«València puede ser una sede fantástica, con el Club de Tenis Valencia, para acoger un torneo femenino de mucho más nivel” | Yo soy noticia


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La primera es la presidenta del CT Valencia desde el pasado año 2019, mientras que la madrileña Ana Salas ha cogido este año el testigo como directora de un torneo al que ha traído aire fresco, ambición y muchas ganas de que sea ese espejo y referente con el que las jóvenes tenistas puedan motivarse para llegar a la élite, terreno que ella conoce muy bien.

Con ellas repasamos las claves del evento que coronó a Arantxa Rus en el cuadro individual, así como a Aliona Bolsova y Andrea Gámiz en dobles.

Arantxa Rus pone la guinda a un gran Open Ciudad de Valencia

Ambición

Durante la pasada semana el CT Valencia rezumó más tenis que de costumbre, con un torneo internacional en sus instalaciones aunque sin dejar de ofrecer el servicio y todas las calidades que convierten a este emblemático lugar de la capital del Turia en una referencia para muchas generaciones de valencianos y valencianas. “Aquí hay mucho tenis, muchos jugadores/as y escuelas, socios/as con ganas de jugar, pero por un evento como este merece la pena pararlo todo y disfrutarlo, ha sido un torneo extraordinario”, destaca Paz.

La edición del 2019 se la encontró casi hecha, en 2020 la pandemia impidió su celebración y ha sido ahora, en 2021 con la quinta edición del mismo, cuando se ha sentido partícipe a todos los niveles. Y con la directora Ana Salas, que traía experiencia de haber jugado y sido entrenadora en el circuito profesional, además de presidenta de la federación madrileña así como responsable de otros torneo ITF, como gran novedad. Un ‘fichaje’ que ha llegado cargado de ambición, otro aliciente para Paz y el resto del personal (la subdirectora Arantxa Parra por ejemplo) que han hecho posible este acontecimiento.

“Todo lo que hago lo hago con ambición, y encima ahora tengo la suerte de que puedo elegir los proyectos que escojo. Nunca hay techo y en todo lo que dependa de nosotros, la ambición será máxima”, confiesa Ana Salas, afirmando que “si asumo este proyecto más años siempre querré crecer”. A lo que Paz añade: “No hay que frenarla nunca respecto a esa ambición, hay que seguirla y apoyarla porque nosotros también estamos en lo mismo”.

Aunque avisa de que “para el año que viene hemos de ser realistas. Por nuestra parte a tope pero garantías no se pueden dar, ya que las cosas no vienen solas y hay que trabajarlas, buscarlas y lucharlas. Pero desde luego que nosotros no tenemos tope, ninguno”.

Traducido para el profano, que por muchas ganas que tenga el Club de Tenis Valencia por hacer realidad el curso que viene la sexta edición del Open Ciudad de Valencia, hay factores externos como el de los tan necesarios patrocinios que nunca se pueden dar por sentados. “Tenemos una experiencia que nos garantiza ser capaces de organizar el torneo, pero no depende solo de nosotros. Lo que hemos intentado siempre es darle calidad y calidez a nuestro torneo, cuidarlo en todos los detalles y esa calidad es la que tiene que traer después los patrocinadores”, señala Paz Zúnica, presidenta de esta institución centenaria.

Aliona Bolsova y Andrea Gámiz, campeonas en dobles en el Open Ciudad de Valencia de tenis

Muchas mujeres liderando un torneo “entrañable”

Lo de que Paz Zúnica, Andrea Salas, Arantxa Parra y otras mujeres tengan peso y poder de decisión en lo que ocurre en torno al tenis en este lugar no es algo buscado adrede, nos dicen, aunque desde luego suma para que las jugadoras que aquí acuden se encuentren como en casa. “No creemos en el feminismo por cuotas o por discriminación positiva, ha sido casualidad que nos juntemos en torno a él ahora tantas mujeres en el Club de Tenis Valencia como es el caso de Paz, Andrea, Arantxa o yo misma”, apunta Ana, la directora de un torneo que ya tiene su sello.

“Estamos todas vinculadas al tenis desde hace muchos años y somos mujeres, pero hay muchos hombres también en el torneo y que nos acompañen siempre. No podemos excluirlos, sino tenerlos cerca para que nos ayuden a potenciar el deporte femenino”, añade.

Para Paz, este hecho sí que hace que a la hora de cuidar los detalles, de pensar en las jugadoras del torneo, tanta presencia femenina tenga repercusiones positivas. “Conocen el mundo del tenis profesional y a la hora de tratar con las jugadoras se identifican mucho, tienen sensibilidad y empatía porque lo han vivido y han pasado por ahí antes”.

