Israel Molina Gómez
A sus 19 años, la salmantina puede presumir de ser campeona mundial y europea sub-20, ahora ha dado el paso de lograr la medalla absoluta y mira al futuro con ilusión y confianza, además de reflexionar sobre su deporte. "La gente tiene que entender que, en ocasiones, hay muchos prejuicios erróneos sobre la halterofilia"
No corren tiempos fáciles para la halterofilia; ni a nivel internacional ni tampoco nacional. Al tiempo que la figura de Lydia Valentín se va apagando lentamente, el futuro se va labrando a golpe de ilusión, esfuerzo y trabajo, sin embargo, para obtener resultados más allá de nuestras fronteras el proceso es lento y dificultoso.
Sin embargo, hay luz al final del túnel, y parte de esa luz la pone la joven Marta García (Salamanca, 28 de junio de 2003) quien, sin haber cumplido todavía los 20 años, ya sabe lo que es pisar un podio continental en la categoría de menos de menos de 45 kilos.
«Fue un momento muy bonito y especial para mí. No solo porque son mis primeras medallas internacionales a nivel absoluto, sino también por todo el ambiente de la competición, en un gran escenario, que imponía mucho»
Así recuerda ese instante de estar en el podio, de saberse en la élite europea, de haber dado un paso de gigante y de haberse consolidado en la élite absoluta de un deporte en el que viene destacando hace ya muchos años. «No se me ocurre un lugar mejor –Ereván (Armenia)– para cumplir un sueño. No se me va a olvidar en la vida», confiesa a Yo Soy Noticia la deportista salmantina.
Sin embargo, su ambición no tiene límites y pese a haber obtenido ese gran resultado, su mirada está fijada ya en la competición de este mismo sábado. «Tengo el Nacional universitario y lo he preparado muy bien junto a mis compañeras. Estamos todas con muchas ganas», explica.
Trabajar la seguridad en sí misma
La culminación de esta medalla refrenda que todo lo mostrado en categorías inferiores es trasladable en categoría absoluta, pues Marta García tiene títulos europeos y mundiales en sub-20. «Esto es bastante distinto y especial para mí. Me hace ver que cuando el año que viene de el salto final a abandonar la categoría sub-20 lo haré sabiendo que como absoluta todo puede funcionar bien», narra esperanzada sobre un futuro que ya es presente.
«Todas las competiciones son un punto de inflexión», cuenta sobre la importancia de esta medalla. «En todas puedo ver cuáles son mis puntos fuertes y qué cosas debo trabajar más. Esto me hace ver que voy por el buen camino, que las cosas van como tienen que ir y que lo estamos haciendo bien», sigue diciendo.
«Empecé en el deporte siendo bastante insegura y siempre confiaba en que, según llegaran los títulos, iría reforzando mi seguridad. Es algo que no pasa así y la seguridad en mí misma la estoy trabajando diariamente por mí misma»
Explica que no tiene un psicólogo en su equipo porque considera que es «una cosa» que tiene que venir «del interior de uno mismo, trabajándolo mucho y no de los éxitos que se consiguen, puestas últimas, en verdad, lo único que pueden reforzarte es el ego si no estás preparada para ello».
No se plantea estar en los Juegos de París 2024 por el momento. «Es una opción que, aunque existe, no la contemplamos seriamente», dice la joven de 19 años. «Sin embargo, ojalá poder luchar por estar en las siguientes. No hay ninguna duda de que al final es el objetivo que tenemos todos los deportistas. Es como si fuera una meta final».
Lydia Valentín, «un gran ejemplo»
De Juegos Olímpicos sabe mucho Lydia Valentín, el gran nombre de la halterofilia española, triple medallista y que sigue con el empeño de estar en París 2024. «Es un gran ejemplo a seguir en todos los sentidos», dice abiertamente García.
«Lydia Valentín ha demostrado que se puede ser la mejor en este deporte sin dejar a un lado el ser una chica femenina. En mi opinión ha hecho un gran trabajo para cambiar el concepto que tiene la gente de la halterofilia, que parecía destinada a hombres grandes. Yo soy una chica de 45 kilos y un metro cincuenta. No me parezco en nada a un hombre de 150 kilos».
«La gente tiene que entender que, en ocasiones, hay muchos prejuicios erróneos sobre este deporte y aquí tenemos deportistas de todo tipo»
El gran asunto que lleva rodeando a este deporte en los últimos tiempos es el dopaje, un problema que ha dejado tocada a la halterofilia durante muchos años y que incluso llegó a provocar que el Comité Olímpico Internacional se plantease la posibilidad de sacarlo del calendario olímpico. «Es algo por lo que estamos luchando todos los deportistas, pero que se debe abordar desde todos los deportes», dice.
«Actualmente, aunque siempre deberían ser más, se están realizando muchos controles de dopaje y yo creo que nos espera un futuro prometedor como deporte olímpico si seguimos en este camino en favor del deporte limpio y con todas las medidas necesarias».
La profesionalización
El otro debate es el de la profesionalización en un deporte minoritario. «Es complicado», cuenta. «Yo estoy estudiando fisioterapia, que es algo que también me apasiona. Se puede y se debe ser deportista y estudiar a la vez, aunque se tarde más en sacar la carrera, porque la realidad es que es muy difícil vivir de esto y yo animo a todo el mundo a buscar pasiones fuera del deporte para también así relativizar y darse cuenta de que el deporte no lo es todo, aunque sea muy importante».
Sabe que es muy difícil vivir de la halterofilia en España a día de hoy. «Es que depende de muchas cosas, creo yo. De la comunidad autónoma que seas, de los patrocinadoras que tengas, de tus marcas, de tus resultados…»
«Tampoco diría imposible -vivir del deporte-, pero sí que es verdad que depender íntegramente del deporte yo no lo recomendaría; los años de vida deportiva son pocos y hay lesiones de por medio».
Y lanza una reflexión final, de gran madurez pese a sus 19 años. «Creo que nunca es bueno poner todos los huevos en la misma cesta, por muy buena que sea esta. En mi caso, detrás de todo hay muchas ganas, entusiasmo e ilusión, y también tengo la suerte de tener muchísima ayuda y el apoyo de la gente que me rodea», cierra.
