David Quijal
Las dos jugadoras valencianas pueden decir bien alto y orgullosas que son las mejores del mundo. Junto a las Guerreras Juveniles, se llevaron el Campeonato del Mundo de balonmano playa. Un hito mayúsculo en su trayectoria deportiva, del que poco a poco comienzan a ser conscientes. Tal y como exponen, el trabajo, la humildad y la pasión por este deporte fueron piezas claves para acabar escribiendo su nombre en la historia del balonmano mundial.
Las Guerreras Juveniles consiguieron en Grecia un gran hito para el balonmano nacional. De los más grandes que se pueden lograr. La selección española se proclamó en campeona del mundo de balonmano playa.
Son las mejores del mundo sobre la arena, y entre ellas había dos jugadoras de la Comunitat Valenciana que difícilmente olvidarán lo sentido tras la victoria sobre Países Bajos. Ellas son Paula Quiles y Carla Gallego, quienes han atendido a YoSoyNoticia.es escasos días después a la conquista del mundial.
«Sinceramente aún no soy consciente de lo que hemos logrado, algo tan grande y único que me va a costar asimilar», comentaba Quiles, en la misma línea que Gallego, que declara que «conforme van pasando los días voy siendo más consciente, es algo que cuesta de asimilar. No es fácil lo que hemos conseguido».
No es para menos, ambas pueden decir bien orgullosas que son campeonas del mundo. Algo que, como dice la jugadora del Balonmano Morvedre y Club Handbol Xàbia, «es muy difícil explicar con palabras, solo con momentos y miles de emociones».
También recalca en lo «afortunada y orgullosa» que se siente de haber conseguido «un hito como este junto a mis compañeras».
Sobre qué significa para ellas, Quiles echa una mirada a todo lo que hay detrás de esto: «Ser campeona del mundo para mí significa el reflejo de la humildad, el trabajo, la dedicación y la pasión que tengo por este deporte».
Un claro ejemplo de ello, y de lo que ha significado para ambas jugadoras, son las reacciones en el momento que finalizaba el partido. La locura tras la liberación, y la confirmación de que eran campeonas.
«Sientes tantas emociones positivas que no eres capaz ni de gestionarlas»
Describen ese momento como de pura emoción. Continuando con la jugadora del Mare Nostrum Torrevieja y Rayito Salinero, afirma que «fue un momento increíble, porque nuestra reacción fue de alegría y euforia». Cabe recalcar que se llevó una alegría doble, pues fue galardonada como mejor portera del campeonato.
«Es un momento que sientes tantas emociones positivas que no eres capaz ni de gestionarlas», expresa por su parte Gallego. En ese sentido, ambas coinciden que en ese mismo momento se estaba ante «un sueño hecho realidad».
Trabajo, unión y humildad
Las Guerreras Juveniles viajaron a este Campeonato del Mundo con los pies en el suelo. Conscientes de la magnitud del reto y, como ambas recalcan, ir partido a partido.
«La verdad es que no nos lo esperábamos en ningún momento, nosotras en el mundial nos centramos partido a partido siempre disfrutando de cada uno de ellos y luchando como si fuera una final», explica Paula Quiles.
Misma lectura que hace su compañera: «Como equipo siempre quieres aspirar a lo más alto, pero al final no pensamos a largo plazo. Nos centramos en trabajar cada día y mejorar en cada partido».
«La unión de todo el equipo y la pasión que tenemos, es lo nos ha llevado hasta aquí»
Es un mensaje que ha calado muy bien en la plantilla, y es evidente que ha dado sus frutos. Respecto al grupo, las dos jugadoras valencianas nos dan muestras de que estamos ante un equipo muy unido.
«Tenemos una pasión increíble por este deporte. Disfrutamos cada acción y la vivimos como si fuese la última. Esto nos une mucho como equipo», contesta Carla Gallego a qué tienen estas jugadoras para ser las mejores. «Creo que la unión de todo el equipo y la pasión que tenemos, es lo nos ha llevado hasta aquí», añade.
«Tiene mucha ilusión y sobre todo unión, que nos hacía grandes en el campo. Íbamos todas muy felices y competimos al máximo», responde por su parte la portera.
Respecto al trabajo que hay detrás de un éxito de tal calibre, comenta que «hay muchísimo trabajo, esfuerzo y entrenamientos. Pero siempre con un increíble cuerpo técnico que confiaba en cada una de nosotras».
«Todos ellos y las personas con las que hemos aprendido a jugar a este deporte han provocado que este sueño se haya hecho realidad. Sin lugar a dudas, es un trabajo continuo y de superación para poder llegar hasta aquí», añade.
«Hay muchas horas de sacrificio. Ya no solo en la pista, también fuera de ella, pero al final merece la pena siempre», amplía al respecto Gallego.
Un gran futuro por delante
Si algo demuestra este campeonato del mundo, es el gran estado de salud del balonmano nacional. Y también el valenciano, como gran cuna de este deporte. Jóvenes talentos como Paula Quiles y Carla Gallego, y en general esta selección, auguran un brillante futuro.
Este título también es muestra de la apuesta que se ha realizado por la modalidad de playa desde las federaciones. Una modalidad «increíble», como declara Paula Quiles, resaltando el buen ambiente que se respira en este deporte. «Empecé de pequeña a jugar y ya es una pieza clave en todos mis veranos. Esta modalidad es muy entretenida y dinámica», apunta.
También hace referencia Carla Gallego a ese ambiente y atmósfera que rodea al balonmano playa: «Es como mi vía de despejarme, disfrutar, evadirme de las malas sensaciones. Cuando juegas, aparte de desconectar, también hace que te sientas bien, por el buen clima que hay».
¿En qué sueña una campeona del mundo?
Pocas cosas deben haber más grandes que tocar la cima mundial en tu deporte. «Pienso que mi sueño a nivel deportivo ya lo he cumplido. Se me quedan cortas las palabras para expresar que soy campeona del mundo», comenta Quiles.
Pero en cuanto a lo que está por venir, su objetivo es «seguir esforzándome al máximo con humildad y esfuerzo», y que eso, ojalá, pueda llevarle «a la selección absoluta». Aunque con los pies en el suelo, recalca que «son palabras muy grandes».
Por su parte, Gallego hace referencia al próximo CESA, pero a largo plazo los sueños no difieren mucho de los de su compañera. «Jugar unos Juegos Olímpicos«, concluye.
