Laura Buchón, la única árbitra valenciana del Mundial de Balonmano Playa | Yo soy noticia


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La ciudad rusa de Kazán acogerá del 24 al 29 de julio el Campeonato del Mundo de Balonmano Playa, la máxima competición de dicha modalidad deportiva que se celebra cada dos años. En la última edición, que tuvo lugar en Budapest, Croacia venció en hombres y España en mujeres.

Una cita ineludible no sólo para soñar con que nuestra selección revalide el oro sino también por la participación de la valenciana Laura Buchón, que a sus 27 años arbitrará por primera vez en un Mundial.

Su ascenso como colegiala ha sido meteórico, síntoma inequívoco del talento que atesora con el silbato. El año pasado debutó en la Federación Europea de Balonmano, cuyas siglas son EHF, y 365 días después ha alcanzado la cumbre: la Federación Internacional de Balonmano (IHF).

«Ha sido una sorpresa muy grande. No es habitual debutar el año pasado en la EHF y pasar en este a la IHF.  Me quedé perpleja, no me lo esperaba. Pero la ilusión que tengo es máxima para afrontar este evento», señala.

Experiencia y formación

En su historial, puede presumir orgullosa de haber arbitrado las finales femeninas del Europeo de Selecciones Sub-17 y del Europeo Absoluto celebrados en Zagreb, así como el Europeo Sub-18 que tuvo lugar el pasado mes de junio en Montenegro.

Todo esto en cuanto a balonmano playa se refiere, pero Laura no deja aparcado ni muchísimo menos el balonmano pista. En esta otra modalidad es árbitra en Primera Nacional y delegada de la Selección Española Junior Femenina. Casi nada.

Asimismo, la Graduada en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, trabaja como técnica de la Federación Valenciana de Balonmano en el programa «Esports a l’Escola». Un empleo que compagina con un Máster en Investigación e Intervención en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Desde muy joven ha comprendido la importancia de formarse, y por ello también posee un Máster de Profesor Educación Secundaria con Especialización en Educación Física y el curso nacional de entrenador aprobado.

Inicios arbitraje

Pero, ¿cómo fueron los albores de Laura en el arbitraje? Servidora les adelanta que les dejará completamente sorprendidos ya que aunque a priori pueda parecer fruto de la causalidad, era el destino que la vida le tenía reservado.

Tenemos que remontarnos al año 2011 cuando Laura era todavía jugadora de balonmano pista, deporte que combinaba con sus estudios universitarios. Se informó sobre los cursos de entrenador de la Federación Valenciana, y al no haber en ese momento todo cambió.

«Era noviembre y me comunicaron que hasta mayo no comenzaban los cursos de entrenador, pero que en dos semanas empezaba uno de árbitro. Me llamaba la atención conocer otras faceta, quise darle una oportunidad y mira», relata.

El balonmano playa, del que nuestra protagonista reconoce que no sabía absolutamente nada, la conquistó para su causa. «Ascendí a categoría nacional y tuve que dejar de jugar porque todo a la vez era imposible», apunta.

Personalidad y anécdotas 

¿Posee alguna preferencia entre el balonmano pista y el balonmano playa? Laura lo niega categóricamente: «Cada uno tiene sus particularidades que enganchan, esto es como elegir si quieres más a papa o a mamá. No se puede».

De hecho, en su periplo como jugadora ha disfrutado de ambas modalidades. En pista, logró un bronce en el Campeonato de España juvenil con el Balonmano Morvedre. En playa, fue subcampeona de España Senior con el Krimildas.

¿Y ella? ¿Cuáles son sus rasgos característicos como árbitra? Laura lo tiene claro: diálogo, diálogo y diálogo. «Me gusta explicarles qué estoy viendo sobre el campo, lo que no me gusta. Más que arbitrar e imponer ideas como un jefe es ser más líder y guiar por dónde quieres que vaya el partido».

«Voy día a día, partido a partido. Cada encuentro te marca, te enseña unas cosas de las que aprendes y te influye en tu porvenir», agrega.

A pesar de que en pleno siglo XXI asistimos continuamente a episodios desagradables donde los árbitros se convierten en protagonistas sin quererlo, Laura se considera una «afortunada» al no haber tenido que vivir en sus carnes demasiados.

Eso sí, recuerda particularmente un partido en el una pareja la increpó diciéndole que se fuera a fregar. «Me dolió más cuando lo dijo la mujer que el hombre», subraya. Un hecho aislado en su carrera ya que en su caso «me ha sido incluso más sencillo arbitrar a chicos».

Sueño: arbitrar unos Juegos Olímpicos

Aunque a lo largo de toda la entrevista la valenciana incide en que la fórmula del éxito reside en el trabajo, la humildad e ilusión, no se pone límites a soñar a lo grande. Por ello, su máximo sueño deportivo sería poder arbitrar unas Olimpiadas. Eso sí, todo a su tiempo.

«Acabo de ascender, hay que ver cómo se da la categoría, cómo funcionan las cosas. Hay que ir poco a poco. He de centrarme ahora en el Mundial porque es un reto y un desafío nuevo», apostilla.

Estado de forma del balonmano valenciano

Aunque todavía falta muchísimo trabajo por hacer, la realidad es que el balonmano valenciano atraviesa un gran estado de forma. Cada vez son más los equipos que conquistan la élite pero también los árbitros que ascienden paulatinamente de categoría.

Una situación, que como no puede ser de otra forma, Laura valora muy positivamente. «Es el fruto de una buena planificación y de mucho trabajo. Eso al final se nota y los resultados acaban apareciendo tarde o temprano».

«Hace un par de décadas tuvimos una época dorada en el balonmano femenino y ahora parece que poco a poco está volviendo a donde estuvo. Pero faltan apoyos para competir a un nivel importante, no es suficiente con la calidad», sentencia.

 

 

 

 

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