El pádel empieza a ver la luz | Yo soy noticia

Por todo el país, y así lo reflejó en un comunicado la Federación Española de Pádel, hay mucha gente vinculada a su deporte que está sufriendo las consecuencias económicas de un parón tan grande para su actividad. Un hecho agravado por las duras restricciones en torno a su juego durante la desescalada deportiva, sin posibilidad de abrir las pistas a las partidas por parejas dos contra dos, por ejemplo.

Algo que ahora, entrando en fase 2, esperan que se alivie y devuelva algo más de vida a un mundillo que expone el bajo riesgo de contacto que atesoran los que lo practican, al realizar además su actividad favorita en instalaciones que se han tomado muy en serio el protocolo sanitario exigido por las autoridades.

¿Desescalada en el deporte?: «Estamos completamente perdidos»

El caso valenciano

Es el caso del polideportivo de Catarroja, donde trabaja como entrenador y profesor de pádel y tenis Alberto Carretero, con el que charlamos sobre la realidad que conoce de un sector que aún lo sigue pasando bastante mal. Y todo ello insistiendo en que su deporte no expone a un gran riesgo de contagio, manteniendo en prácticamente la mayoría del juego una distancia muy superior a 2 metros entre sus integrantes.

 

“Actualmente nosotros en Catarroja estamos con un 30% de apertura a la actividad en la instalación. El pádel solo uno contra uno y en 4 de las 5 pistas que tenemos, el tenis también uno contra uno en 4 pistas y el frontón con solo un usuario permitido”.

Todo ello, además, con cita previa en las franjas horarias de las que disponemos para que acudan los ciudadanos y socios”, explica Alberto, deseoso de que la plena actividad empiece a ser una realidad a partir de la entrada de la Comunitat Valenciana en la fase 2 de la desescalada.

Antes de la reapertura controlada de la instalación municipal en Catarroja, estableciendo un firme y necesario protocolo sanitario y de desinfección diaria para prevenir contagios del COVID-19, Alberto ya tenía constancia en su móvil de las ganas tremendas que la gente tenía por volver al mundo del deporte.

En el caso del pádel, que lo vive a diario, le duele el impedimento a las partidas de parejas. Algo que ha frenado algo la afluencia en estas primeras fechas de retorno a la actividad, por lo que se muestra esperanzado con lo que pueda ocurrir a partir de este lunes 1 de junio.

“En la fase 2 parece que ya se podrán hacer más cosas, el problema es que en la fase 1 el pádel podía haber tenido más libertad. Aquí la distancia, si vas con cuidado, es suficiente porque el contacto es mínimo. En otros deportes se tocan más veces diferentes jugadores que en una partida de pádel”, afirma Alberto, que es consciente de que la normalidad en torno a esta actividad, tal y como se conocía antes, tardará en llegar.

Se vienen tiempos de incertidumbre por lo sanitario y económico, y principalmente este verano va a ser complicado en lo relativo al pádel en la Escuela ubicada en esta instalación de Catarroja. “Ahora vamos a ver la situación de después económicamente hablando, y la gente que va a querer venir a jugar o a recibir clases”.

La crisis que no se oye

La crisis económica golpea a los usuarios pero también a los que se encargan de ofrecer el pádel a la ciudadanía. Alberto nos cuenta que ante la imposibilidad de partidas entre parejas al menos el 1 vs 1 les ha dado vidilla estos días en las pistas de pádel, durante la semana que llevan de reapertura, pero eso no salva a muchos monitores y gente vinculada a los clubes (más de 1.200 en España según la Federación, y muchos más sin federar).

“La Escuela y clases para los niños y niñas he tenido que cancelarlas todas, y el campus de verano. He perdido clases que no he dado y solía tener de normal unas 20 clases semanales de pádel”, indica este entrenador valenciano, que ha tenido que dar malas noticias a los monitores que tenía colaborando aquí.

Muchos monitores o gente vinculada puntualmente al pádel no están trabajando, no se les puede pagar porque no hay clases ni seguramente las va a haber en los próximos meses”, añade.

Peor todavía han estado aquellos que montan su negocio de pádel particular, como si fuera un gimnasio, en una nave o recinto que alquilan para desarrollar esta actividad. Ahí dentro todavía han seguido parados al 100%, ni clases ni partidas entre usuarios, y el riesgo de cierre de instalaciones de pádel es una realidad que planea muy seriamente y que puede empezar a aflorar en un futuro cercano.

“En esta fase 1 de la desescalada ha sido todo muy confuso», apunta Alberto, que ha corrido algo más de suerte que otros compañeros al estar a cargo de estas instalaciones de pádel que pertenecen al ayuntamiento de Catarroja.

Un alivio a medias

“Se siente alivio ante la llegada de la fase 2 y que puedan volver los 2 contra 2, veremos si dar ya alguna clase y que no sea solo jugar uno contra uno”, reconoce Alberto.

Eso ya veremos si salva a aquellos que no han podido abrir durante 3 meses, porque todavía hay municipios que no han reabierto sus puertas a diferencia de lo que sí ha hecho Catarroja. Esa gente sigue sufriendo económicamente.

Hay sitios que pueden cerrar a raíz de esta crisis y de no poder ofrecer pádel durante estos meses. Negocios que han montado o tienen la concesión en un polideportivo, tienen que pagar el alquiler del sitio y no pueden dar clases ni recibir a tantos practicantes durante esta crisis del COVID-19”, concluye.

Hablamos de miles de euros al mes que ya no se ingresan, y que es precisamente por casos así por lo que la Federación Española de Pádel levantó la voz. Para que las autoridades entendieran lo importante que es escuchar y empatizar con cada disciplina, porque cada una tiene sus particularidades y ellos consideran que su juego no supone apenas riesgo para los que lo disfrutan.

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