Ana insiste en que la diferencia no la marcan tanto por el hecho de ser mujeres sino por la experiencia previa en el circuito, por haber andado antes el camino que ahora recorren las Bolsova, Fita, Rus, Gámiz, etc. “Esa experiencia o calor que estamos dando, más que por ser mujeres es por haberlo vivido antes, y por nuestro empeño en que sea un torneo acogedor, que las jugadoras quieran volver y estén deseando ver en el calendario el CT Valencia y se marquen que aquí no fallan”.

De toda la semana, Ana se queda con una palabra, con una definición del torneo que le dio una de las participantes: “entrañable”. “Nos hemos dejado la piel para que todos los problemas de las jugadoras se hayan solucionado, eso queremos que nos distinga y notamos que están encantadas con nosotras. La calidad en las instalaciones, en la infraestructura, en hacer las cosas cada vez mejor, aprender de los pequeños errores que hayamos podido tener… queremos crecer y ser mejores cada día y que nos conozcan precisamente por eso”, resalta Ana.

A mí me emociona lo que estamos generando, ver a niñas que no pueden dejar de jugar a tenis en el club en fechas como las de este torneo que organizamos”

Ella sabe mejor que nadie, porque ha estado aquí antes que las jóvenes que ahora luchan por abrirse hueco en el circuito, que todo esto es pasajero y deben saborearlo. Exprimir al máximo experiencias y entornos como el que les ha brindado recientemente y durante 7 días el CT Valencia. “Muchas de ellas no son conscientes de la vida que llevan tan de privilegio. Va todo tan rápido y hay tanta presión, que les cuesta tener la humildad de ver que tienen mucha suerte de hacer deporte, viajar y ganar dinero por ello”.

Una motivación para las más jóvenes

Ana Salas es foránea, pero sabe que València y la Comunitat Valenciana siempre han dado buenas jugadoras de tenis. Ahora están las Sara Sorribes, Ángela Fita, Leyre Romero o la aún más joven Raquel González con ganas de coger el testigo de las Anabel Medina, Arantxa Parra y compañía. “A mí me emociona lo que estamos generando, ver a niñas que no pueden dejar de jugar a tenis en el club en fechas como las de este torneo que organizamos”, confiesa Ana.

Y es que eso, el impacto positivo en las futuras generaciones, es por lo que también luchan estas mujeres de hoy en el Club de Tenis Valencia y con eventos como el Open Ciudad de Valencia: “Son motivadas y ven una referencia para ellas ser tenistas en el futuro. Me quedo sin palabras para expresar lo beneficioso que es para el deporte femenino a todos los niveles”, le cuenta a Yosoynoticia.es Ana Salas, a lo que Paz Zúnica añade que “es fundamental”.

València puede ser una sede fantástica, y en concreto el CT Valencia, para en un futuro acoger un torneo femenino de mucho más nivel”

Esto aún podría ir a más si todavía vinieran jugadoras más importantes, con mejor ranking, a la capital del Turia porque habría subido a la categoría de WTA el torneo de València. ¿Está preparada la ciudad para algo así? Ambas lo tienen claro: “¿Por qué no? Es cuestión de dar los pasos necesarios y no tener prisa, crecer con buenos cimientos. València puede ser una sede fantástica, y en concreto el CT Valencia, para en un futuro acoger un torneo femenino de mucho más nivel”.

¿Y uno masculino? Según Paz Zúnica, presidenta del CT Valencia que aún hace sus pinitos como jugadora del equipo de Veteranas, “hemos iniciado esta senda pero eso no excluye a los chicos, como se vio el año pasado con València siendo una de las cuatro sedes de la Liga Mapfre y donde tuvimos resultados muy buenos. Los medios son limitados y el tiempo también, pero que tengamos un torneo femenino no excluye que también organicemos un torneo masculino, y probablemente no tardaremos mucho”, desliza.

Ambas saborean ahora el dulce momento y auge por el que pasa ya no solo el tenis femenino, sino todo el deporte que practican las mujeres. Una suerte para las nuevas generaciones. “Antes no había tanto volumen de niñas y mujeres jugando”, concluye Ana, mientras que Paz, con más recorrido vital, se despide con la siguiente reflexión: “no es fácil, sino haces memoria, el echar la vista atrás y ver lo que era, tan minoritario que casi no se podía hablar de tenis femenino. El deporte femenino es bastante reciente”.

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