías individuales pero también grupales, en tríos, en parejas… al hacer trabajo en equipo les gusta a los niños y aprenden así a cooperar mejor con los demás”, señala el directivo, quien también fuera gimnasta del club en el pasado.

Futuro

Ahora es tiempo de concentración veraniega donde la pretemporada sirve para plantear elementos nuevos de cara al próximo curso, además de que el Club Abetmar Burjassot contribuye a la continua formación de sus gimnastas con la llegada de entrenadores internacionales que participan en los campus que aquí se ofrecen.

Como club referente autonómico y nacional aún les queda seguir creciendo y llevando su deporte a más rincones de la sociedad, con la ilusión de tener cada temporada a más chicos en sus filas. Es la lucha por asentar la palabra mixto en una gimnasia aeróbica que, como sus hermanas rítmica y artístic,a siempre ha tenido la etiqueta de ser un deporte de mujeres.

Somos el club que más chicos tiene, y de hecho ya tuvimos bastantes finales con los chicos en el pasado Mundial. Queremos lograr que la gimnasia aeróbica cada vez sea más mixta, y no se considere tanto como algo solo femenino”, revelan.

Y así se motiva a diario un Abetmar Burjassot que innova y crea para reinventarse cada poco tiempo. Que acoge a jóvenes talentos desde los 3 años hasta la edad adulta, cuando muchos pasan a ser entrenadores de una institución desconocida para muchos. Aunque eso no quita que su realidad sea tozuda: la de un club que lleva tiempo siendo  una exitosa marca para el deporte de la Comunitat Valenciana.

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