Redacción YSN
Darle tiempo y espacio de recuperación al cuerpo y a los músculos, mediante el adecuado descanso, es fundamental para sacarle el máximo rendimiento al entrenamiento y trabajo físico que realicemos.
De jóvenes casi todos hemos pecado de lo mismo: querer hacer mucho para conseguir los resultados cuanto antes. Esto aplicado al deporte en el gimnasio o fuera de él se traducía en ejercitarse demasiado y cuantos más días mejor, casi siempre sin escuchar a nuestro cuerpo.
A ciertas edades no sentimos los efectos negativos, pero conforme pasan los años vamos descubriendo que casi tan importante, o más, que entrenar y comer está la faceta del descanso que le demos a nuestros músculos del deporte y actividad física.
El descanso, un ‘entrenamiento silencioso’
Sobre todo porque nos va a ayudar a tener mejores resultados a medio y largo plazo, y a prevenir las temidas lesiones.
Y es que el descanso para el organismo es un proceso regenerativo así como de adaptación, para estar preparado para la próxima sesión de entrenamiento. Sobreentrenar sin darnos el necesario espacio de respiro nos conduce al fracaso, a un cansancio innecesario que no nos permitirá rendir al máximo en cada una de nuestras sesiones de trabajo físico.
Es sano y recomendable descansar tanto si se busca ganar masa muscular y tener más fuerza, como también si el objetivo es la pérdida de peso. Los expertos creen que aquellas rutinas enfocadas a las personas con sobrepeso, aunque sean actividades de baja intensidad, por supuesto que necesitan el reposo. Su ausencia puede provocar el aumento a la resistencia de insulina y que nuestro organismo no procese los carbohidratos de forma correcta.
Dos o tres días de descanso a la semana irían bien, y conforme su cuerpo vaya adaptándose a los cambios el descanso ya será menor. En los objetivos de hipertrofia, de aumento de musculatura, aquí hay opiniones para todos los gustos pero muchos coinciden en que se debe dejar descansar los músculos más pequeños como los bíceps o los tríceps un par de días y los grupos musculares más grandes, como la espalda o el pecho, hasta dos días y medio o tres.
¿Qué pasa si no descansas bien después del entrenamiento o ejercicio físico?
Los días sin entrenamiento son esenciales para el rendimiento deportivo por diversas razones, tanto de tipo fisiológico como algunas de tipo psicológico. Parando un poco permitimos que nuestros músculos se recuperen y fortalezcan. Si no paramos lo cierto es que podemos ver afectado nuestro humor, la calidad del entrenamiento y por descontado que acercarnos a la lesión.
A nivel inmunológico, afirman expertos, no descansar adecuadamente puede derivar en que la producción de glóbulos rojos se vea afectada, llevándonos a infecciones, enfermedades, estrés y a la disminución de la capacidad de cicatrización.
Aumentos inesperados del ritmo cardíaco y alteraciones de la presión arterial también están a la vuelta de la esquina, pero además de lo físico también convendría reparar en los aspectos psicológicos. Porque parar un poco, dar un paso atrás un día o dos para respirar nos va a servir para revisar objetivos, analizar bien el entrenamiento que estamos haciendo y además encontrar espacio para otras actividades en nuestro día a día. Obsesionarse solo con algo, como en este caso el rendimiento físico, nunca es bueno en la vida.
Si hablamos de descanso nos referimos a no entrenar pero también a dormir, porque cuanto más nos machaquemos más necesitaremos dormir si queremos darle a nuestro organismo la capacidad de recuperarse adecuadamente. De noche es cuando funciona la hormona de crecimiento, dicen los expertos, y al menos 8 horas de sueño es lo mínimo que deberíamos regalarle a nuestro cuerpo.
Descansar mejor
El principal desafío es marcarse una meta, un objetivo a largo plazo, y ser paciente y disciplinado para conseguirlo. Adoptar una rutina adecuada a nuestro estado actual, y luego darle a nuestros músculos y cerebro los ingredientes necesarios para tener éxito.
Eso pasa por la alimentación, el descanso, la hidratación y el necesario entrenamiento pero siempre bien planificado, sin excesos que puedan conducirnos al fracaso.
Para ello, uno o dos días como mínimo de descanso a la semana deben estar presentes, y si aprovechamos este tiempo para otra actividad que nos permita socializar y cambiar de ambiente, pues mucho mejor.
