Rosa Esquerdo y la libertad de correr a los 73 años | Yo soy noticia


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Rosa Esquerdo es un ejemplo de juventud. Y también de libertad. A sus 73 años corre cada día para recuperar años perdidos de la juventud en el que por una circunstancia mas bien poco amable no le permitían correr. Por eso ahora tiene la libertad de hacerlo y de ganar medallas y títulos allá donde va. Su palmarés es extenso: más de 200 medallas conseguidas en España y 150 fuera del país y en lugares como Hungría, Alemania o Francia.

«Yo soy populera». Así define su propia modalidad de correr Rosa Esquerdo. Explica que donde más se aprende y se disfruta es corriendo carreras populares. «Las carreras que hacen en Valencia, las corro. También voy a competiciones autonómicas, provinciales…», añade. Pero Rosa no se queda ahí, es mas, ostenta el récord de España de milla de mayores de 70 años.

Moisés Huertos: «Se cansó de cargar con las chaquetas y empezó a correr»

En la milla de Moraira, Rosa y sus dos hijos consiguieron medalla: oro, plata y bronce. En estos casos se suele pensar que son los hijos los que han seguido la estela de la madre para empezar a competir también, pero en esta ocasión es justo al revés. Su hijo, Moisés Huertos Esquerdo, explica que su «madre empezó porque corríamos los cinco de la familia. Siempre iba con las bolsas, las mochilas… y se cansó de cargar con ello y decidió empezar a correr con nosotros a los 41 años».

Rosa Esquerdo junto a dos de sus hijos: Isabel y Moisés

Una carrera hasta el colegio

Comprobar como una persona de 73 años continua en una forma física y mental tan adecuada es síntoma de alegría. Pero la noticia no es solo esa sino ver la forma en la que Rosa Esquerdo empezó a correr. De joven, Rosa iba al colegio corriendo. Lo tenía a una distancia de dos kilómetros en la localidad de Teulada-Moraira, donde nació. «Siempre era la primera en llegar al cole. Y la profesora me decía que me iba a aprobar por ser la primera. Y eso me animó a correr«.

Años después, cuando de verdad decidió empezar a competir, se encontró con un gran impedimento: su exmarido le prohibía correr: «Me decía que las carreras eran de hombres. En la capital (Valencia) sí que hubiera podido correr, pero en los pueblos no. Mi exmarido era sargento de la Guardia Civil de Tráfico y viajé mucho con él. Él corría con los niños y yo me quedaba sujetando las chaquetas. Y llegó un día, cuando tenía 41 años, que decidí que yo también quería empezar a correr, pero no me dejó. Era muy machista. Me dijo: «¿Correr tú? Ni pensarlo».

Rosa Esquerdo: «Jamás nadie me dirá lo que puedo y no puedo hacer»

Pero al final Rosa consiguió apuntarse a una carrera en Pedreguer. Y por sorpresa (o no) consiguió ganar. «Dije, esto es lo mío«, recuerda feliz. Corrió también la clásica San Silvestre y su exmarido no la dejó subir a recoger el premio. «Y pensé, no va a haber nadie en el mundo que me prohíba hacer lo que yo quiero. Jamás nadie me dirá lo que puedo y no puedo hacer», explica de forma contundente.

Y así fue. Rosa lleva años compitiendo como una atleta. Es una atleta, aunque cuenta una divertida anécdota que la define a la perfección. Con 56 se fue a correr los 400 metros a Mundial de Alemania. Consiguió el bronce y, al subirse al pódium, le preguntaron: «¿Tú quién eres?» Y contestó: «Yo soy populera. No lo entendió. Ella me dijo que era olímpica. Y ahí estaba yo con mi medalla de bronce».

Albal, su casa deportiva

Rosa reside en el municipio de Albal desde hace cuatro años. «Cuando tú estás en un sitio te sientes de allí. Estoy feliz aquí en Albal. Puedo entrenar cuando quiera», explica. Lleva entrenando años para conseguir logros como el de subir los 52 pisos del Hotel Bali en 10 minutos y 32 segundos o acabar el Maratón Valencia en 3 horas y 47 minutos siendo la tercera mejor valenciana a los 46 años. Y cuenta su fórmula para entrenar y competir: «Yo vengo a hacer amigos, así es como se disfruta compitiendo. Y entrenando siempre en el río. Incluso lloviendo. Me ponía una gorra y ya está».

De todo el gran repertorio de medallas que guarda y muestra en su salón de casa, hay una que brilla por encima de todas: la que le regalaron sus hijos: «Me la regalaron a la mejor madre. Me dijeron: «la medalla de oro porque te la mereces» y me emocioné muchísimo». Uno de ellos, Moisés, además de hijo es entrenador. «Y masajista, Community Manager…», añade. Cada domingo le envía a su madre el plan de entrenamiento de la semana. «Sobre todo mi madre hace series cortas y largas de 200 y 400 metros en pista», explica Moisés.

Ahora Rosa se prepara para volver a la competición el 5 de febrero en España de pista cubierta y el 18 de febrero hará lo propio en el europeo que se disputa en Braga. «Como estoy jubilada puedo entrenar cuando quiera. Además me han dicho que la pista en Albal la tengo abierta siempre para mí», finaliza Rosa, que desde hace años corre en libertad.

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