Vicente Boix
El joven piloto de Paterna ha pasado de luchar por los campeonatos juniors españoles a disputar con fundamento el Mundial de Motociclismo de Moto2 y el FIM CEV
Héctor Garzó pisa el paddock de los circuitos de Moto2 con cautela; sin pestañear. Aún no es consciente de la realidad. Mientras, escucha el murmullo de las gradas y el rugido de las motos, hasta el punto de calificar el ruido como música para sus oídos. También los consejos de sus compañeros de equipo, que le trasladan unas vivencias inalcanzables a su tempranera edad.
Lleva ligado al mundo del motociclismo desde la niñez, aunque nunca antes había experimentado un reto de este calibre. Tampoco «imaginado o intuido», admite, «porque el proceso de ascenso suele ser mucho más equilibrado; progresivo». Por ello, con la llamada del equipo francés Tech 3 Racing, su cara echó mano de todos los colores de la escala cromática.
La llamada del Tech 3 Racing fue un reconocimiento a todos los años invertidos en la competición»
De principio a fin; sin hacer esquivos. Pasó del rojo de la alegría, pasando por el naranja tostado de la asimilación, al definitivo blanco amarillento de los nervios en cuestión de minutos. Nada pudo evitarlo. Ni la consecución del título nacional de Supersock 600 y ni siquiera el gran asalto al podio en el Campeonato Europeo de Moto2. La desazón hizo mella en su carrera deportiva.
Exactamente cuando recibió la llamada del Tech 3 para sustituir al lesionado Xavi Vierge en el GP de Alemania de 2017. «Fue uno de los momentos más especiales, a la vez que ilusionantes, de mi vida. Apenas llevaba unas semanas probando la Moto2, pero supe explotar el factor agua, que anegó a muchos pilotos y me animó a luchar hasta el final. Por suerte, salió bien», recuerda Garzó.
La llamada del Tech 3 para sustituir a Xavi Vierge fue uno de los momentos más especiales de mi vida», reconoce Héctor
Cumplió, de esta forma, un sueño; una experiencia que le abrió definitivamente los ojos ante la dificultad de llegar al Mundial. «Tenemos que trabajar mucho y, sobre todo, tomar las decisiones correctas en el momento adecuado. He aquí uno de los mayores problemas. El motociclismo no te permite depender de ti mismo, sino de quien se preste a ayudarte», reconoce.
Es, quizá, el mejor camino a seguir para todos los pilotos. Insiste en ello Héctor, que ha tenido la suerte de contar con la ayuda económica e instructiva de la Cuna de Campeones y la Diputación de Valencia. También con los ánimos de su equipo, el Tech 3 Racing, y del Team Wimu CMS, una de las colaboraciones más positivas que ha vivido su carrera deportiva.
La Cuna de Campeones y la Diputación de Valencia han supuesto en su carrera un espaldarazo económico importantísimo
Pese a ello, el gran salto de nivel no llegó hasta la lesión de Remy Gardner, que sufrió una rotura de las dos piernas y un tobillo, según el informe del jefe del Tech 3. Desde entonces, Garzó ha asumido los mandos de la motocicleta y está disfrutando de una de sus mayores experiencias en el Mundial de Motociclismo de Moto2.
Eso sí, no sin antes destacar que su gran objetivo es el FIM CEV: «Las vivencias que estoy sumando en la categoría son incomparables con mi andadura en el resto de competiciones, pero tenemos que poner los pies en el suelo. La disputa de los puntos en el Mundial es prácticamente imposible, por lo que debemos diferenciar el aprendizaje de la meta real».
Aunque las vivencias que estoy sumando son incomparables, debemos poner los pies en el suelo e ir a por nuestro objetivo: el FIM CEV», afirma el piloto de Paterna
Por ello, mientras pliega las maletas y pone rumbo al Gran Premio de Mugello, el joven piloto de Paterna fija la vista en la puesta en marcha del FIM CEV y, sobre todo, en la preparación de la próxima jornada deportiva. No puede evitarlo. Los puntos aguardan, y la oportunidad de agrandar su palmarés a base de pruebas mundiales empieza a cobrar sentido.
