Natalia Mora, campeona de España de gimnasia rítmica: «Un pequeño despiste supone el fracaso de todo el trabajo de la temporada» | Yo soy noticia

fb_img_1466968200558Cuando Natalia Mora se proclamó Campeona de España en Primera Categoría, no solo consiguió emocionar a los jueces, agenciándose un título del que no cualquiera pueda enorgullecerse. Tampoco se adueñó únicamente del calor del público o de la honra de sus familiares. Sino que, aquella mañana de junio de 2016, se apoderó del más valioso de los premios: ver recompensado el trabajo de toda una vida.

Cuando quedé campeona de España me vino a la mente cada entrenamiento, todo cuanto he sacrificado, y pensé que el esfuerzo ha valido la pena”.

Natalia ha renunciado a la niñez de una chica corriente para llegar a ser lo que es, una joven que, a sus veinte años de edad, ha visto cumplido su sueño: alzar su nombre así como el de la Comunidad Valenciana a lo más alto del cajón. Ni la fama, ni el dinero han servido de incentivo, toda una utopía dentro de este deporte minoritario. El motor que le ha impulsado a seguir luchando es la pasión que le ancla a cuanto hace. Predilección que empezó a gestarse en una humilde escuela localizada en su propio pueblo, Villamarchante.

img_0695Fue allí donde, a los tres añitos, Natalia mantuvo su primer contacto con la gimnasia, compaginándolo con el aerobic y el ballet. A su temprana edad ya despuntaba entre el resto de sus compañeras, agenciándose las miradas de sus entrenadoras, quienes vislumbraron que, tras aquella niña se estaba labrando la figura de una gran gimnasta. Le incentivaron a decantarse exclusivamente por la gimnasia, con las esperanzas de formar a una grande de este deporte. Doce años después, no se trata de un anhelo sino de una realidad: el nombre de Natalia Mora ya está inscrito entre las mejores gimnastas nacionales.

A pesar de reconocer que posee unas óptimas cualidades de nacimiento, así como una gran flexibilidad, no es la genética lo que le ha conducido hasta lo más alto, sino el inconformismo que desprende tanto en el habla como en la pista“Soy muy trabajadora. Si algo no me sale voy a estar horas y horas hasta conseguirlo. No me conformo con lo que tengo, siempre quiero dar más, y eso es lo que creo que me ha hecho destacar dentro de la gimnasia”.

fb_img_1466967977646-1Ambición y dedicación máxima es lo que le confiere. Dos ingredientes al que añade un tercero, gozar de una gran fuerza mental. “La gimnasia rítmica lo definiría como: concentración. Dos segundos que te despistes dentro del minuto y medio del ejercicio puede tirar todo el trabajo de una temporada por la borda. Un fuerte que tengo es la cabeza, sé soportar situaciones de mucha presión”.

Una cualidad que no solo ha sabido plasmar a la perfección durante su trayectoria individual, sino que ha implementado en las competiciones a conjunto.

“En las coreografías por equipos siento que debo estar más atenta, estar al cien por cien para sacar lo mejor del ejercicio. Un fallo mío puede perjudicar el trabajo de otras”.

p2a8616-1El umbral de riesgo es superior pero la satisfacción es inmensa cuando los resultados afloran. “Un logro por equipos te proporciona mayor felicidad, sientes que has aportado tu granito de arena para poder conseguirlo”. Subcampeonas de España durante dos años consecutivos (2014-2015), terceras en la general y subcampeonas de España en las finales de 2015 o el segundo puesto en la copa de España de conjuntos de 2015, son algunos de los logros obtenidos con su equipo, el Club Gimnasia Rítmica Riba-roja. Además del buen ambiente que se respira entre sus compañeras, Natalia se siente agradecida del trabajo mantenido con sus entrenadoras de toda la vida: las hermanas Amparo y Ana Gómez, así como su preparadora, Victoria Contelles y su profesora de ballet, Laura Caurín.

Desde los ocho años la han visto crecer, madurar como gimnasta y como persona.  Ya no se trata de aquella niña que al finalizar la escuela acudía a las clases con las ansias de aprender y dar sus primeros pasitos. La joven ha crecido, se ha labrado su propio camino, sin ayudas económicas, ni estudios adaptados o formándose en centros de alto rendimiento. Humildad, disciplina, rigor y sobre todo, disfrutar de cuanto hace, es lo que le ha llevado a convertirse en lo que es: sinónimo de talento puro, curtido y trabajado.

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